9. ÚLTIMA VEZ.

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Nita ayuda a levantarse a Sandy, el chico tiene sangre por toda la cara y él sólo se recolocacion la nariz con dolor.

- Nita ¿ qué? - pregunta el camaleón con un hilo de voz.

- No puedo permitir que lo mates. - dice Nita con voz dura.

- ¿ Desde cuando eres salvadora? - inquiere Leon, quien había empezado a enojarse. - si mal no recuerdo me intentaste matar por falsa acusación.

- He decidido que no. - Nita continúa de espaldas y Sandy en el suelo sin poder moverse.

Para su sorpresa Leon ríe, pero es una risa grave, como si no se lo creyera.

- No sabes mentir Nita, al igual que él. Es de le tribu zorro Nita, ¿ o es que no te has dado cuenta? - inquiere Leon sereno, pero en el fondo estallaba de ira.

Por fin Nita se da la vuelta y mira a Leon a los ojos.

- No, él es mi prometido. - dice Nita con mirada severa.

Era como si le echaran un balde de agua fría o que volviese a la realidad cuando le habían dado un puñetazo con un guante de hierro.

- ¿ Q-Que? - repite Leon con un hilo de voz, sintiendo que le quema el pecho.

Se pone de pie y avanza hacia Nita, era su límite, tanto sufrimiento en vano.

- Lo que escuchas Leon, además, le debo la vida.

- ¿ A sí? - recrimina Leon apretando los dientes furioso.

- Sí, él me salvó cuando era pequeña. - se defiende Nita sin inmutarse.

- El único con quien has estado es conmigo. - reprocha Leon.

- No soy tuya Leon, creo que ya lo sabes. - dice Nita furiosa.

- Claro, y supongo que la promesa también será una mentira. - le grita Leon ya arto.

Nita baja la cabeza, pero ¿ que tan importante era la promesa? Lo mira a los ojos. Leon parece furioso y dolido.

Para sorpresa de la osezna, Leon la agarra de los hombros y la atrae hacia él.

Besándola.

Nita abre mucho los ojos, jamás creyó que fuera a besarle. Pero ¿ pro que no podía apartarse? De repente las fuerzas se fueron y cierra los ojos. Sintiendo como el camaleón juega con sus labios.

Pero, esto era.... conocido, como si ya lo hubiera hecho otra vez. Como si fuera la segunda vez que sentía sus labios.

Inconscientemente, los brazos de Nita rodean el cuello del encapuchado e intensifica ese sentimiento.

Después siente como Leon la separa de ella con cuidado, Nita abre los ojos.

Ha desaparecido.

Se vuelve hacia Sandy, quien está inconsciente en el suelo. Nita invoca a Bruce.

- Bruce, por favor, llevalo con mi padre, voy a buscar a Leon.

El enorme oso de color rojo asiente y con Sandy en la espalda sale corriendo por la maleza. Nita se da media vuelta y sale corriendo por donde se ha ido Leon, necesitaba una explicación, su cabeza estallaba a preguntas sin ninguna respuesta.

Ya llevaba varias horas corriendo, aunque la verdad ya había perdido la loción del tiempo. Llama a gritos a su amigo una y otra vez, pero el único que contestaba era el silencio o el leve crujido de las hojas y ramas al pasar.

- Como odio que sea invisible. - piensa Nita abriendose camino entre varios arbustos.

Empezaba a caer la noche, no había ni rastro de Leon y Nita tiene la desagradable sensación de que se encuentra perdida.

Al final, entre cortes y tierra, se sienta en el mullido suelo jadeando. Pero al mirar a su alrededor le da un vuelco al corazón.

Muchos árboles de su alrededor están partidos por lo que parece una gran fuerza, otros tienen arañazos, pero no como los de un oso, si no como si algo circular los hubiera tocado.

Nita alarga la mano para tocar el extraño arañazo...

- Leon, estamos muy lejos. - dice la pequeña de gorro de oso asustada mientras se pega más a su amigo.

- Tranquilízate Nita, estás conmigo y te prometo que no pasará nada. - le asegura el camaleón mientras que la coge de la mano.

Un ruido sordo, similar al de un trueno, resuena en los oídos de ambos chicos, que se giran rápidamente. Allí, unos cuatro metros a lo lejos, grandes hombres con lo que parecen armaduras de hierro giran sus ojos rojos como el fuego hacia ellos. No tienen pupila, y tampoco parece tener carne, al andar resuena un ruido metálico y pausado.

Las extrañas criaturas los localizan, levantan un etraño trozo de metal alargazo, con un agujero en la boca mientras aprietan un trozo de metal más pequeño como la punta del dedo índice.

Acto seguido se vuelve a escuchar el mismo ruido sordo y Nita siente un gran dolor en el lado izquierdo, justo debajo de la caja torácica y se encoge de dolor agarrándose el lugar dañado, luego quita la mano y la ve manchada de su propia sangre.

- ¡ NITA! - grita Leon asustado. Se quita el jersey ( la cabeza se le ve borrosa debido al dolor) y de lo pone encima a Nita, haciéndolos a ambos invisibles.

Las extrañas criaturas miran a todos lados sin localizar a sus víctimas. Uno falla y le da a un árbol, dejándole un singular arañazo.

Nita aparta la mano temblando del árbol y mira a su alrededor, es allí donde sucedió todo, donde se muestra la verdad.

Su promesa.

Leon x Nita. Tribus En Guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora