Capitulo 15: "La tormenta".

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El panorama gris de pueblo Ballena solo atraía malas noticias. Leorio arrugo aquel sucio papel con su temblorosa mano con la respiración agitada. Sus ojos desorbitados los dirigia a la entrada que aun mantenia las puertas cerradas.

Sus lentos pasos en una sola direccion se entorpecian esperando lo peor. Abriendo la puerta y dejando resonar un fuerte eco en los pasillos quitaban toda esperanza al pelinegro.

Los pasos del chico se escuchaban de extremo a extremo dejando la sensación de que el lugar se encontraba totalmente vacio. Los trabajadores aunque son pocos rondaban por las habitaciones de par en par haciendo la compañía mas amena alejando los malos pensamientos que dejaba un hospital.

Leorio caminaba entre los pasillos mirando a través de los cristales de las puertas de cada paciente asombrado al darse cuenta que seguian ahi. Durmiendo...Tranquilamente.

Su recorrido terminaba en una desviacion a otro recorrido oscuro, alumbrado únicamente por la poca iluminación de las ventanas...atenuandose por la llegada de una tormenta.  Los estruendosos rayos se escuchaban en la lejanía advirtiendo a los pobladores.

El pasillo oscuro y silencioso no dejaba ver en donde iniciaba y donde termina.  Cerca...pequeños pasos y murmullos inquietaban al pelinegro, cualquier persona saldria corriendo al poco tiempo de haber escuchado esos sonidos pero Leorio no, aun buscaba respuestas de lo que paso con Pairo,  al menos es lo menos que el podría hacer tras lo sucedido. Pensando en ser perdonado.

Nuevamente se encontro con otra desviación...para ser un hospital pequeño no dejaba de parecer un laberinto atrapando a su presa. Algo nuevo sucedia, el pelinegro divisaba una luz destellante dentro de una de las habitaciones de los pacientes.  Sin personal en su interior las cosas no parecían si no para empeorar.

Su miedo lo mantenía a raya. Leorio se mantenia alerta; la imagen de Kaito se presentaba frente a el recordándole que habia cosas aun mas alla de lo que podia manejar. Tocando el marco de la puerta...cegado por la iluminación no lo penso mas y se adentro en ella.

Su sorpresa...

Las personas del edificio, sus compañeros. Atados de pies y manos dando la impresión de estar muertos. Leorio se encargó de revisarlos a cada uno para darse cuenta que aun respiraban solo que con un ligero detalle...un olor.

El desagradable aroma de la gasolina lleno el cuarto asustando aun mas al pelinegro al darse cuenta que una caja de fosforos se encontraba esparcida por el suelo. No era seguro seguir ahi, el corazon de Leorio latia sin medida, la respiración lo traicionaba amemazando con colapsar si no se mantenia a raya.

El cuarto recobró su silencio. Asimilar que sus compañeros estaban a punto de ser asesinados solo lo dejaban con una clara idea. El causante de esto no lo hizo pese a ser un mensaje...totalmente dirigido al chico que recordaba cada cosa en York City.

Unas nuevas pisadas resonaban en el edificio.  Lentas y suaves, descontrolaban aun mas al chico que no hallaba que hacer. Su instinto lo llevo a una las esquinas de la habitación conteniendo su respiración escondiendose tras las sombras.

Las pisadas cada vez se escuchaban en la cercania; una tras otra solo recortaban el tiempo del pelinegro. El sonido de del rose de los zapatos de alguien se detuvo justo en frente del marco de la habitación...dando asi una nueva escena.

La puerta del lugar se abria lentamente. Leorio era consumido por el miedo y el inminente silencio sin escapatoria.

  En el cuarto una pequeña mano asomaba su palida piel haciendo un pequeño ademán de asombro congeladose en el aire.

--¿Quién anda ahi?-- pregunto una suave voz temblorosa. Aquel chico no se atrevia a contestar tratando de calmarse  pero sin darse cuenta aquella persona entro en desespero acercándose a las personas que se encontraban en el suelo.

Una chica. Cabellera castaña, no dejaba la impresion de ser otra persona mas que Emma.

El pelinegro solto un leve suspiro acercándose rápidamente donde estaba ella desatando asi al personal del hospital.

--¡¿qué demonios estabas pensando Leorio?! ¡no es gracioso matarme de un susto!.-- grito aquella joven mostrándose palida al igual que Leorio.

--Emma. ¿Qué estas haciendo aqui?-- pregunto sin reparo tras la duda.

--yo estaba de paso únicamente.  El lugar siempre tiene a gente llendo y viniendo y se me hizo raro lo solo que parecía hoy asi que vine a investigar.  Ahora dime ¿qué hacían estas personas atadas?-- dijo la castaña buscando una respuesta al momento.

--No lo se...pero sea lo que sea que este pasando no es bueno y tenemos que poner a estas personas en un lugar seguro.-- Leorio mostraba su mirada intranquila y preocupada  por la escena. Uno tras otro fueron llevando a todo el personal fuera del edificio incluso a los pocos pacientes de la habitación.

El fuerte viento arrastraba las hojas del suelo de manera agresiva dando entrada a la tormenta. Leorio dirigida su mirada a una de las ventanas...

Una persona. Aún estaba adentro mirándolo fijamente solo para darse media vuelta y perderse por dentro.  El pelinegro mantenia sus ojos frente a lo sucedido.

Algo no estaba bien y el lo sabia. Con miedo y con la incertidumbre de lo que pasaria se decidio a entrar para buscar a la persona...

















Continuara...

Hasta el fin de los tiempos (Kurapika x Leorio) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora