*2*

49 4 0
                                    



Los cantos sombríos del coro llenaban el ambiente de la catedral, el cuerpo sin vida de Laurie yacía tendido al medio, con los ojos cerrados, una fina corona de oro sobre su cabello negro, sus rulos perdiéndose entre las flores salvajes que se encontraban a modo de colchón bajo su cuerpo, y alrededor del mismo.

Louis miraba al frente, hacia los altos ventanales de vidrio y metal, le era imposible mirar a su hermano. Había hablado con él hace apenas unas horas ¿como era posible que ya no fuese a escuchar su voz nunca más?

"Es una promesa enano"

Pasaban los minutos y el seguía ahí, parado como una estatua, manos entrelazadas con fuerza sobre la parte baja de su vientre, ojos azules perdidos en lo que sea que su mente pensara en ese momento, solo de algo estaba seguro: no iba a llorar, ya había llorado y sollozado por horas antes de dirigirse a la catedral. Lloró hasta que estuvo seguro que en cualquier momento la sangre de las finas venas de sus ojos reemplazaría a las lágrimas, las últimas palabras de Laurie retumbando en su mente como una dulce tortura.

- Parece que estuviera tomando una siesta - susurró su hermana cuando ya no quedaba nadie además de ellos dos y el cuerpo de Laurie - aún sin respirar sigue siendo el más apuesto de los cuatro.   

Louis asintió con una sonrisa amarga. Ahora los ojos de ambos puestos sobre su hermano mayor, admirándolo por una última vez.

-¿Cómo está mamá?- Preguntó Louis con el mismo nudo en la garganta y estómago que parecía que no lo dejaría nunca.

-Durmiendo, padre decidió darle un poco de lúpulo en la bebida, no dejaba de gritar y llorar - Dalia hizo una pausa para evitar que su voz se quebrara - el médico se lo aconsejó ya que podría desmayarse de nuevo y no era seguro que esta vez despertase.

Louis asintió nuevamente, hinchando su pecho con una bocanada de aire, como si eso pudiera apaciguar la angustia que sentía. Dalia tomó una de sus manos casi con miedo , con temor a que su hermano fuera a rechazar su tacto, sin embargo fue suficiente para que Louis le prestara mayor atención y se girara hacia ella,  aceptando su mano y entrelazándola con la suya suavemente.

El mayor ya sabía que su hermana se estaba preparando para decirle algo, Dalia nunca había sido una persona afectuosa, sin embargo estaba buscando su tacto, a manera de apoyo. Louis sabía que bajo el impecable vestido negro y el peinado con trenzas enredándose en tocados dorados su hermana estaba derrumbándose. Había perdido dos hombres importantes en su vida el mismo día: su hermano y su amor.

Aunque Louis se cuestionaba cual le dolía más, y de manera amarga estaba seguro que no era Laurie.

- Lo siento tanto Louis... - dijo ella con un hilo de voz mientras lágrimas llenaban sus ojos - No tienes idea cuánto.

- ¿De qué estás hablando? Laurie es hermano de ambos, no solo mío - respondió confundido.

Dalia notó como dijo es en vez de era. Louis también, pero su hermano seguía con ellos, y seguiría ahí siempre.

- Fue a causa de un capricho mío que esta tragedia ha sucedido - contestó con voz temblorosa dirigiendo su mirada nuevamente a dónde se encontraba el cuerpo - Si hubiera obedecido a papá y a Laurie nada de esto hubiera pasado.

Louis en el fondo sabía que lo que su hermana decía era cierto, si Dalia no se hubiera escapado tantas veces con Jamie a escondidas de todos, como dos amantes protagonistas de una novela trágica, nada de esto hubiera sucedido. No se hubieran llegado a amar, y Laurie no hubiera tenido que intervenir en un tormentoso amor prohibido.

Y estaría vivo.

Dalia notó el silencio por parte de su hermano, tomó aire para evitar quebrarse ahí mismo.

- No hables cosas sin sentido - Louis hizo una pausa para carraspear un poco al notar lo fría y cortante que había salido su voz - Laurie solo quería protegerte , el mismo me dijo que tu intentaste evitar que esto pasara, pero el no te escuchó. También fue error suyo.

La desesperación en los ojos turquesa de su hermana era evidente, sus pupilas seguían y prestaban atención a cada uno de sus movimientos. Jamás creyó verla de esa forma.

Le sorprendió lo mucho que la culpa y remordimiento puede causar en una persona.

-Solo espero... - Dalia le dio un suave apretón a su mano, luego bajó su mirada a esta, algunos de sus rizos castaños cayendo al lado de su rostro, sus labios rosados temblaban levemente. - Que nuestro padre me escuche como tú lo has hecho, Jamie y yo no deberíamos pasar por una guerra por el simple hecho de amarnos- alzó su vista para mirar a Louis quien tenia la suya posada en sus manos, con la mandíbula tensa y marcada.

-Ninguna de las dos familias merece pasar por todo este daño, ya hemos sufrido bastante, y por más vidas de hombres que le entreguemos a la muerte esta no va a regresar a nadie a la vida.

La ira empezó a llenar las venas de Louis, alzó la vista y posó sus ojos en los de su hermana, los entrecerró levemente.

-¿Qué me estás pidiendo Dalia? - preguntó, aunque ya sabía cual era la respuesta. Su hermana podía ser impenetrable pero no era tarea complicada descifrar sus intenciones. La menor alzó levemente el mentón al notar la actitud con la que había empezado a hablar su hermano.

-Que honres la memoria de Laurie, una guerra es lo que él menos hubiera querido y lo sabes.

El silencio llenó la habitación, ambos mirándose fijamente, sus manos aún entrelazadas pero sin rastro de afecto en ellas.

-Mamá no podría soportar que algo te pase - hizo una pausa para suspirar - Yo no podría soportarlo.

-¿No podrías soportar que vaya a la guerra y muera o que vaya a la guerra y que Jamie lo haga? - la voz de Louis era seca, pero esta vez ni se inmutó en disimularlo. La mandíbula de Dalia se tensó notoriamente y apartó su mano para cruzarse de brazos. Las últimas luces del día se colaban por los grandes ventanales de la catedral, iluminando inconscientemente el cuerpo de Laurie y parte del rostro de Dalia, sus cabellos castaños ahora de un tono dorado.

-¿Que estás insinuando Louis? - preguntó con un tono suave, sin embargo la rabia y temor eran visibles en su expresión.

-No puedo hacer lo que me pides Dalia, es demasiado pedir, incluso para ti.

-¿Incluso para mí? Soy tu hermana - respondió ahora también entrecerrando los ojos.

-Y Laurie es mi hermano - Louis dio un paso al frente para estar más cerca, asegurándose que su hermana escuchara cada una de sus palabras - Y si padre considera razonable declarar la guerra, no pienso detenerlo. Si me quiere ahí yo seré el primero en ir - espetó, la determinación presente en cada una de sus palabras. La postura orgullosa de Dalia se derrumbó.

-¿Porque? - preguntó ella con voz temblorosa.

-Porque alguien ha apagado los latidos del corazón de Laurie, y no me importa que esa persona sea la misma que ocasione los del tuyo.

Call me to Heaven * Larry Stylinson *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora