Nos habían seleccionado a mí y mi hermano para los Septuagésimos Sextos Juegos del Hambre debido a la flecha que atravesó el cabeza de Alma Coin. Decidieron vengarse ahora que el sinsajo no está, dejando a sus hijos en la arena, Sabiendo que aluno morirá. Mi madre había fallecido hace apenas cuatro días y ya comenzaron a molestar con los Juegos. Debíamos ser fuertes, por ella, por papá. En ocasiones fuimos unos cobardes, nos olvidamos de lo que siempre nos decían nuestros padres. No podía creer que estaríamos en los Juegos, Y que moriríamos. Todos en el Capitolio nos miraban con lástima o algunos como si supieran que ganaríamos, no era así. Lo sabía, daría todo por mi hermano pequeño
Ahora estoy en casa, en la aldea de los vencedores. Rye está encerrado en la habitación que antiguamente era de mis padres. Está destrozado, lo entiendo. Pero hay que ser fuertes, y más ahora que el Capitolio se ha elevado con más fuerza que antes. Pienso en tocar la puerta de la habitación para ver si quiere comer, pero antes de hacerlo llega Lessandra. La reemplazante de Sae la grasienta, con su insoportable nieta a prepararnos el almuerzo.
Lessandra, lo único que hace mientras cocina es lamentarse por la muerte de mi madre mientras yo permanezco callada en la silla de la cocina. No tenía ganas de contestarle, y si lo hacía me metería en problemas. Su nieta preguntaba una y otra vez por Rye y si él estaba bien, estaba loca por mi hermano. Escucho sus pequeños pasos bajar por la escalera, sé que viene únicamente por el delicioso olor de comida recién preparada; No había salido desde ayer a la noche, cuando tuvimos una discusión en la que tal vez me pasé un poco la mano. Le advertí que dejara de llorar por mi padre y madre, que debía ser fuerte como ellos hubieran querido que seamos. Le dije que era un débil insípido que lo único que hacía era sollozar mientras yo debía ser fuerte por los dos. Él me contestó:
-¡Podrías dejar de insultarme! Yo no soy de piedra, ¿Es que no lo entiendes? Yo tengo sentimientos, se ha muerto nuestra madre lo único que nos quedaba. Ahora no tenemos familia tu eres lo único que me queda y ¿así me tratas? Somos huérfanos Will, Huérfanos ¿Entiendes? Vete a otra parte, a mi no me molestes Willow.
Con estas palabras se retiró nuevamente a la habitación, me había quedado mal, había exagerado las cosas, el era fuerte solo que se había muerto toda su familia, y lo único que le quedaba era yo. Y lo defraude.
Veo la expresión de Rye al llegar a la cocina, poniendo cara de asco al ver a la nieta de Sae. Ella seguía viniendo a pesar de que su abuela había muerto. Al ver su cara, sonrío. Rye levanta la tapa de la olla, oliendo el aroma al estofado.
-Rye, eso es de mala educación-Le digo.
-No, déjalo que huela la comida. Ha estado encerrado toda esta mañana por alguien-Contesta Lessandra, mirándome de reojo.
-Si, Less tiene razón. Tú te crees que me mandas porque mamá no está. Tú no eres mamá, no eres Katniss Everdeen, ¡No lo eres! ¿Comprendes?-Sus palabras me destruyen, y sus ojos conservan lagrimas, pero conozco tanto a mi hermano que se que no lloraría en frente de una niña. Con esto subió a la habitación, y se encerró en el dormitorio. Comencé a odiarme a mí misma. También a la anciana. Lo único que él hace es Discutir, llorar, encerrarse y bajar al otro día por la comida. Discutir, llorar, encerrarse y bajar al otro día por la comida. Discutir, llorar, encerrarse y bajar al otro día por la comida. Las palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza. Solo s está volviendo una rutina diaria, lo que si lo sigue haciendo lo llevara a una depresión.
Mis ojos se abren lentamente. Me quede dormida en la cocina. Delante mío, en la mesa, hay un plato de sopa caliente y humeando. Miro el reloj, y... ¡Mierda!
¡Rye!, ¡Rye llegamos tarde al entrenamiento!-Esto me enfurece. Pienso que va a tardar minutos en despertarse, pero baja tan rápido como una flecha derriba su objetivo en tan solo centésimas.
-Lo sé. Solo que te quedaste dormida- ¿Qué? ¿Enserio lo sabía?
-¡¿Y por qué no me despertaste?!-Grite.
