un cambio de hábito.

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Shirley llegó a la ciudad con una pierna rota
y conoció a un chicano que fumaba
largos y delgados cigarros
consiguieron un departamento
en un quinto piso
de la calle Beacon;
la pierna no le molestaba
demasiado y
veían la televisión juntos
y Shirley cocinaba
con muletas y todo;
tenían un gato, Bogey,
y algunos amigos
hablaban sobre deportes, sobre Richard Nixon
y sobre cómo demonios cojer.
funcionaron algunos meses,
luego Shirley se quitó el yeso
y Manuel, el chicano,
consiguió trabajo en el Biltmore,
Shirley cosió los botones de las
camisas de Manuel y remendó sus
calcetines, pero
un día Manuel regresó a casa y
ella no estaba
se había ido
sin pleitos, ni avisos, sólo se
llevó toda su ropa
todas sus cosas,
Manuel se sentó en la ventana, miró hacia fuera
y al otro día no fue a trabajar
ni al día siguiente
ni al otro
ni otros después,
tampoco llamó por teléfono y
perdió el trabajo, lo multaron
por estacionarse mal, se fumó
cuatrocientos sesenta cigarros,
lo apresaron por borracho, salió
bajo fianza, fue
a la corte y negó
toda responsabilidad.
cuando se acabó la renta
se cambió de la calle Beacon,
dejó al gato y se fue a vivir con su hermano
se emborrachaban
todas las noches
y hablaban de lo
terrible
que era la vida.
Manuel nunca volvió a fumar
largos y delgados cigarros
porque Shirley siempre le dijo
lo guapo que se veía
cuando lo hacía.

Charles Bukowski.Where stories live. Discover now