Capítulo Ocho

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01 de Octubre 2016.      Presente
Esta vez me decidí por unos jean de mezclilla tan apretados que hacían cosas increíbles con mi trasero y una blusa blanca que dejaba al descubierto mi ombligo. Esta vez, no llevé unos enormes zapatos de tiras, sino unos botines con tacón grueso. Había aprendido mi lección, muchas gracias.

Le envié mensaje a Malcolm sobre ir, y dijo que simplemente pasara y dijera mi nombre,     nos ahorraría la fila. Mis amigos estaban tan emocionados por volver a entrar y yo estaba nerviosa por ver al chico.

Cuando nos acomodamos en una de las mesas, estaban tocando Reckless, una canción del primer álbum de Malcolm (me lo dijo Ellie al momento que la escucho, no me convertí en fan desde esa mañana).

La misma chica que nos atendió hace un par de sábados, nos saludó, ella incluso llevaba una ronda de tragos de cortesía para nosotros y una nota para mí. Sonreí y me ruboricé cuando mis amigos comenzaron a burlarse.

Que gran regalo de cumpleaños he recibido. Sabes dónde encontrarme. M

Pasé el rato con mis amigos, bebiendo y cantando algunas canciones de moda y luego me disculpé para ir a saludar a cierto cumpleañero. Caminé entre el lio de gente bailando y cantando y llegué a la enorme barra. En el lado izquierdo, escondido tras su guardaespaldas, se encontraba Malcolm Cox.

Saludé a Ethan, quien me dio un asentimiento y luego me senté junto a Malcolm.

—Feliz cumpleaños, estrella de rock.

—Gracias, estrella de booktube —alzó una ceja—, aunque aun no entiendo muy bien eso. ¿Tus amigos están bien con que estés aquí?

Malcolm llamó a una de las meseras en la barra y pidió una bebida para mí.

—Creo que no se opondrían a que pase tiempo con el chico que nos consiguió lugares.

—Lo sabía, estás aquí solo porque soy una apuesta segura.

++

Había estado yendo y viniendo entre mis amigos y Malcolm; Ellie me había preguntado porque el chico no iba a sentarse con nosotros, pero le dije que en realidad estaba trabajando y tenía que mantener su puesto (lo cual no era falso) Malcolm se sentaba en una esquina de la barra donde podía ver todo el lugar, y vigilaba junto a Ethan que todo estuviera en orden. De vez en cuando él veía algo y el guapo guardaespaldas se encargaba del asunto. Supongo que ser el dueño no era tarea sencilla.

En cierto momento la mesera de cabello de colores que nos había atendido, se detuvo junto a Malcolm y le quitó la cerveza de las manos, sustituyéndola por un vaso de agua. Él rodó los ojos pero la dejó.

—Mi hermana pequeña cree que bebo demasiado últimamente —dijo—, pero no te preocupes, ella no es la loca fan.

—Mackenzie —dijo ella y me tendió la mano.

—Gianna.

—Lo sé. Oye, no te conozco, pero ¿podrías cuidar que no beba más? No puede pasar todos sus cumpleaños ebrio.

—Mack… —gruñó Malcolm, quien se ganó una mirada de desaprobación por parte de su hermana—, tranquila, sigue trabajando, si te veo cotilleando de nuevo, voy a descontarte.

—Si, si. Lo que quieras. ¿De qué sirve ser la hermana del jefe si no obtengo privilegios? El especial de música ya viene.

Besó a su hermano en la mejilla y se fue. 

—Es linda —dije— ¿Así que tienes dos hermanas?

—Sí, y son gemelas, aunque Mack hace la posible por no parecerse a Maddie.

Una canción conocida sonó por todo el lugar, haciendo que Malcolm se tensara y se ocultara más en su asiento. La conocía de hecho, era una de él, y cuando el dj comenzó a hablar, diciendo que Malcolm apreciaba que estuvieran ahí por su cumpleaños y que iniciarían un pequeño “tributo”, supe que el estado de ánimo de mi nuevo amigo, había cambiado.

La canción me llevó de nuevo a la primera vez que había ido a un concierto de él. Ellie y yo teníamos quince años y era la primera gira del artista. Mi mejor amiga estaba emocionada porque sus papás le habían regalado boletos por su cumpleaños, (lo cuál era increíble porque Malcolm se presentó justo dos días después de su fiesta), de cualquier forma, aun no era la fan obsesionada de ahora, por lo que conseguimos boletos decentes a mitad de la arena. Nuestras madres nos acompañaron porque aun éramos demasiado jóvenes y escuchamos a un chico de veinte años cantar como los mismísimos ángeles (si estos cantaran rock y tocaran la guitarra en lugar de un arpa).