-No lo recuerdas aun ¿No? Tú eres la mayor aquí. La responsable. La ''Katniss Everdeen''.
Llegamos a la sala de entrenamiento, donde hay 26 tributos esparcidos por toda la habitación. En el centro hay cuatro mesas formando un cuadrado. Sobre ella, hay distintos objetos para entrenar. En cada una de las cuatro paredes, hay una puerta. Sobre ella dice una habilidad. Arco y flecha, Caza, Combate cuerpo a cuerpo y por último, mi especialidad, Armas blancas.
-Buena suerte con hacer amigos- Me sonríe macabramente Rye. El sabe que padezco un problema. Soy antisocial. O eso creen los médicos.
Observo cómo se dirige a una de las mesas, tomando un arco con un carcaj de flechas. Comenzó a hablar con un chico del Distrito 11. Recién entro y ¿ya tiene un aliado? Observo como los dos entran en la habitación de Caza, y siento miedo al ver que mi hermano paso esa puerta, y no lo estoy viendo. Intento ser amigable, pero no me sale. Me dirijo a mi habilidad, las armas blancas. Tomo unos cuantos cuchillos serafines y los guardo en distintas partes del traje. La vestimenta es favorable. Como calzado son botas, donde puedes guardar dos de estos. Uno en cada una. El traje es un conjunto, que obtiene bolsillos en los muslos, y en la espalda. Guardo cuatro cuchillos. Uno en cada bolsillo, y el de la espalda me queda vacío. Observo hacia arriba, donde nos miran. Esta Plutarch. Lo ignoro y sigo haciendo mi trabajo. Tomo un machete y lo guardo atrás. Entro en la habitación de armas blancas. En el tablero de mi derecha, selecciono en dificultad: Difícil.
El 'Jurado' me observa, y se escucha la cuenta regresiva. 3...2...1
Oigo detrás de mí un cuerpo, saco un serafín y lo lanzo. A la cabeza. Miro hacia arriba, y hay dos de estos corriendo. Tiro un serafín hacia uno y lo erro. Mierda, solo me quedan dos cuchillos y el machete. Los dos cuerpos corren hasta que uno queda detrás del otro, y en un parpadear de ojos, un serafín traspasa ambos cuerpos, cuando tiro un cuchillo hacia mi derecha, y otro de estos robots queda incrustado contra la pared con el cuchillo en el pecho. Detrás de mi hay otro, y sin darme la vuelta, pateo sus pies hasta que cae. Saco el machete y lo clavo en su cuello. No tengo más armas, cuando se acerca uno más por delante de mí. No tengo opción. Con mi mano derecha, estiro mi manga izquierda, dejando a esta estirarse lo suficiente. Esquivo al robot cuando quedo detrás de él y paso la manga por delante de su cuello y la enrosco ahorcándolo. Aplico toda la fuerza que tengo hasta que me duele de tanto apretar, cuando vuela su cabeza dejándolo inmóvil en el suelo. Agarro el serafín incrustado en el cuerpo que esta contra la pared y lo clavo sin piedad en el robot del suelo.
Cuando salgo de la habitación, algunos me aplauden, otros me miran con odio. No sé si conseguí algún aliado pero algunos me miran sonriéndome. Un chico alto de pelo oscuro y ojos verde grisáceos se acerca aplaudiendo lentamente.
-Wow, Si que eres buena con los cuchillos eh. Deberías ser mi aliada. Solo mía. Podríamos ser increíbles juntos.
-No. Solo eres un estúpido.-Esta bien bueno.
-Hey que agresiva. ¿Quieres ver mi lado agresivo?-Se acerco a mi hasta que nuestros cuerpos estaban pegados, haciéndome chocar con la mesa. Me tomo de las muñecas. No sé que quería hacer con migo, pero su fuerza era impresionante.
De repente, su muñeca se ve traspasada en el punto exacto de la vena por una flecha, la cual estaba repleta de sangre. Su expresión era de dolor, cuando a mi derecha está mi hermano con el arco cargado con una flecha, dispuesto a dispararle en la otra mano.
-No toques a mi hermana.
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The Death Of Mockingjay (Terminado)
Fiksi PenggemarLuego de que Katniss Everdeen, anterior símbolo de rebelión muere a los cuarenta y tres años de edad por causas desconocidas, el Capitolio se levanta con fuerzas, aun mas que antes. Anteriormente, se decidió inaugurar los Septuagésimo Sextos juegos...