Abrí los ojos, todo estaba oscuro, prendí la lámpara y me di cuenta que Alex no estaba. Todo había sido un sueño, él no había venido a verme y no me había dicho que era inocente, él no estaba aquí conmigo.
Todo había sido un sueño, las lágrimas brotaron de mis ojos sin poder contenerlas y volví a llorar en silencio.
La soledad y su ausencia me estaban destruyendo, anhélaba tanto tenerlo cerca pero temía que si lo perdonaba era como perder mi valor como persona y me estaría perdiendo a mi.*******
Caminaba por los pasillos del instituto al lado de Jenna, ahora a ella tampoco podía verla a la cara por lo que me había confesado Romina. Ambas eran mis amigas y no quería que sufrieran.
Íbamos caminando cuando un chico me grito un comentario asqueroso, yo no quise darle importancia pero Jenna se detuvo y le dió una cachetada.
—¡Te exijo que la respetes y que la dejes en paz!, —le había gritado Jenna.
—Eso debió de hacer ella antes convertirse en una zorra, quien la manda hacer una chica tan fácil.
Jenna volvió a gritarle, y yo no tenía ganas de quedarme a ver cómo terminaría todo así que me dirigí a mi próxima clase. Di unas cuantas zancadas y Jenna me alcanzó.
—¿Estás bien Azul?.
Porque siempre me preguntaban si estaba bien cuando en realidad no lo estaba, no estaba bien y odia mi vida. No le respondí y estuve apunto de llorar, estaba cansada de sus comentarios ofensivos, de ver cómo habían llenado mi locket de esas horribles cosas, de cómo todos los días había un mensaje en mi pupitre diciéndome"zorra", estaba cansada de todo.
—Lo siento, no debí de preguntar eso —extendió sus brazos y me abrazó.
—Estoy cansada Jen, estoy muy cansada y decepcionada de mi misma. —No pude evitar y comencé a llorar.
—Todo va a estar bien, porque aquí estoy yo para defenderte, okay. —Asentí ante su comentario.
Me limpié las lágrimas y entramos al salón.
La clase de literatura comenzó, la profesora nos empezó a dar notas y a explicarnos un montón de cosas que no pude entender.
No tuve cabeza para poner atención y me quedé pensando en otras cosas. Estaba tan distraída que no me di cuenta cuando la profesora me habló, hasta que Romina me dió un codazo y regrese a la realidad.
—¿Que pasa Romina.
Romina me hizo de seña hacia la profesora quien me miraba muy enfadada.
—¡¡Gilbert!! —gritó la profesora y dejo ver su enfado. —Veo que no te importa mi clase como tú calificación, verdad.
—Por supuesto que me interesa. —Repliqué, pero ella negó con un movimiento de cabeza.
—Estas reprobada en mi materia, quiero que vengan tus padres para hablar con ellos —. La profesora me entrego un examen con un enorme cero.
—¿Porqué?.
—Porqué no entregas tareas, reprobaste el examen y porque no te interesa la clase, ahora sal de mi salón.
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La gran mentira
Ficção AdolescenteY entonces jamás supieron el porque se encontraron, el porque se dañaron y el porque de sus errores... Ella se había convertido en su gran mentirosa y él en su gran mentira, ambos encontraron en el otro la pieza clave que les faltaba pero entonces s...