15.

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Los días cada vez eran más fríos, los pequeños  Hargreeves habían logrado salir de la ciudad sin problema, contaban la historia de jóvenes hermanos en busca de su padre, más bien era todo lo contrario pero la gente siempre creía su cuento y les ayudaba llevándolos en su carro.

Habían pasado exactamente tres días cuando Cinco encontró un viejo lugar donde podían quedarse a dormir, parecía que iba a nevar pronto y no quería que Juliette se enfermera, aunque desde que salieron de la mansión la chica aún no retomaba color, podría jurar que cada día tenía más ojeras, traían consigo mucha comida y sin duda dejaba que ella comiera todo lo posible aunque apenas si probaba bocado alegando que estaba llena.

El lugar era un pequeño cuarto olvidado en la cima de una fábrica a la orilla de un denso bosque, habían logrado llegar ahí gracias a sus poderes, estaba todo lleno de polvo pero nadie los molestaría ahí, era un hogar improvisado en lo que encontraba algo mejor.

Durante la limpieza encontraron varias cosas de utilidad, una lámpara, un botiquín viejo, algunas sábanas, no era mucho pero esas pequeñas cosas podrían ayudarles.

Al terminar de arreglar el lugar en definitivo parecía más a un hogar, cuando llegó la noche Cinco vio a Juliette sentada afuera mirando el cielo con un semblante sereno, al notar su mirada la chica le regaló una sonrisa junto un ademán para que se acercara.

- ¿Qué es lo que tanto observas? - preguntó el chico sentándose a la par de Juliette.

- ¿No te parece hermoso? Mira las estrellas, es como si pudiera alcanzarlas con las manos - dijo estirando su mano lo más alto posible - Es de las cosas más bellas que e visto.

- Lo es - respondió Cinco, aunque él solo podía admirar la belleza de Juliette siendo feliz.

- Este lugar es fantástico, creo que hay un lago por allá, quisiera ir a nadar un día de estos -

- ¿Con este frío? -

- Si ¿que tiene? Además podríamos bañarnos ahí -

El chico dió una media sonrisa - Es verdad, entonces ¿Que te parece si vamos mañana mismo? -

- Perfecto -

- Entonces voy por algo de comer - Cinco se iba a levantar hasta que la mano de Juliette lo detuvo.

- Solo quédate un poco más ¿Si? - la chica se recargo en Cinco mientras su mano viajo lentamente hasta entrelazar sus dedos.

Cinco no pudo negarse, por fin sentía paz, aunque no estaban del todo bien estaba agradecido de poder estar con Juliette de esta forma, sin temor ni culpa.

...


Después de una muy pequeña cena se dispusieron a dormir, era la primera vez que iban a dormir los dos solos, sin estar en un auto ni vigilados, en cierta forma Juliette estaba algo nerviosa, aunque era algo de lo más normal porque había compartido con  Cinco y sus hermanos noches de pijamadas donde todo era risas y bromas pero ahora podía sentirir el ambiente un poco diferente.

Cinco salió para que Juliette pudiera cambiarse a una ropa más cómoda.

La chica se miro en un espejo roto que habían encontrado, se veía terrible, tenía ojeras, estaba más pálida de lo normal y tenía tierra en la cara. Tomó un peine y aliso su cabello ,lo ató en una coleta y trato de limpiarse el rostro lo más que pudo. Ya no se se veía tan mal pero seguía sin sentirse del todo segura, así que mejor se fue a acostar a su cama.

La puerta sonó.

- ¿Puedo pasar? - preguntó Cinco del otro lado.

- Si si, pasa ya - respondió la chica - El viento está helado allá afuera.

Cinco se había cambiado estando afuera así que venía temblando de frío,  apagó la lámpara y de inmediato corrió a envolverse con la manta de su cama.

La oscuridad los invadió, el sonido del viento era lo único que se podía escuchar, Juliette miro de reojo a Cinco que era ligeramente iluminado por la luz de la luna. El chico estaba mirando el techo mientras seguía temblando de frío.

- ¿Estás bien? ¿Quieres que te presté mi manta? - susurro ella.

- No, estoy bien no te preocupes - Respondió.

Ambos se miraron durante unos segundos y desviaron la mirada. Cinco se volteó de cara a la pared y trato conciliar el sueño, aunque era difícil, tenía a Juliette tan cerca y a la vez tan lejos, la verdad el quería dormir junto a ella en una sola cama pero cuando vio que ella ya había acomodado las camas en dos ya no dijo nada, solo quería poder abrazarla y sentirla cerca, saber que estaba junto a él y no encerrada en aquel lugar.

De repente sintió que Juliette se levantaba y caminaba hacia donde él estaba arrastrando su colchoneta, se acercó lo suficiente, Cinco se giro a verla, estaba ahí incada con un rubor palpitante en sus mejillas, lo cubrió con su manta para de inmediato meterse por debajo de ellas junto a él, quedando a escasos centímetros.

- No digas nada y duerme - susurro la chica un tanto avergonzada.

El corazón de Cinco explotó, es como si hubiera leído su mente, estaba agradecido por ello así que dejó salir una enorme sonrisa, pasó el brazo por debajo la cabeza de Juliette y con el otro la acerco más a él.

La chica lo miró sorprendida.

- No digas nada y duerme - susurro Cinco mientras oía el corazón de ella retumbar por todo el lugar.

Ambos al final de un rato lograron conciliar el sueño, sintiendo el calor del otro cerca de si, logrando calmar cualquier preocupación que pudieran tener.


¿Creían que nunca iba a actualizar?
Aquí estoy de regreso con esta historia, porque aún no acaba, y esa es mi meta, terminarla según lo planeado.

Estoy muy feliz porque es este tiempo tuvo aceptación mi pequeña historia, nunca creí que alguien lo leyera y casi diario llegan nuevas lectoras.

Espero que les haya gustado ❤️

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Sweet First Love  ◈ Número Cinco ◈ FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora