Capítulo 37

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Cuenta Sebas
Siento mi corazón latir con fuerza tratando de encontrar una explicación lógica a lo que Roberto me acaba de decir.

Tini: No lo puedo creer. Es una hija de re mil puta, seguro quiere más droga.

Sé que está enojada y dice eso sin pensarlo ya que nunca atacaría a una mujer con un tema tan delicado.

Sebas: Martina... -Le digo con tono severo para que deje de hablar.

Tini: ¿Martina qué? ¿La vas a defender? Seguro a cambio de la cocaína lo ayuda a torturarme.

Sus ojitos se cristalizan.

Robert: Estamos investigando. La estamos intentando localizar pero no responde y en la casa de la familia dicen que no saben dónde está.

Tini: ¡Mienten! Mienten para cubrirla, es obvio.

Vuelve a hablar demostrando su desesperación. Me mira.

Tini: ¿No pensas decir nada?

Sebas: No creo que lo haya visitado para algo malo. -Susurro.

Tini: ¿QUÉ ACABAS DE DECIR? ¿VOS TE DROGAS O QUÉ? ¡OBVIO QUE LO VISITÓ POR ALGO MALO! ¡LO VISITÓ PARA AYUDARLO A CAGARNOS LA VIDA!

Elevo un poco mi tono de voz.

Sebas: Martina, yo la conozco mejor que vos, ella ya no es la misma ¡Cambió de verdad!

Tini: ¿Qué me estás queriendo decir? ¿Que soy paranoica? ¿Que estoy loca?

Me mira con rabia.

Tini: ¡Dios! No puedo creer que defiendas a tu ex novia antes que a la madre de tus hijos y futura esposa.

Sebas: Nunca te propuse matrimonio. -Susurro por lo bajo intentando que no me escuche ¡Gran error!

Tini: Ah bueno...

Su voz se quiebra y baja la mirada.

Tini: Robert llámame si tenés más noticias.

Sin decir nada más sube las escaleras y pega un portazo.

Robert: No quiero decir esto pero... te acabas de mandar la cagada de tu vida. Si te perdona tenés suerte.

Yo lo miro con broca y suspira.

Robert: Lo mejor va a ser que me vaya, suerte con eso.

Me señala con la cabeza las escaleras y yo solo asiento cabizbajo. Roberto sale por la puerta.

Suelto un suspiro larguísimo antes de encaminarme a las escaleras. Arrastro mis pies con la intención de no llegar nunca a la habitación y no encontrarla así por mi culpa. Cuando estoy frente a la puerta vuelvo a suspirar.

Largando todo el aire de mis pulmones abro la puerta con cuidado. Mi ceño  se frunce ante lo que veo, un bolso en la cama con un poco de ropa de Tini y ropa tirada por toda la habitación.

Desde el baño escuchó la ducha y por un momento tengo ganas de meterme con ella, pero recuerdo la cagada que me mandé. Mi corazón empieza a palpitar con fuerza al pensar que ella tiene la intención de irse de mi vida, no lo podría permitir ni soportar.

Sale del baño sin mirarme, ya vestida. Me doy cuenta que de verdad está enojada porque siempre sale del baño con solo una toalla para poder cambiarse en nuestra habitación y, si estoy yo, dar un espectáculo para mis ojos.

Sebas: Tini... -Susurro.

Al no obtener respuesta la agarro del codo y se suelta al instante.

Tini: No me toques.

Noto su voz quebrada, puedo apostar que tiene sus ojos rojos de tanto llorar.

Sebas: Sabes que no quise decirlo, soy un pelotudo.

Ella para de armar su pequeño bolsito y se da vuelta.

Tini: Si, lo sos.

Noto que estoy en lo correcto al ver sus ojos todos rojos.

Tini: No puedo ni siquiera comprender que mierda pasaba por tu cabeza en ese momento.

Sebas: No importa, no pensé y estoy completamente arrepentido.

Tini: Pensé que me amabas, pensé que íbamos a formar una gran familia, juntos y casados.

Suspira.

Tini: Pero veo que soñé muy alto y vos no tenías las mismas intenciones que yo.

Sebas: Pero...

Me interrumpe.

Tini: No te estoy culpando ni nada, bueno, en parte si te estoy culpando, pero creo que yo también tengo la culpa al ilusionarme cuando vos no me diste razones para hacerlo.

Sebas: Pero yo si me quiero casar con vos, lo dije sin pensar. Por dios Martina no te vayas, no salgas de mi vida porque no lo voy a poder soportar. Quiero formar una familia con vos y solo con vos. -Digo completamente desesperado.

Tini: No sé si voy a salir de tu vida porque yo tampoco lo soportaria, solo voy a ir a pasar la noche en lo de mis viejos, necesito pensar y estar sola.

Me mira a los ojos después de mucho tiempo.

Tini: Me voy a llevara a Noah y a Dante.

Sebas: Tini, duermo en el sillón si querés, pero no te vayas. Te necesito, los necesito.

Tini: Es solo por hoy Sebastian, mañana vengo y hablamos, pero hoy necesito pensar.

Dicho eso, agarro su bolso y salió de la habitación.

Reacciono a los pocos segundos y salgo hacia el pasillo. La encuentro al final de la escalera abriendo el cochecito y poniendo a nuestros hijos.

Sin mirarme se dirige hacia la puerta, pero antes de cruzar la agarro del brazo y la pego a mi pecho.

Tini: Por favor. -Susurra pidiéndome que la suelte.

Sebas: Que te quede claro una cosa y solo una, yo te amo a vos y solamente a vos, nunca amé a otra persona y nunca tuve tantas ganas de formar una familia con otra mujer. La defendí porque me cuesta creer que ella nos quiera arruinar la vida, nada más.

Tini: ¿Te cuesta creer? Todavía te cuesta creer, genial.

Termina de salir sin mirarme y me quedo como pelotudo mirando la puerta sintiendo el vacío de la casa y de mi vida.

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Maratón 2/3













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