O N C E

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No pudo evitar sonreír al ver como un ligero temblor se extendía por el cuerpo del delgado joven. Aún no había podido mirarlo a la cara, sin embargo, sabía que probablemente estaría con la mirada empañada mientras se mordisqueaba los labios nerviosamente. Relamiéndose los labios, se inclinó un poco más hacia adelante, permitiéndose acariciar el grácil cuello con los labios. Vio atentamente cómo el muchacho se volvía lentamente y sin siquiera mirarlo, simplemente se escabulló entre sus brazos, estrujándolo con fuerza mientras un leve sollozo se ahogaba en su camisa.

Profundizando su sonrisa, le devolvió el abrazo con la misma fuerza mientras se permitía hundir la nariz en los mechones de espeso cabello marrón.

-No tengo mucho tiempo...- murmuró al cabo de varios minutos, sintiendo cómo el menor se separaba apenas lo suficiente como para mirarlo- Sólo vine para hacerte una pregunta...

-¿Sobre qué? - frunció el ceño.

-Si en este momento, te pidiera irte conmigo... ¿Lo harías?

-¿Irme contigo? - el moreno simplemente asintió mientras una de sus manos acariciaba fervientemente la regordeta mejilla- ¿A dónde? ¿Cómo?

-A donde sea...- se relamió los labios- Solo seríamos tú y yo...

-Pero ¿Qué pasaría con mis padres? ¿Contigo? - sacudió la cabeza- Mi padre no descansaría hasta encontrarme, y podrías meterte en problemas por eso.

-No me importa...- confesó- Todo lo que me importa eres tú.

-Yo, no lo sé...- apartándose, simplemente vio cómo el moreno lo miraba con un deje de inseguridad- No puedo dejarlo todo...- boqueó, agachando la mirada.

No puedo dejarlo todo por ti...

Las palabras picaban en sus labios y el ardor de la indecisión estaba haciendo mella en su interior. Sacudiendo la cabeza, simplemente vio cómo el hombre frente a él endurecía sus facciones y lo miraba firmemente.

-Estoy en el mismo hotel de la vez anterior. Sólo estaré aquí el fin de semana. -murmuró prontamente el moreno, sorprendiendo a SeungRi, quién simplemente frunció el ceño- Tomaré el primer vuelo de regreso el domingo por la mañana.

-Young Bae...

-Te esperare hasta entonces...- murmuró. Después simplemente comenzó a alejarse.

-Young Bae...- lo llamó.

-La última vez dije muchas cosas para alejarte, pero ahora es completamente tu decisión si vienes o no... - después de decir aquello, simplemente desapareció por el pasillo, dejando al joven ojeroso con miles de preguntas e inseguridades.

Si cerraba los ojos aún podía traer a su memoria todas las tardes que pasaron tiempo juntos. En especial recordaba cómo el moreno solía sentarse en la sala del departamento de su hermano mientras él se sumergía en los cientos de deberes del colegio. Nunca se había quejado por simplemente mirarlo, incluso a veces solía ayudarlo cuando comenzaba a frustrarse por no entender algo. En esas tardes el moreno lo más que hacía era robarle un inocente beso cuando no había nadie mirando. Recordaba sentirse bien cuando esas cosas pasaban. Entonces, ¿Por qué le era tan difícil tomar una decisión?

Te esperaré y será completamente tu decisión.

-Por supuesto, sin presiones...- soltó una pequeña risa amarga. Girándose hacia el estante nuevamente, sintió el teléfono vibrar en sus pantalones. Su madre solía prestarle su propio móvil cuando su padre no estaba cerca. Sacándolo de su bolsillo vio una llamada del restaurante de su madre, seguramente se preguntaba dónde estaba. Suspirando profundamente, tomó el paquete y caminó hacia la zona de cobro- Si decidiera irme con él, por lo menos no tendría que seguir siendo vigilado...-murmuró.

CASI UNA NOVELA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora