12. El último suspiro de amor

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El plan estaba trazado.

¿la misión? Salvar a Marinette.

El maestro Fu había revelado las identidades del grupo de cinco que había peleado el Día de los héroes, los miraculous sin dueño, ahora tenían uno, aunque fuera temporal con las órdenes de devolverlo al final y no entrometerse en la batalla contra Hawk Moth, de eso se encargarían los otros con ayuda de Viperion.

Chat Noir estaba seguro de algo mientras veía a su equipo movilizarse por la ciudad, salvaría a Marinette a toda costa, el desastre en París aún no se desataba y eso lo mantenía aún más alerta, no encontrarían a Fu con facilidad y Marinette no podía decir las identidades de sus compañeros, el cielo despejado brillaba con los rayos del sol.

Los gritos empezaron por todos lados y ahí empezó todo.

Marinette parecía flotar por las calles, la siguió sigilosamente, vio como su espada atravesaba a un chico que corría por ahí, la balanza se inclino a la derecha y ella continuo su camino, luego atravesó a otro chico, está vez la balanza se inclino a la izquierda, de pronto el chico comenzó a convertirse en piedra.

Marinette le susurro algo, sus gestos indicaban rabia.

Queen Bee fue la primera en aparecer, la pelea fue reñida, Marinette se defendía con su espada, las clases con Kagami tenían un efecto positivo. Carapace corrió a defender a su compañera.

-Chat Noir- esa voz, es maldita voz- Dame lo que quiero.

-¡Nunca!

Su bastón choco contra el de su padre, Gabriel Agreste peleaba con todas sus fuerzas, con todos sus sentimientos, miles de mariposas negras empezaron a volar por el cielo, incendios y devastación surgieron en cada esquina, más de un amok se hicieron presentes.

-No vas a ganar padre, no lo harás.

Una espada lo atravesó y la balanza se inclino, de repente dejo de poder moverse, lo único que sentía era como su corazón se volvía una piedra.

.

Había utilizado su poder más de una vez, corría de allí para acá, repitiendo más de una vez la misma escena, ayudando a sus compañeros, salvando a la portadora del dragón, al de la tortuga, al del mono, al del zorro...pero no veía por ningún lado a Chat Noir. Cuando por fin lo vio, también vio a Marinette, aún akumatizada se veía hermosa y se juro hacer una canción sobre aquella pelea, donde la villana era una chica con el corazón roto.

Chat fue vencido, solo tenía energía para una segunda oportunidad, solo una.

Corrió en su dirección y utilizo su poder una última vez, cuando la espada estuvo a punto de tocarlo, atravesó su espalda, Chat Noir volteo a verlo con incredulidad.

-Inocente- susurro Marinette- Puedes irte.

Su miraculous parpadeo y antes de que lo atraparan, salió corriendo para alimentar a Saas; Adrien había aprovechado la interrupción para alejarse de Marinette, enfocándose nuevamente en su padre, pensando que hacer para detenerlos sin dañarlos.

-Rindete hijo, no puedes ganarme.- su padre lo tenía contra el pavimento. Marinette volvía a acercarse a ellos.

-¡Marinette, lo que te dije era verdad! ¡Te amo! ¡Te amo más que a nadie en este mundo, eres mi vida!

Marinette paro en seco y llevo sus manos a su cabeza, negando y gritando, peleando por salir.

-¡Me usaste!

-¡Si!- acepto- ¡Pero ahora se que jamás debí darme por vencido! ¡No cuando tú jamás lo hiciste!

-Basta de tanta charla- declaro Hawk Moth- es la hora de tener el anillo del gato.

Y con cuidado y sin escuchar los gritos de su hijo, tomo el miraculous de la mala suerte.

.

Se sentía libre, tan libre como nunca en su vida, el peso de la venganza se había ido y el refrescante viento soplo en su rostro.

Rena Rouge sujetaba sus aretes y le sonreía con ternura, ambas vieron como Hawk Moth se apoderaba de un miraculous.

-Salvanos, Ladybug.- casi suplico su amiga antes de irse.

En tiempo récord se puso los aretes.

-Tikki, motas- susurro.

Hawk Moth volteo seguro de su victoria, su sonrisa se borró al ver a la heroína, el rió con ganas.

No tenía necesidad de traer apoyo, no.

Mataría a esa insoportable chica.

-Adrien, también te amo- declaro antes de lanzarse a pelear con su yoyo.

Adrien conocía cada secreto de su padre, cada movimiento, cuando vio el suave reflejo de una espada saliendo de su bastón, supo lo que haría.

Corrió hacía Ladybug, su vida pasaba frente a sus ojos, veía a su madre besándolo, su padre cuidando de ambos, llendo de picnic, siendo una familia y luego sus amigos, las fiestas a las que se escapaba, las risas y las bromas y la final estaba ella, la única mujer que lo amaba por lo que realmente era, con o sin máscara, los dulces ojos azules que profesaban su amor quedaron grabados en su mente, aún cuando la cuchilla lo atravesó, solo pudo sentir amor.

-¡ADRIEN!- gritaron simultáneamente.

El anillo todo hasta Marinette quien sujetaba el cuerpo de Adrien, sangraba, más de lo que le gustaría ver.

-No, no, no, no me dejes mi amor, no ahora, no- repetía.

-Jure que te protegería- fue lo último que le dijo y tras un último suspiro, murió.

Siempre fuiste tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora