Prólogo

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Año 2015

Sentadas en la mesa rodeadas de hombres que les duplicaban la edad.

La pelinegra mira a su acompañante sutilmente y levanta unos milímetros su ceja izquierda.

El croupier reparte otra mano.

—Vamos con todo. —señala ella, moviendo todos los billetes al medio de la mesa.

—Oye niñata, ¿estás segura de lo que haces? —aún siendo una partida por parejas, el señor se dirige a la que ha hablado.

La mencionada mira impasible al señor de unos sesenta años.

Sabe porqué le está diciendo eso, llevan ganando todas las rondas desde el principio de la partida.

pobres ilusos.

Vuelve a mirar a su amiga y esta vez levanta dos veces la ceja izquierda, un movimiento casi imperceptible al ojo humano.

El croupier ordena levantar las cartas.
Levantan sus cartas, han vuelto a ganar la ronda. Escucha gruñidos de parte de las demás parejas de jugadores.

Han ganado la partida.

Se disponen a coger todo su dinero para irse, ya ha sido suficiente juego por hoy.

—¡Eh vosotras!

Se paran y miran al hombre que ha hablado.

La mayor del dúo lo analiza; su aspecto grita que pertenece a una red de póker sueca y el gran puro que sostiene con la mano izquierda repleta de anillos de oro, indican que es un pez gordo.

—Sois muy listas para ser tan pequeñas, ¿cómo os llamáis?

Las dos casi a la vez y con un toque siniestro extienden una pequeña sonrisa.

—Ve&Ca, nos llamamos Ve&Ca.

Con eso se levantan y se van de esa pocilga donde, como siempre, han arrasado.

Con eso se levantan y se van de esa pocilga donde, como siempre, han arrasado

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