Hace un año te fuiste y me dejaste, hace un año que te pienso y hace un año que te extraño. Hace un año que intento nombrarte sin llorar y no lo logro. Hace un año que te fuiste y hace un año que te extraño.
Termino de escribir esa nota que tanto significado tiene y que a la vez es un simple pedazo de papel cortado y la guardo en el cajón de mi mesita de luz. Bajo las escaleras y me encuentro con mis hijos comiendo Nutella. Me fijo en el reloj de la pared y este marca las doce del mediodía.
Tini: ¿Qué hacen comiendo Nutella a la hora del almuerzo?
Les saco el frasco y lo guardo en una alacena a la que no pueden llegar.
Dante: Danos, tenemos hambre.
Se toca el estómago mientras me mira con carita de nene bueno. Tiene un año y medio, casi dos, pero son demasiado inteligentes.
Tini: A esta hora se come comida.
Empiezo a agarrar los platos para poner la mesa.
Noah: Pero no queremos tu comida.
Lo miro de manera seria y este baja la mirada.
Tini: Van a comer igual porque les hace bien.
Sé que me odian cuando les hago eso pero cuando sean grandes van a entender que es por su bien, yo hacía lo mismo con mi mamá.
Nos sentamos a comer. Yo comí el pollo a la plancha que cocine y ellos, el puré de avena. A regañadientes se comen el plato entero y me miran suplicantes.
Dante: ¿Podemos comer un poquito de Nutella? -Me pregunta sonriendo mientras Noah me hace ojitos y pucherito.
¿Cómo me resisto?
Tini: Solo un poco.
Vuelvo a agarrar el pote y pongo las tostadas al lado. Le empiezo a pasar la Nutella por al lado y le doy una a cada uno.
Noah: Mami... -Susurra con la cabeza agachada.
Tini: ¿Qué mi amor? ¿Está feo? -Pregunto preocupada.
El solo niega con la cabeza.
Noah: ¿Hoy vamos a ver a papá? -Pregunta inocente.
Siento mi corazón estrujarse al volver a escuchar esas palabras de la boca de mi hijo.
Tini: Si mi vida, hoy vamos a ver a papá.
Termino de levantar la mesa y los preparo para ir al jardín. Al llegar, estoy diez minutos despidiéndome de ellos mientras la maestra me mira seria. Entran y yo me voy al trabajo.
Llego justo a tiempo.
Rugge: Hola Tini. -Saluda sonriente.
Me acerco para darle un beso en la mejilla pero él inclina la cabeza y me da uno cerca de la comisura de los labios.
Rugge: ¿Cómo estás?
Tini: Bien, como puedo.
Rugge: ¿Sigue todo igual?
Tini: Todo igual.
Le sonrío y me encamino a mi oficina.
Hace un año que trabajo en una empresa de diseño gráfico muy importante. Ruggero es uno de mis compañeros más cercanos y el que más sabe de mi historia. Es una increíble persona que me apoya desde el minuto cero en el que entré a la empresa. Sé que él me ve como algo más pero no sé si estoy lista para empezar otra relación, todavía siento todo muy reciente.
El resto del día me la paso haciendo diseños y en un par de reuniones. Durante el mediodía recibo una llamada de mi mamá que no puedo contestarle por lo ocupada que estoy.
A las ocho termina mi jornada laboral y salgo para mi casa. Rugge se ofrece a acompañarme pero le digo que tengo cosas que hacer y que llego tarde.
Durante el camino siento que me olvido de algo pero no logro acordarme de que. Al llegar abro la puerta con la intención de encontrarme con mi mamá y mis hijos pero la persona sentada en el sillón me paraliza el corazón.
Cami: Hola. -Me dice amable.
Tini: ¿Qué haces en mi casa Camila?
Cierro la puerta todavía un poco en shock.
Cami: Fui a buscar a los nenes al jardín. -Me dice tranquila mientras yo siento que voy a explotar.
Tini: ¿Perdón? ¿Que hiciste qué? ¿Cuándo me preguntaste? ¿La maestra te dejó que te los lleves así nomas?
Cami: Hablé con tu mamá y ella se comunicó con el jardín. Intentó hacerlo con vos pero estabas ocupada. Perdoname si te molestó, pero hace mucho no los veo.
Tini: Perdoname vos, no tuve que haber reaccionado así, sos la tía.
Me siento al lado suyo.
Tini: ¿Todo bien? ¿Tu familia?
Cami: Bien, con mis viejos llegamos ayer de Colombia y no tuvimos tiempo de avisarte.
Tini: ¡Que bueno! Un día pueden venir a comer.
Cami: Si, quizás. Ellos quieren ver a los nenes, están re grandes.
Sus ojos brillan por un segundo.
Cami: Se parecen mucho a él. -Susurra.
Tini: Si, tienen su pelo y sus ojos, los dos.
Cami: ¿Y de vos?
Tini: Un poco de la personalidad y la nariz.
Cami: ¡Que suerte!
Nos reímos levemente.
Cami: Tini...
Tini: ¿Si?
Cami: ¿Vos empezaste una nueva relación?
Siento como el aire se me hace escaso.
ESTÁS LEYENDO
Instagram | Sebastini
Novela JuvenilEsta historia es completamente ADAPTADA. Todos los créditos a su autora original.