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Taeil sintió el aire golpear su cara causando que su cabello se volviera loco. Este solamente soltó una grosera en bajo para volverlo acomodar de nuevo tratando de que la pequeña caja que traía en manos no se cayera.

Hoy era el cumpleaños de su hermano menor y el le tenía una tierna y peluda sorpresa.

Cuando se encontró frente a la puerta de su departamento toco el timbre algo desesperado. En sus manos sintió la caja moverse de manera brusca y le susurro que esperase un rato mas, como si el animal pudiera escucharlo.

La puerta se abrió segundos después y ahí se encontraba Johnny rascándose su nuca.

─ ¡Feliz cumpleaños! ─grito Taeil sonriente mientras entraba a su hogar.

─ ¿Qué haces aquí? ─preguntó Johnny confundido mientras lo seguía hasta la sala y cerraba la puerta.

─Vine a felicitarte por tu cumpleaños, es algo obvio. ¿No crees?

─Lo se, pero dije que iría a tu casa después de...¿qué hay en la caja?

─ ¿Ya te dio curiosidad? ─preguntó Taeil mientras se sentaba en el amplio suelo de la sala y dejaba la caja con pequeños hoyos frente a el─. ¿Estas listo?

─ ¿Listo? ─preguntó Johnny mirándolo confundido.

─Es tu regalo de cumpleaños.

Taeil abrió lentamente la caja para después sacar con delicadeza a un conejo blanco con unos brillosos ojos negros. El conejo estaba un poco grande pero era muy tierno, además su pelaje se notaba que era suave. Este se contrajo al cuerpo de Taeil escondiendo su cara en su brazo ya que tenía miedo de donde se encontraba.

─ ¿Me compraste un conejo?

─No, no. Adopte un conejo. Es un Belier Holandés. ─dijo Taeil corrigiéndolo.

─Increíble...

─ ¿Verdad que si?

─Lo dije con sarcasmo.

─Pero es bonito y te puede hacer compañía. ─Taeil comenzó a acariciar su cabecita con delicadeza.

─No necesitó compañía.

─Claro que si. Apenas sales de casa a no ser que sean por tus clases.

─ ¿Para que mas saldría?

─ ¿Te gusta? ─preguntó Taeil mientras tomaba al conejo y se lo mostraba, el conejo solamente movio sus bigotes.

─Es bonito pero...no tengo zanahorias.

─ ¿Y quien dijo que deberías tener zanahorias? ─preguntó Taeil confundido.

─Es un conejo.

─Ay dios santo. Ellos no comen zanahorias, puedes darle de vez en cuando pero no es parte de su comida diaria, puede hacerle daño.

─ ¿Ah...no es asi? ─pregunto Johnny confundido.

─Aigo, tu estas a otro nivel.

─Aun así no tengo nada que el necesite. No tengo cama, comida o donde haga popo.

─ ¡Comprémoslo ahora mismo! ─grito Taeil levantándose del suelo con el conejo en brazos─. Yo manejo, tu cárgalo.

─Pe-ero...

Taeil no lo dejo terminar de hablar ya que le dio al conejo. Johnny lo cargo con toda delicadeza. Ambos hicieron contacto visual y el conejo olfateo su brazo para después darle una leve lamida.

─Creo que le agradas. ─dijo Taeil sonriente.

×××

El carrito que tomaron estaba totalmente lleno. Taeil había estado exagerando con las cosas que le iba a comprar al conejo. Todo era demasiado.

Hasta le había pedido consejos a uno de los trabajadores e informarle un poco a Johnny sobre el cuidado de estos.

─También deberías comprarle este juguete. ─dijo tomando una bolita de madera especial para los dientes del conejo─. ¿Sabías que si no le consigues algo con que morder entonces sus dientes pueden crecer demasiado y eso seria un problema?

─Pero para eso esta la comida.

─No es suficiente con eso. ─dijo acercándose a los brazos de Johnny ya que ahi se encontraba el conejo y le coloco el juguete frente a el. El conejo lo olfateo para después comenzar a morderlo─. Le gusta, perfecto.

Fueron hasta la caja a pagar por todo lo que Taeil había tomado. Claramente Johnny no tuvo de otra que pagar con su dinero.

El conejo al parecer estaba cómodo ya que en todo momento Johnny no lo soltó de sus brazos. Hasta se había quedado dormido.

Cuando volvieron a la casa tuvieron que subir todas las cosas hasta que llegaran a su departamento. Fue duro ya que algunas cosas eran pesadas y el conejo en brazos no ayudaba mucho.

Taeil comenzó acomodar el refugio del conejito para que se sintiera mejor y mas relajado. Al lado de la su camita había un pequeño botecito con heno en el.

─ ¿Comen pasto? ─preguntó Johnny mirando a Taeil seguir arreglando la casita.

Mientras el conejo estaba olfateando la casa para comenzar a familiarizarse, corriendo de un lado a otro como si estuviera en una carrera.

─Es heno.

─Es lo mismo.

─Si claro, es lo mismo. ─dijo Taeil sarcástico.

─ ¿Y...cómo hace popo?

─ ¿Ubicas el cereal de bolitas de chocolate? ¿Dónde sale el conejo sonriente?

─Aja.

─Asi las hacen.

─Espera...por eso hay un conejo en el empaque. ¡Que sorprendente! ─grito Johnny sorprendido, no sabía eso─. ¿Y si al final ese cereal en realidad es popo de conejos y no...de cereal real?

─Que asco, Johnny.

─Aun así, ¿las hace en su bañito especial? ─preguntó apuntando la bandeja que estaba en la esquina, en ella había una especie de papel que parecía absorber los líquidos y excrementos que salieran del conejo.

─Límpialo seguido. También revisa que se alimente de manera saludable. Dale lechuga, acelga, apio, alfalfa. Y ese tipo de cosas saludables.

─Ya entiendo. Gracias por darme al conejo. ─dijo Johnny mientras veía al conejo correr hacia su habitación.

─Ya acabe. ─dijo mirando su refugio terminado.

─Por cierto se te olvido mi pastel. ─dijo Johnny recargándose en la pared.

─Te traje un maldito conejo, ¿eso no es suficiente?

─Yo quería mínimo un pastel, no un conejo.

─Ah, pedimos uno y ya.

Johnny asintió y Taeil saco su celular para pedir el pastel al igual que comida ya que morían de hambre. Ambos comenzaron a comer al momento que la comida había llegado.

Taeil comenzó a platicarle que sus padres los extrañaban y el dijo que iría pronto a visitarlos. Entre charla y charla se hizo la noche y su hermano decidió que era mejor irse a casa con su esposo.

El conejo solamente seguía mirando la casa como si fuera un misterio que resolver. El conejo blanco se acercó hasta su casita y comenzó a comer su heno feliz.

Le gustaba mucho este nuevo hogar, el olor de su humano le agrada demasiado y además si se colocaba en la ventana podía tener una hermosa vista.

Sin poder evitarlo el conejo dio un gran salto de felicidad.

Weird bunny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora