Leon x Nita. Tribus En Guerra.

3. RECUERDOS.

Leon enseguida va a ayudar a su amiga, esta se retuerce en el suelo con las manos en la cabeza y chillando de dolor.

- Por favor Nita, tranquila, tienes que tranquilizarte, ¿ de acuerdo? - Dice Leon obviamente preocupado.

El camaleón la intenta sostener en sus brazos mientras esta no para de retorcerse y de gemir.

- ¿ Que diantres le pasa?- piensa el chico abrazándola por detrás para inmovilizarle los brazos, intentando que no se mueva mucho.

Por parte de Nita, a ella no le paran de salir muchas imágenes y susurros en su cabeza, y de nuevo ve otra vez lo que ha soñado, entonces abre los ojos de repente asustada, respira muy rápida y agitadamente y no puede moverse por el agarre del chico.

- Tranquila Nita, no te voy a hacer nada, sé que no me recuerdas, pero no voy a hacerte nada, ¿ vale?

Nita se calma un poco al notar que el chico afloja el agarre, ¿ por que le ayuda y no la mata? Se pone en pie enseguida y lo mira.

Se le notan los años trabajando duro y sólo en el bosque, pues si fuese de alguna tribu estaría dentro de las fronteras de esta, ¿ o no?, e incluso se le puede notar una profunda cicatriz en la mejilla izquierda como señal de pelea.

La osezna no sabe si correr o quedarse, no quiere volver con las manos vacías, pues a su padre le causaría una gran decepción, pero no quiere matarlo, después de que él le haya perdonado la vida ella no, no quería matar, sólo por ese simple echo.

Un aullido se escucha entre los árboles y es arrastrado por el viento hasta los oídos de los dos adolescentes.

- Ven, te enseñaré un buen camino - dice Leon mirando directamente a Nita.

- He venido a intentar matar a mi primera presa, no puedo volver con las manos vacías em...- dice Nita, sólo que se traba un poco al no recordar muy bien el nombre del chico.

- Leon- dice este solamente, pues tampoco hace mucha falta más.

- Sí eso Leon, no puedo volver con las manos vacías, mi padre... - empieza a decir la osezna mirando con suplicacia al chico

- Sí tranquila, te ayudaré- la interrumpe, pues si se trata de familia es algo en el cual, él no va a entrometerse.

- Muchas gracias.

- De nada, ven te enseñaré un buen lugar- acto seguido Leon se da media vuelta y empieza a correr.

Nita se queda en su sitio sin saber que hacer, lo acaba de reconocer, ni siquiera sabe que son esos recuerdos. Leon parece darse cuenta y se da media vuelta para mirarla.

- Si te quisiese hacer daño ya lo hubiera hecho, ¿ no crees? - le dice regalándole una sonrisa. Estaba contento de volver a verla y a la vez destrozado por que ella no lo recordara.

Nita decide seguirle, no sin antes soltar a Bruce por si acaso. El enorme oso dirige la mirada hacia la chica, Nita señala a Leon antes de empezar a correr, Bruce la sigue pero por las sombras de los árboles para que no le vea, al gran oso no le ha dado tiempo a mirar bien de quien se trataba pero no le da importancia.

Nita corre todo lo que puede siguiendo a Leon, el chico se mueve como un maldito mono por los enormes y gruesos árboles, escucha que el chico las risas del chico, las luciérnagas le dan un poco de luz al bosque además de la luna llena haciendo que tenga un aspecto mágico.

Entonces llega a un claro, la espesa niebla se extiende y hace que parezca una escena con aire sepulcral. No encuentra a Bruce por ninguna parte, entonces escucha un aullido, se le pone la piel de gallina, escucha las pisadas de los lobos corriendo hacia allí. Entonces la agarran por la espalda, con un brazo le rodea la cintura y con la otra mano le tapa la boca justo antes de que suelte algún grito. Leon la lleva detrás de un tronco lo suficientemente grueso como para ocultarlos.