esas vacaciones

27

Era el último día acá en Buenos Aires, estaba agarrando las maletas, me iba a despedir de mi tío, de mi abuela y de mis tíos.... ah y también de mis únicos dos amigos de acá.
Estaba triste, ni quería volver al infierno en el que estaba viviendo en España, por suerte sería mi último año de escuela y iría a la universidad.

Mi mamá pidió un uber y Mateo se estaba despidiendo de Emi y de Pedro antes de irnos. Sé que será duro para él ya que no los va a poder ver en cuatro meses, pero Mateo quiso venir conmigo...

Llegamos al aeropuerto, y nos subimos al avión. Durante el trayecto nuevamente de catorce horas de vuelo, me la pasé llorando la gran parte, Mateo el muy dulce, me tranquilizaba y me daba mimos. En las últimas horas nos la pasamos durmiendo mientras escuchábamos música agarrados de la mano.

Y cuando llegamos al aeroport del Prat, en Cataluña, fuimos para la salida y nos recogió nuevamente un uber hasta casa. Cuando llegamos a casa nos instalamos y Mateo y yo compartíamos habitación y cama obviamente. 

Le hice un mini tour a Mateo por mi barrio, ya que llegamos muy de noche y mi barrio tampoco es para andar a esas horas por la calle, por suerte conozco a la mayoría de gente. 

Vivo en un barrio que se llama "La Mina" es uno de los barrios más problemáticos y pobres de toda Cataluña, pero nosotras no podíamos vivir en otro lugar ya que no teníamos la suficiente plata como para darnos el lujo de vivir en un barrio mejor. 

Justamente al día siguiente empezaba las clases y me llevó Mateo, miles de personas de mi escuela le pidieron fotos y autógrafos a Mateo y pues llegué tarde a clase el primer día. 

A la tarde me recogió Mateo, con un ramo de rosas y nos fuimos a casa de nuevo. Cuando llegamos, me bañé, me vestí y me fui otra vez a la calle. Esa solía ser mi rutina, ahora tendría que cambiar....

Con Mateo, nos sentamos en un banco y nos empezamos a besar, después de separarnos él me empezó a dar caricias en la panza, estaba muy ilusionado de ser padre y yo tenía miedo.

-Amor, tú quieres que yo tenga el bebé- le pregunté agachando mi cabeza mirando al piso.

-Claro que quiero, vos queres?-

-Es que tengo miedo, tengo miedo de que el parto salga mal, de perderlo, de que me dejes y lo tenga que criar yo sola porque tu vives en Buenos Aires y yo vivo aquí... tengo miedo de todo.-

-Euuu, tranquila, no te voy a dejar ni loco, sos la única persona que me hace sentir bien siempre y no te cambiaría por nadie ni por nada en el mundo, y el parto y todo saldrá bien, traquila por favor-.

-Bueno, vamos a juntarnos con unos amigos mios de acá del barrio?- le pregunté

-Dale si-

Así que fuimos a buscar a mis amigos, entre ese grupo de amigos míos estaba uno de mis amores de mi infancia que ya me había hasta olvidado de él.

Mateo se presentó pero igual no hizo falta porque ya sabían quien era. Una de las pibas que habían, que no me caía nada bien se le pegaba a Mateo como una lapa, era horrible y no me pude aguantar más. 

-Che, te gusta mi novio o algo?- le pregunté subiendo mi tono de voz y empujándola. 

-Miren quien se puso celosa-. dijo ella riendo 

-Celosa yo de vos? JAJAJJ ni empedo tarada-. dije y la volví a empujar, esta vez más fuerte. 

Con ese último empujón ella me lo devolvió y yo le pegué una patada tumbándola en el suelo, y empecé a darle piñas por todas partes, hasta que los chicos lograron separarme de ella. 

-Ahora, atrévete a pegarte de nuevo a mi chico, que la próxima vez te re cago a piñas, escuchaste?- 

Mateo me agarró y volvimos a casa, él se reía de como casi la dejo ahí tumbada sin movilidad por pegarse tanto a él.

-Encima que te defiendo te reís. Qué onda con vos?- dije y él se reía.

-Bueeeee, tampoco la pavada-. 

-Tarado-. dije riendonos 

-Yo no conocía ese lado tuyo....ya no me meto más con vos-. dijo haciendome burla.