La luz intermitente del faro frente a la ventana de Junmyeon era tan molesta, la bombilla se había averiado otra vez. Sehun lo habría reparado si estuviese aquí, pensó Jun. La realidad es que Junmyeon no podía dormir, no porque le distrajera la luz, sino que, cada vez que cerraba los ojos, Sehun estaba ahí. Su rostro acongojado. Junmyeon nunca lo había visto tan resquebrajado como el día del funeral de su hermano. Y aún así, Junmyeon no pudo hacer nada por él. Se sentía culpable. Sus ojos se llenaron de lágrimas al momento que la bombilla del faro se apagó por completo.La luna arrullaba en su manto de luz nocturna la pequeña figura del conejito lastimado.
En sueños, todo era oscuro sin Sehun. Al despertar, todo era oscuro sin Sehun. Antes de ti, yo pretendía ser feliz, pero realmente, dentro de mí, hay fantasmas del pasado que me persiguen.
Pero al conocerte, con el pasar de los días, esa voz comenzaba a callarse.
Un nuevo día acababa de comenzar. Pero, Junmyeon rompió la rutina que hasta entonces había seguido. La noche anterior había pensado y decidido una resolución; cerraría la florería.
-Sabía que ese niño estúpido no sería bueno para ti, mi Jun...-
-No puedo creerlo, estoy tan enfurecido.-
-Mira que dejarte a ti, el ser más precioso del universo.-
-Entiendo que estés dolido, pero, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué haces eso? Junmyeon, te estás volviendo loco.
Junmyeon se movía con avidez, regalando flores aquí y allá a las personas que pasaban. Se había creado una algarabía frente a la florería.
"El chico de las flores está regalando sus flores."
"¿Qué? Sus flores son las más lindas, ¡vamos pronto!"
"¿Se ha vuelto loco, joven Jun? ¿Las flores que tanto le hacen feliz y a las que tanto empeño ha dedicado... ¿Regalandolas así nada más?".-La señora Han le cuestionó.
A lo que el chico respondió con una sonrisa:
"Me han hecho feliz, es cierto. Pero, ¿qué tiene de malo regalar un poco de esa felicidad?"
"Usted es muy noble."-La señora le sonrió de vuelta. No había forma de convencerlo una vez se haya decidido a algo.
Por la tarde, Junmyeon se encontraba empacando su ropa y posesiones más valiosas. Cuando por fin creía tener todo lo que necesitaba, se detuvo frente a una fotografía en particular; su esposo, Kris. Al lado de ésta, reposaba radiante la Flor de las Hadas. Junmyeon sonrió con nostalgia.
-"Es tiempo de que te olvide."
Tomó el marco y la flor.
Por fin. Todo lo que necesitaba.
Al llegar a la puerta, se colocó su abrigo, salió con su maleta y, de espaldas hacia la calle, cerró la puerta.
Fue entonces que una voz familiar lo hizo casi dar un salto, pero se mantuvo firme, no podría decirse lo mismo de su corazón, sin embargo.
-"Junmyeon..."
🐥- ❄️ -🐰
Aquel otoño también había sido doloroso para Sehun; a unos días después del fallecimiento de Luhan, su madre le había anunciado que regresarían a su ciudad natal. La pérdida había sido muy grande y su madre necesitaba estar acompañada de los suyos. Además, Sehun había logrado pasar el examen de admisión de una reconocida universidad de allí. Sehun ya lo había planeado, había pensado comentarselo a Junmyeon y convencerlo de irse a vivir con él, pero la tragedia no espera a nadie, y, la impresión y el dolor habían sido tan fuertes, que, la mudanza resultó repentina e inevitable. Además, su madre era quien más lo necesitaba estos momentos. Y quizá no era lo correcto, pero, Sehun sintió que debía distanciarse de Junmyeon lo más que pudiese, eso significaba no llamarlo, no responder a sus mensajes, ya que en su mente, Sehun debía ser "el más fuerte", tenía miedo de que, en cuando escuchase la voz de Jun, su corazón se agitaría tanto que correría kilómetros hasta encontrar los cálidos brazos de su conejito y llorar como el niño que en realidad era. Sehun no tenía la certeza de cuándo volvería a ver el rostro de su amado conejito, pero sabía que volvería por él.
Ese día llegó una fría tarde de invierno.
Las vacaciones de Navidad habían traído más que felicidad y esperanzas a las vidas de las personas, para Sehun era la oportunidad clave para volver al pueblo donde Junmyeon lo esperaba. Su madre había hecho un berrinche al principio, pues quería que estos días estuviese con la familia, tampoco se habían visto porque su hijo estaba ocupado con la universidad. Pero Sehun le hizo entender que la familia nunca estaría completa sin Junmyeon, porque entonces Sehun no estaría completo. Su madre aceptó al ver el amor emanando de los ojos de su hijo, por primera vez. Su abuela lo apoyaba, pero con la condición de que Junmyeon le trajera flores bonitas, como Sehun no paraba de decirles, Junmyeon era el mejor florista.
Aquel día, su madre lo acompañó al aeropuerto, le deseó suerte, depositando un dulce beso en la frente de su querido hijo, y bromeando con que no se le ocurriera volver sin el amor de su vida.
Sehun escondió una avergonzada sonrisa entre su puño. Besó a su madre de vuelta, y partió.
"Lo prometo."
🌑- 🌊 -🌕
Al voltear la mirada hacia el dueño de esa voz que lo llamaba...
-"Sehun."
¿Era esto real? ¿Estaba alucinando?
De cualquier manera, el conejito se veía asustado, con grandes ojos inquietos.
¿Qué se supone que debía hacer?
¿Correr a los brazos de su amado?
¿Golpear contra su pecho con ira?
¿Abofetarlo?
...¿Llorar?
Sí, llorar se siente bien. Llorar es lo único que has hecho este tiempo.
Anda, llora.
Los ojos de Junmyeon brillaban como dos lunas derritiéndose entre las aguas del mar.
Sehun cortó la distancia de prisa, lo envolvió en sus brazos con delicadeza, como a un recién nacido que tiene frío y miedo.
Le habló en el oído con dulzura.
-"Lo siento. No volveré a alejarme de ti."
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Les Fleurs du Jun🐰💐 ㅡ ㄴsehoㄱ
FanfictionJunmyeon es el propietario de una pequeña y agradable florería local. Sehun, un misterioso chico con un misterioso don, visita esa florería muy regularmente. [Fluff. Fantasía. Un poco de misterio y sobrenatural.]