Gine apretó fuete mente sus ojos. Estaba total mente impactada aún y no sabía que hacer.
- te pasa algo?
Esta abrió lentamente sus ojos y observó a aquel hombre que le sostenía la muñeca. Ella perdidamente al abrir los ojos quería escapar para poder correr pero al ver qué este no la soltaba y solo la observaba se puso tensa. No tenía las fuerzas suficientes para safarse de su agarre ya que pensaba que si lo hacía empeoraria las cosas. Gine temblorosa apenas y pudo pronunciar unas palabras
Gine- no..
- no?
Gine- no soy de aquí...
- con razón, ya se me hacía raro que nunca te aya visto, y bienes acompañada?
Un escalofrío recorrió toda su espalda a lo que está ya no sabía que hacer.
Nozomi- disculpe caballero podría hacerme el favor de soltar a mi hija.
- ella es tu hija!? Tu eres la loca que todos suelen decir por este pueblo! A qué viniste bruja!?
Aquel hombre la suelta bruscamente aventando la al suelo. Nozomi levanta a su hija del suelo y la sacude para quitarle la tierra que le avía quedado. Después de esto no le dirigió la palabra aquel hombre y seguir comiendo.
- eres una maldita bruja! Regresaré a un maldito lugar!
Alguna que otros persona soltaban abucheos hacia aquella mujer a lo que gine quedó desconcertada pero sorprendida. Su madre los ignoraba completamente. Esta los miraba desde lejos volteando los a ver mientras caminaba rápidamente detrás de su madre. Esta al estar distraída choca con un joven a lo que la hizo retroceder.
Gine- eh... Lo siento mucho!
Esta al quedar un poco confusa con aquel golpe sacude un poco su cabeza obligándola después abre de frente a aquel joven que se encontraba.
- si... No te preocupes... Solo ten más cuidado.
Un joven de una cicatriz, cabello alborotado y de tés blanca estaba parado frente a ella. Esta lo miro directamente a los ojos. Era un obscuro bastante bonitos para ella, en la forma que miraba tan seria y profunda haciendo que quedara sorprendida por unos segundos antes de que fuera interrumpida.
Nozomi- gine, cariño no te distraigas vámonos, permiso joven...
Gine no pudo evitar sonrojarse en el transcurso de camino a casa.
Al llegar gine y su madre entraron a la casa y acomodaron aquella carne que solo avían obtenido.
Gine- madre... Por qué no terminamos las compras?
Nozomi- que no viste como se puso!? Te dije que me siguieras, no se en qué momento te distraiste!
Gine- si pero podíamos aver los ignorado...
Su madre respira profundo y exhala en un suspiro pesado.
Nozomi- gine... La verdad pensé que ya estabas preparada... Pero al ver cómo ese hombre te atrapó... No creo que me vuelvas a acompañar...
Gine- que!? Pero madre...
Nozomi- pero nada gine! Tu te quedarás en casa asta que sepas cómo cuidarte!
Gine- pero se cómo cuidarme!
Nozomi- cuidarte!? Tienes quince años, aún eres una niña! No sabes nada tú lo que aquel hombre pudo hacerte! Eres aún muy inmadura para cosas tan serías. Solo te la pasas jugando, así jamás podré sacarte de aquí si no sabes persuadir, además todavía chocaste con aquel muchacho!