Nadie en toda Grecia tenía tanto ganado
como el rey Augías, el hijo de Helios, el
dios Sol. Y dos buenas razones lo
explicaban. Por decisión de los dioses,los rebaños de Augías no sufrían
enfermedades. Pero además su padre
Helios le había regalado doce toros
feroces que defendían de las fieras al
resto del ganado.
Augías no mandaba a limpiar sus
establos. Al principio, por puro descuido
y abandono. Pero después de unos años,
porque se fue convirtiendo en una tarea
simplemente imposible. Treinta años
después, la bosta de tres mil animales se
había acumulado de tal manera que era
casi imposible acercarse a los establos a
causa del hedor que despedían. Desde el
mar, los barcos se enteraban por el olor
de que estaban cerca del reino de Augías.
Mientras tanto, las tierras de los
campesinos se volvían estériles, porque
Augías les negaba el estiércol que hubieraservido para abonarlas.
Cuando Heracles llegó a la tierra de
Augías, estuvo a punto de utilizar la tela
que le había servido para filtrar el
venenoso aliento de la Hidra. Apestaba de
una manera insoportable. Sus habitantes,
sin embargo, parecían estar
acostumbrados.
Augías lo recibió en su palacio. Las
hazañas del héroe ya eran famosas en toda
Grecia. En el banquete, bebiendo un
delicioso vino, Heracles se jactó de su
fuerza: los famosos establos no eran un
problema para él. Estaba seguro de poder
limpiarlos en un solo día. Augías sabía
que eso era imposible.
—Si logras esa hazaña —le dijo—, te
entregaré la décima parte de mis rebaños.
Augías estaba convencido de que elvino había nublado la cabeza de Heracles,
pero el héroe sabía muy bien lo que decía.
Ya había visitado los establos y había
comprobado que dos ríos bastante
caudalosos pasaban muy cerca de allí.
Al día siguiente Heracles, usando su
enorme fuerza, cavó dos canales para
desviar el curso de los ríos y hacerlos
pasar por los establos. Después derribó
una parte del muro para que entrara el
agua y otra para que hiciera de desagüe.
Los dos ríos se precipitaron en los
establos, sus aguas confluyeron y
chocaron, y se arremolinaron entre las
paredes. Y en un solo día el trabajo de
limpieza estuvo terminado.
Augías estaba muy enojado, porque
jamás se había imaginado que iba a poder
completar la tarea en tan poco tiempo. Yse negó a pagarle, argumentando que ese
trabajo lo tenía que hacer de todos modos
porque se lo había encargado Euristeo.
Por su parte, Euristeo, que se había
imaginado a Heracles avergonzado y
humillado, con una pala en las manos,
cubierto de estiércol y jadeando de fatiga,
no quiso contar este trabajo entre los diez
que debía realizar, con la excusa de que
Heracles le había pedido un salario a
Augías yentonces no lo había hecho solo
para él.
Heracles había cumplido ya con seis de
los diez trabajos... y sin embargo todavía
le faltaban otros seis.
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Dioses y héroes de la mitología griega
RandomEn esta obra, Ana María Shua narra con un estilo magistral los relatos míticos más bellos. En sus páginas se encuentran el mito de la creación del Universo, el origen de los dioses del Olimpo, y las aventuras de los héroes más valientes, como Heracl...