Días, pasado dos días que la fiebre no cesaba, esta a su vez aumentaba, yo me encontraba sólo en mi nuevo hogar. Todo a mi alrededor desprendía soledad, yo me sentía así. Sólo, enfermo y triste.
Antes quien me ayudaba a superar estos malditos dolores era mi madre, sólo ella sabía que se debía hacer... Y no me refiero a que sabía que debía hacer o a que no sabía que tomar, el hecho es que ella sabía como apaciguarme. Pero ella ya no estaba, ahora debo de hacerlo yo sólo, porque no tenia a nadie, no tenía amigos, no tenía familia.
Intentaba dormir, pero los zumbidos no me lo permitían. Trate de calmar los dolores con algunos analgésicos, pero nada funcionaba.
Era jueves, ya iba por el tercer día y los dolores aún persistían. Trate de despejar mi mente, pero no dejaba de pensar en el trabajo, en mis pacientes, en mi madre, mi hermana... Incluso hubo un punto en el que hasta mi propio respirar me estresaba.
Ya era medio día y me encontraba tendido en mi cama, con las manos en la cabeza y con el departamento todo cerrado, ni un rastro de luz entraba. Traté de comer algo más que no fuera cereal, leche y café. Necesitaba alimentarme mejor ya que estaba consumiendo muchos analgésicos. La fiebre al menos no había aumentado mas de lo que ya estaba, pero yo sentía que ésta estaba en mi cuerpo, a veces lo sentía caliente y a veces frío. Y ya estaba harto, no podía si quiera pensar claramente.
Eran casi las cuatro de la tarde cuando estaba dando vueltas por mi habitación, de allí salí hacia la cocina y luego de tomar dos vasos de jugo para mantenerme hidratado, me dirigí al baño. Cuando estaba rumbo a mi habitación cuando caí al suelo, quizá no era el mejor lugar para que mi cuerpo descansara, pero al menos había caído dormido.
Hubo unos segundos de oscuridad y luego todo se fue esclareciendo, estaba en el suelo, me levanté y observé todo a mi alrededor. El lugar era como un gran espejo, el suelo era un espejo que reflejaba el cielo relleno de estrellas y a mi. A unos metros habían montañas blancas, como de sal. Está demás decir que no estaba en el departamento, pero, ¿Donde me encontraba?, ¿Porque la voz en mi cabeza hacia eco al rededor?. Era un sueño, pero una realidad a la vez. De esos sueños que son extremadamente realistas.
Comencé a caminar, inspeccionando el lugar, cuando comencé a escuchar la voz de mi madre. Fruncí el ceño, completamente consternado, un "¿Que?" se reprodujo en mi mente a la vez que comencé a correr en direcciones alternas, trataba de encontrar de donde provenía la voz, pero esta cambiaba de rumbo.
Fue entonces cuando la vi a lo lejos, ella se encontraba parada sobre su reflejo y me sonreía, pero su reflejo no lo hacia, este en cambio se encontraba manchado completamente de sangre.-¡¿Mamá?! - grité pero ella tenía la vista neutra, sonreía pero no parecía ella, mire hacía abajo y su reflejo empezaba a llorar. Comencé a acercarme y el reflejo ahora gritaba, pero no salía la voz de ella. Cuando ya me encontraba a un metro de ella, el espejo se volteó y sólo quedó el lado que parecía un reflejo, lo demás se torno oscuro. Sólo quedó el reflejo ensangrentado de mi madre, cuando baje la vista a mis manos estaban cubiertas de sangre también.
-¡NO..!- grité tan fuerte que me ardió la garganta -¡¡Yo no quise hacerlo mamá!! - intenté acercarme más, pero ella ya había desaparecido.
Cuando me levanté, todo al rededor se encontraba en mejor estado de lo que recordaba. Ya no estaba en el suelo, estaba en mi cama.
-Vaya, ya estaba preocupado, parecía que no ibas a despertar nunca Adán - dijo en modo de broma, pero con algo de preocupación sincera. era Balegortt, me froté los ojos con las manos y lo mire neutro.
-¿Cuánto tiempo voy? - pregunté mientras me levantaba y buscaba algo con que cubrir mi torso, ya que sólo traía un buzo
-¿De qué? - lo volví a ver, había olvidado cuán lento podía ser Balegortt.
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La Ironía Del Pecado
Mystery / ThrillerShadow Hollow es un pequeño pueblo poco conocido por las personas en Canadá, en las regiones del norte. Puede parecer un lugar aburrido para vivir y que nada importante puede pasar... Las apariencias engañan, las personas tienen secretos y las cir...