Capitulo 8: "Un consejo... ¡da la cara!.

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Con un nudo en su garganta, Kurapika repasaba una y otra y otra vez las únicas palabras que dejo Leorio grabadas en ese arrugado papel. Por fuera, unos pequeños pasos se escuchaban acercándose por la entrada; aquel pequeño niño, con cabello oscuro y alborotado,ojos cansados y dando un gran bostezo era quien se mantenía parado frente a la puerta.

---Buenos días...---dijo Gon un poco pausado e intentando abrir bien aquellos ojos. ---Kurapika?---notando a su amigo arrodillado en la alfombra al pie de la cama solo quedo confundido mirando cada detalle que se ausentaba del oscuro cuarto.

Entre un llanto silencioso, Kurapika tomo aquel papel escondiéndolo en una mano y limpiando sus mejillas tratando de esconder su tristeza al notar la presencia del chico.

---¿Qué pasa?, ¿Te duele algo?.---dijo Gon mostrándose curioso ante la decaída postura del rubio.

---N-no es nada...tranquilo.--- contesto Kurapika escondiendo su rostro.

---y, ¿Donde esta Leorio?, aún es temprano.

---El, se fue antes para llegar temprano a casa.--- dijo el rubio soltando una breve sonrisa dedicada a Gon.

---¡Siiii!, ¡Por fin vamos a poder ir juntos al gran árbol!, ¡Mamá!...--- el chico enérgico dio un salto en su lugar para luego salir en carrera a la búsqueda de su madre. El ruido de la lluvia pegando con la tierra cesaba segundo a segundo siendo acompañada aún por el estruendoso sonido de los rayos golpeando con la tierra.

El rubio se puso de pie; cerro las cortinas del cuarto y guardo la carta en su mano; en su torpe caminar se mostraba aquella tristeza, el chico giro la cabeza mirando fijamente el cuarto medio vacío frente a sus ojos. ---Kurapika, ¿Qué sucede?.---dijo una tierna voz proveniente de aquella mujer que salia de su cuarto un poco dormida. Con inseguridad y apartando la vista no dijo una sola palabra. ---¡Kurapika!, ¡¿Qué sucede?!---, dijo Míto alzando un poco la voz llevándose ambas manos a su cintura y mirando seriamente al rubio entristecido.

---¡Leorio va a ir con nosotros al gran árbol!--- grito Gon abrazándose de la cintura de su madre que al escucharlo reaccionó acariciando su cabello. El pequeño se fue corriendo a la sala en el primer piso dejándola a solas con Kurapika.

---y bien?--- dijo Míto dedicando una pequeña sonrisa al rubio.

---N-no pasa nada, es solo que...--- sin poder terminar Kurapika fue hecho a un lado por Míto quien miraba atentamente el cuarto de Leorio.

---Donde esta?.--- dijo Míto mirando a los ojos al rubio.

---¡No lo sé!.---contesto fuertemente Kurapika luchando por no romper en llanto.

La confusión se hacia presente, mientras que aquel chico que cubría sus ojos tratando de impedir la salidas de esas gotas cristalinas...unos cálidos brazos lo rodeaban con gentileza y firmemente.

---No llores, tienes suerte de que el sea un idiota; no puede salir del pueblo y no pudo haber ido lejos.--- dijo Míto alzando el rostro del chico tomándolo suavemente de sus mejillas. El rubio reaccionó inmediatamente devolviendo el firme abrazo que lo hizo calma durante un tiempo más.

Desde fuera el ruido de la lluvia empezaba a parar, el viento que resoplaba fuertemente ahora se convertía en una cálida brisa que entraba desde la ventana del cuarto de Míto; la sensación que los brazos de esa mujer provocaba en el rubio se asemejaban bastante a los de su madre que se hacia presente en sus tristes recuerdos.

---Tranquilo, solo déjalo pensar claramente las cosas y ¡ya veras que vuelve a casa!--- dijo Míto acariciando el cabello del indefenso joven.

---y...¿Si no regresa?---contesto Kurapika llorando en silencio.

Hasta el fin de los tiempos (Kurapika x Leorio) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora