Capítulo 34

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Cuenta Tini
Entramos a la casa y yo no puedo creer lo hermosa que es por dentro. Es muy grande, Sebastian se esforzó de verdad. Está amueblada pero no mucho.

Frunzo el ceño.

Sebas: No compré todo porque quería que lo hagamos juntos. -Me explica cómo si leyera mis pensamientos.

Yo solo le sonrío.

Subimos las escaleras y nos encontramos con un montón de puertas, empiezo a abrir todas. En una había una habitación enorme con un baño privado.

Tini: Desde ya te aviso que esta es nuestra habitación.

Me sonríe.

Sebas: Ya sabía que me ibas a decir eso.

Me agarra la nariz.

Sebas: Sos igual a mi.

Reímos, aunque yo no le encuentro la gracia al chiste.

Seguimos recorriendo y nos encontramos con otra habitación que es de tamaño mediano. Me empiezo a imaginar a Noah y a Dante jugando juntos dentro de unos años.

Sebas: Te estás imaginando a nuestros hijos ¿no?

Me abraza por atrás y apoya su barbilla en mi hombro derecho.

Tini: Si ¿Cómo sabes?

Le acaricio la cara.

Sebas: Se te nota, te brillan los ojitos.

Tini: Te amo ¿Lo sabés no?

Me giro para estar frente a frente.

Sebas: Obvio que lo sé.

Nos besamos pero tenemos que separarnos por un llanto. Lo alejo de mi y bajo corriendo las escaleras para encontrarme a Noah llorando en los brazos de mi mamá. Se me parte el corazón.

Tini: Damelo.

Me hace caso y cuando lo tengo en mis brazos le empiezo a cantar bajito. Al ratito se duerme.

Caro: Vas a tener que utilizar esas tácticas de ahora en adelante. -Susurra para no despertarlo.

Tini: Que suerte que no se despertó Dante.

Apenas termino de decir eso, mi otro hijo se pone a llorar.

Tini: Sebas tené a Noah.

Él me hace caso y yo voy a buscar a Dante.

Tini: Shh, acá está mamá. Ahhh ya está, ya está.

No para de llorar con nada.

Tini: Lo voy a llevar arriba así no despierta a Noah.

Subo con él las escaleras hasta llegar a mi pieza, ahí ya tenemos las dos cunas así que lo empiezo a amacar en mis brazos hasta que se queda dormidito. Lo acuesto con sumo cuidado y me adelanto hacia la puerta.

Cuando estoy por salir escucho que un vidrio de esta misma habitación se rompe. Me doy vuelta en una milésima de segundo y sin pensarlo dos veces, voy a agarrar a Dante para sacarlo de ahí. Apenas lo tengo en mis brazos una piedra cae en la cuna con tanta fuerza que rompe la madera.

Pego un grito horrorizada al imaginarme a mi hijo lastimado y salgo de la habitación en cuestión de segundos. Bajo las escaleras corriendo y llego al living donde están todos.

Sebas: ¿Qué pasó? ¿Están bien? ¿Qué fue ese ruido? -Dice alterado.

Tini: Un vidrio se rompió en la habitación. -Le digo como puedo por el llanto.

Sebas: ¿Cómo?

Tini: Alguien tiró una piedra.

Trago saliva.

Tini: Sebastian, la piedra iba directo a la cuna donde estaba Dante.

La cara de todos se desfigura apenas termino de decir eso.

Mi papá y Anibal suben a ver mientras yo trato de tranquilizarme con la ayuda de Sebas. Noah está en los brazos de mi mamá todavía dormido, sin sentir nada.

Me cuesta unos segundos reaccionar cuando me doy cuenta que todavía tengo a Dante en mis brazos, lo separo de mi pecho y él está mirándome con sus hermosos ojitos, iguales a los del padre.

Sebas: Ni se dio cuenta. -Dice riendo.

Tini: Noah tampoco.

Le beso la cabecita y él se ríe.

Tini: Tiene tu sonrisa.

Sebas: Pero por suerte tiene tu nariz.

Todos reímos. El ambiente empieza a destinarse un poco hasta que mi papá y Anibal vuelven a bajar.

Ale: La piedra iba dirigida a Dante.

Yo casi me atragantó con mi propia saliva.

Tini: ¿Qué? -Grito desesperada.

Aníbal: La tiraron desde un árbol que está enfrente de su ventana, lo deben haber hecho con algún aparato para tener tanta presión.

Tini: ¿Qué vamos a hacer? -Logro preguntar.

Caro: Primero vas a calmarte, Y después, llamar a la policía.

Todos asentimos pero no decimos nada.

Sebas: Tini, amor...

Lo miro.

Sebas: Va a estar todo bien, no voy a dejar que nadie los lastime.

Me da un beso.

Mari: La policía viene en camino.

Sebas: Yo voy atraer las cunas para acá así ponemos a los bebés y los vigilamos.

Mi suegro lo acompaña. Entre los dos bajan las cunas y apoyamos a los bebés ahí.

A los veinte minutos llega la policía y me empiezan a interrogar. Les cuento lo que pasó con lujo de detalles y me dicen que van a investigar y ver las cámaras de seguridad.

Mientras uno se pone a hablar con Sebastian, mi celular empieza a sonar. Todos me miran.

Policía: ¿Quién es?

Tini: Número desconocido.

Policía: Preparen todo. -Les ordena a los demás.

Tini: ¿Atiendo?

Policía: Solo cuando yo te diga.

Ponen unas máquinas y unas cosas más en el living.

Policía: Ahora.

Atiendo.

Xx: Ya tenías que involucrar a la policía ¿no?

Del otro lado habla una voz rara, media distorsionada.

Tini: ¿Quién sos? -Le digo con miedo.

Xx: Mamita yo cumplo mis promesas. Si mal no recuerdo te prometí hacerte la vida un infierno, prometí matarte y matar a tus seres queridos en frente tuyo.

Hay un silencio.

Xx: Prometí matar a tus hijos.

En ese entonces todo me cae como un baldazo de agua fría.

Hay una sola persona que me dijo eso en toda mi vida.

Una persona que me hizo la vida imposible durante seis meses.

Solo una.

Jorge.


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