la pelirroja.

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su cabello era rojo
de verdad
se le alborotaba un mechón
y me preguntaba
«¿todavía está ahí mi culo?»
una comedia así
siempre hay una mujer
que te salva de otra
y mientras esa mujer te salva
se prepara
para destruirte.
«a veces te odio»
me decía.
salía y se sentaba
en el balcón a leer mi libro
de Catulo, y se quedaba afuera
durante una hora.
la gente iba y venía
pasaba por mi casa
y se preguntaba
de dónde habría sacado
un viejo feo como yo
una chica tan bella.
yo tampoco lo sabía.
cuando entraba la agarraba
y la sentaba en mis piernas
levantaba mi vaso y le decía,
«bebe esto».
«oh, decía, mezclaste
vino con Jean Beam, te
vas a poner pesado».
«te pintas el pelo, ¿no?»
«no sabes distinguir», me decía
y se levantaba y bajaba los pantalones
y la pantaleta
y el pelo de ahí abajo era
del mismo color
que el de arriba.
el mismo Catulo no podría haber deseado
una belleza tan arquetípica y
maravillosa;
luego se volvió
tonto
porque los muchachos tiernos
no están lo suficientemente locos
como para convertirse en mujeres

Charles Bukowski.Where stories live. Discover now