Cuenta Sebas
Ella juega nerviosa con sus manos mientras sigue relatando lo sucedido. Mientras el policía la escucha y sigue anotando, un par de lágrimas salen de sus ojitos pero las limpia al instante.Se hace la fuerte pero ambos sabemos que apenas estemos solos, se va a lanzar a mis brazos a llorar, y no la culpo, lo que vivió en estos meses fue espantoso, pero terminó.
Marcos está preso y dentro de unos días va a ser su juicio, donde ella va a tener que relatar todo y eso me enerva ¡No quiero que se vuelva a poner mal!
Termina de contar todo y se para. El policía le dice un par de cosas que no logro escuchar porque estoy metido en mi mundo, ella asiente con la cabeza y se lanza a mis brazos, donde empieza a sollozar.
Sebas: Shh tranquila, ya pasó, estás conmigo, no te va a pasar nada. -La tranquilizo mientras toco su pelo.
Tini: No te das una idea lo que te extrañé y necesité.
Sebas: Pero estoy acá.
La miro.
Sebas: Vamos a casa, los tres.
La veo sonreír como cada vez que menciono al bebé.
Tini: Vayamos, los tres. -Vuelve a recalcar.
Yo asiento y sonrío mientras nos dirigimos a nuestro hogar.
Si bien todavía no vivimos juntos, ya casi es navidad y le quiero dar esa sorpresa. Estamos en Noviembre por lo que no tengo mucho tiempo, pero todos en la familia me están ayudando a poder elegir la casa perfecta para la mamá de mi hijo.
Abro la puerta de mi departamento y veo como empieza a caminar hacia la pieza perezosamente. Yo la sigo y cuando entro la veo acostada abajo de las sábanas.
Tini: Tengo shuenito. Vení, durmamos juntitos. -Dice con esa voz de nena que me encanta.
Estira sus brazos como una bebé.
Yo saco mis zapatillas, pantalón, remera y me acuesto debajo de las sábanas. La agarro de la cintura, la aprieto a mi cuerpo y me doy cuenta que no tiene ropa.
Sebas: ¿Estás desnuda? -Pregunto para estar seguro.
Tini: Shi.
Sebas: ¿Cómo te sacaste tan rápido todo?
Tini: Tenía un vestido que no iba con corpiño, solo tenía dos cosas puestas.
Sebas: ¿Dos cosas? Vos estas en pedo ¿no? Con razón todos te miraban, estabas en pelotas.
Tini: Ay como extrañé tus celos la puta madre.
Me abraza y me da besos por toda la cara.
Sebas: ¿Sólo mis celos?
Tini: Todo. Tus celos, tus besos, tus caricias...
Baja su mano por mi torso hasta ponerla en mi bóxer.
Tini: A tu amigo. -Dice suavemente y me empieza a hacer leves caricias.
Sebas: No cambias más vos eh. -Le digo juguetón.
Tini: ¿Sabes cuánto te necesité?
Mete la mano dentro del bóxer.
Tini: Mucho.
Me empieza a acariciar el miembro.
Sebas: Tinita...
Agarro su mano antes de cometer una locura.
Sebas: ¿Estás segura? Puedo esperar, además estás con el bebé y...
Me interrumpe.
Tini: Sebastian, necesito que saques los rastros de él que tengo en mi cuerpo.
Sus ojos se cristalizan.
Tini: Necesito que seas vos el que me toca, por favor, lo necesito.
Veo la desesperación en sus ojos.
La agarro de la cintura y me giro sobre ella para quedar arriba. Empiezo a besar su cuello suavemente, esta vez no quiero ser brusco. El estar desnuda facilita las cosas por lo que solo me bajo el bóxer y me posiciono en su entrada.
Siento como se tensa bajo mi cuerpo, la miro a los ojos tratando de transmitirle seguridad.
Sebas: No va a pasar nada malo, lo sabes ¿no?
Tini asiente.
Sebas: Yo siempre te voy a cuidar y nunca te voy a lastimar.
Tini: Ya lo sé, por eso, seguí.
Se relaja un poco.
Empiezo a entrar en ella de a poco, con total paciencia. Cuando ya estoy completamente adentro, espero unos minutos hasta que ella se acostumbre.
Sebas: ¿Duele?
Tini: Si. -Me dice y me hace cara de dolor.
Me asustó y hago el intento de salir pero ella me agarra de los hombros y me mira.
Tini: No lo hagas por favor, quedate, voy a estar bien.
Le hago caso y vuelvo a entrar despacio. Me quedo ahí unos minutos hasta que siento como ella se va relajando. Vuelvo a sentir esa sensación placentera como cada vez que la hago mía, ya no me apreta.
Tini: Movete.
Me río un poco por su tono de autoridad. Ella me mira confusa y se da cuenta por lo que también ríe.
Tini: Perdón.
Sebas: Tonta, no me pidas perdón.
Me empiezo a mover en su interior, ni tan despacio ni tan rápido, como la primera vez.
Al cabo de unos minutos ella está más relajada y me pide que cada vez vaya más rápido. Yo le hago caso aunque sin perder la cordura para no lastimar al bebé.
Llegamos al clímax juntos. Yo me muevo fuera de ella y me acuesto al lado para no lastimar a mi hijo. Ella se da vuelta, me abraza, besa mi pecho y la siento sonreír.
Tini: Gracias.
Sebas: No me agradezcas ¿Sabés cómo lo disfruté? -Le digo burlón.
Tini: Me imagino.
Se acomoda mejor en mi pecho.
Tini: Ahora sí durmamos.
Sebas: Si, los tres.
Tini sonríe y ambos nos quedamos dormidos.
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Instagram | Sebastini
Genç KurguEsta historia es completamente ADAPTADA. Todos los créditos a su autora original.