Cuando lo vi, lleno de cables a su alrededor, mis ojos automáticamente se llenaron de lágrimas y empecé a llorar. Pedro me abrazó y vimos que Mateo ni con las horas que iban pasando se despertaba.
De nuevo volvía a tener ese miedo de perder a alguien que amo, al único hombre que si vale la pena de mi vida, a la persona que más quiero en este mundo. Tenía miedo de perder a Mateo.
Eran las 23:00 de la noche y le dije a Pedro, que me iba a fuera para hablar con mi primo, él es el único que me sabe consolar y en estos momentos lo necesitaba.
-Hola primo- dije entre lágrimas intentando contenerlas.
-Heeyyy que pasó?-
-Mateo, está ingresado en el hospital y no despierta, tuvo un accidente con el carro-.
-Lpm, bueno estáte tranquila, vos pensá que él ya está en el hosiptal, está en buenas manos y cualquier cosa que no vaya bien ellos sabrán que hacer, si?-
-Si... tenes razón-
-Prima, no quiero que estés mal, solamente piensa en positivo, él se va a recuperar y todo va seguir como antes, no te preocupes-.
-Dale, gracias primo, te amo mucho-. dije y colgué.
Volví a entrar a la habitación del hospital y cuando entré, Mateo estaba hablando con Pedro, no me pude resistir y lo abracé y lo besé, mientras mis lágrimas recorrían por mis mejillas sin poder parar.
Mi primo tenía razón, todo iba mejor y él se estaba recuperando.
Los besos de Mateo tenían un poco de culpabilidad pero en ellos me pedía perdón por haberse ido de casa sin avisarme y haberme creado tanta preocupación.
-No pasa nada-. le dije en uno de sus besos.
-Quise irme a dar una vuelta con el carro, iba pensando en que haría si vos me dejases y no me fijé y un carro se me llevó por delante-. dijo el nervioso y preocupado.
-Tranquilo amor, acá lo importante es, que vos estés bien. No importa nada más. ¿si?
Al rato llamé a mi hermana, y vino con Emi y mi mamá. Emi cuando vio a Mateo saltó a abrazarlo, él ya estaba feliz y Mateo también.
Me quedé con mi hermana haciéndo compañía por la noche a Mateo, y mi mamá, Emi y Pedro, se fueron a descansar para mañana venir temprano al hospital de nuevo.
Mi hermana y yo volvíamos a estar juntas, y para romper el hielo lo que le dije fue lo siguiente:
-Hermana.... creo que estoy embarazada de Mateo-.
Ella y Mateo me miraron, yo me puse nerviosa y no sabía que hacer ni como reaccionar a sus caras, Mateo primero me miró asustado pero luego su cara se fue transformando en felicidad extrema, a mi hermana no sabría como interpretar su reacción pero no fue mala.
-Como así que estás embarazada Milagros, tenes 15 años-. dijo ella preocupada.
-Es que, les quería contar, pero aún no lo sé del todo-. dije
-Te hiciste una prueba de embarazo?- preguntó Mateo
-No... y por eso es que tengo miedo-. le respondí intentando dejar de ponerme tan tensa.
-Ay dios mío, vos sabés como se va a poner mamá si se entera que vos estás embarazada?-
-Si.... ya sé. Gracias por los animos.- le respondí a Martina.
-Bueno, yo quiero que nuestro hijo se llame Bruno y si es hija pues que se llame Dana-. dijo Mateo todo convencido.
-Amor, tampoco te hagas ilusiones, no sé todavía si estoy embarazada o no-.
La horas pasaban y pasaban, yo no podía dormir pero por lo visto aquellos dos si lo lograron, yo estaba preocupada por si Mateo avanzaba o no desde lo del accidente y también por lo del embarazo.
Me levanté para irme a una de las maquinas expendedoras que habían cerca de la habitación y de lo único que me acuerdo es de que me desmayé y me caí al suelo.
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esas vacaciones
RomansaMilagros una adolescente española, con sangre argentina corriendo por sus venas. Al cumplir sus 15 años le pide como regalo de cumpleaños a su madre ir de vacaciones a Argentina para poder conocer a toda su familia. Los caminos de los dos adolescen...