Capitulo 3.

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Su voz no sonó nada amigable a pesar de ser una presentación.

En su rostro había una sonrisa propia de una serpiente venenosa aunque la felicidad que pretendía demostrar era más falsa que el césped de las canchas de fútbol.

He de admitir que la muchacha me intimidaba pero no le iba a dar el placer de regodearse en mi temor.

—No me llames corderito, así como tú, tengo un nombre. —me di una palmadita mentalmente en la espalda por la seguridad que aparentaba mi voz.— Soy Clear, Clear Howard.

Ante mi comentario la hermana perdida del diablo solo me mira de abajo a arriba con una mezcla de desagrado y deseo. No un deseo malo, si no más como un deseo de querer descubrir algo que solo viese ella.

—América piensa bien lo que vas hacer,—una chica a la cual no había puesto atención le pone la mano a su amiga en el brazo. —piensa bien lo que haces.

—Tranquila Faith, solo quiero saber de ella. —la tal Faith suelta un suspiro de cansancio.

Los demás se sientan en el sillón mientras que América se queda medio sentada de pie encima de la mesa de póker donde aún está el dinero.

—Oye Mer, tienes que reconocer que la morena tiene pelotas. —la chica que anuncio la partida suelta una carcajada.— Pensé que iba a salir corriendo pero se sentó en la mesa con sus dos ovarios.

Camina hasta la barra contoneando las caderas pero en el camino se gira y me mira: —Déjame decirte que me sorprendiste bastante, has entrado en mi lista de las diez personas mas valientes que conozco. Por cierto, soy Brook.

Mientras ella se sirve una copa de lo que parece Vodka con soda, América solamente me mira y para ser claros, da mucho más miedo cuando está callada.

—¡Joder muñeca! ¿Acaso te diste cuenta de lo poco que nos faltó para ganarles? ¡nos ganaron por poco! —el grito de Blake me hace mirarlo.— ¿Sabes lo increíble que hubiese sido si lo lográbamos?.

—Sigue soñando, Blake. Hasta ahora nadie les ha ganado, dudo mucho que tú lo pudieras lograr con Clear, sin ofender. —Wyatt lo mira con una sonrisa aunque su postura denota la seriedad que tiene.

—No estamos aquí para perder el tiempo.

Todos guardan silencio, el ambiente está lleno de tensión hasta que se escuchan los hielos del vaso de Brook, a lo que la chica de rasgos asiáticos le llama la atención. Ella se disculpa con un encogimiento de hombros y una sonrisa de labios cerrados.

—Blake sabes como son las cosas, ¿Cómo se te ocurre invitar a alguien sin permiso de la Élite?. Estás al tanto que de esto no se puede enterar todo el mundo, y que ella sea tu ligue de la semana no te da derecho a traerla.

—Te encanta meterte en problemas, amigo mío. —le dice Lía al castaño negando con su cabeza.

—Lo lamento de veras linda, no puedo evitarlo. Ya sabes que me llaman Blake Problemas. —la sonrisa y guiño que le dedica destilan puro coqueteo y la muchacha solo puede estallar en una gran carcajada cuando el chico le manda un beso al aire.

—Vamos tío, dejar de jugar y ponte serio. La has liado pero bien. —el que habla es un chico que esta sentado encima de la barra, al lado de Brook.

—¡Ay Cállate! Thomas tú tampoco has sido un santo toda la vida. —al parecer a Blake no le importa que todos vayan en su contra y parezcan que le quieran arrancar las uñas una a una. Porque enserio, según como lo miran, parece que le quieren hacer eso.

Ninguno de la sala para de mirarme y eso cada vez me pone más nerviosa, me hace sentir como un cachorro en exhibición.

Joder, ¿pueden parar de mirarme?.

Room 207Donde viven las historias. Descúbrelo ahora