Había sido increíble, incluso para mí que era más fans de las bandas de chicos y el pop de Disney.

Dos canciones de Malcolm después, todos en el lugar estaban coreando sus canciones y alzando la vista para ver si el cantante aparecía por el balcón de las celebridades. Nadie lo hizo por cierto, porque él estaba sentado junto a mí.

Yo no sabía porque él había renunciado a su carrera, pero podía ver lo difícil que era escuchar a sus fans.

Puse una mano sobre su hombro.

—¿Estás bien?

Asintió.

—¿Sabes que fue lo más loco que he hecho en toda mi vida? —No esperó mi respuesta—, destrozar una habitación de hotel junto con Jimmy, el baterista.

Otra canción de Malcolm comenzó, y lo dejé llevarme a la pista donde todos seguían esperando encontrarlo y coreando la canción. Ésta hablaba de ser el hombre que una chica merecía, era hermosa. Seguía con el estilo de rock, pero pese a eso, Malcolm y yo bailamos como si fuera una canción lenta.

Diablos ¿qué era lo que este chico tenía que me hacía olvidar todo lo malo de mi vida?

Él comenzó a tararear la canción en mi oído, haciendo que mi piel se erizara. Cuando la canción terminó, él estaba serio, mientras todo el mundo coreaba su nombre y algunas chicas probablemente lloraban (tenía que revisar a Ellie).

—¿me besarías Gianna? ¿Cómo regalo de cumpleaños? Te prometo que después de esto voy a ser cien por ciento tu amigo.

Ni siquiera lo dudé. Lo besé.

Pasado

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Pasado.
Noticias de último momento.
La presentadora de noticias matutinas sonríe y comienza a hablar de la gran exclusiva que hay para esa mañana. El cantante de veinticuatro años, ganador de múltiples premios, Malcolm Cox ha decidido dar un paso lejos de la vida pública. Las fans dentro del foro se quedan en shock y comienzan a gritar con negación mientras el equipo del programa trata de mantenerlas en silencio.

Aparece Malcolm, luciendo su atuendo común de playera blanca y chamarra de motociclista. Su cabello, alborotado y necesitado de un corte. Las fans sabían que pese a que las maquillistas lo habían arreglado para la entrevista, su cantante lucía realmente mal. Sus ojos no brillaban como cuando estaba sobre un escenario.
Malcolm sonríe con pesadez a las cámaras y comienza a decir algo que parece ensayado.

—En el último par de años he hecho más de lo que cualquier persona esperaría. Cumplí mi más grande sueño cuando era solo un adolescente, conocí gente increíble que me apoyó cuando lo necesitaba. Mis padres mantuvieron mis pies en la tierra mientras mi música iba creciendo. Tengo miles de fans increíbles que hacen que todo el cansancio valga la pena, sin embargo, siempre fui consiente que un día mi sueño llegaría a su fin.

››Estoy diciendo adiós con todo el dolor de mi corazón porque sé que no puedo seguir. Lamento mucho desilusionar a mis fans, desilusionar a toda aquella persona que creyó en mí.

El rostro de Malcolm bajó, tratando de respirar profundo para que las lágrimas no cayeran. No podía soportarlo. Tenía que salir de ese lugar, huir lejos de los gritos y llantos de las fans que lo habían amado. Odiaba decepcionar a la personas, pero no podía seguir.
No me siento cómodo en mi vida. Dijo en la entrevista que dio, Quiero comenzar de nuevo.

Ethan, su guardaespaldas, lo condujo hasta la habitación de hotel en New York donde se había hospedado, lo dejó llorar por horas, hasta que Jimmy, el baterista y uno de los mejores amigos de Malcolm, llegó.

Jimmy no era el más santo, había vivido en ese mundo de locos desde el día de su nacimiento, y a pesar de todo, ¿no era en cierta forma una estrella de rock? Cuando llegó ese día a la habitación de hotel de su mejor amigo, decidió hacerle olvidar por algunas horas su sufrimiento. Pidió alcohol como para un ejército entero, subió la música a todo volumen y le ofreció un poco de hierba, cuando la noche comenzó a caer, Malcolm se levantó, maldijo a todos y comenzó a patear lo que encontraba a su paso.

Jimmy lo siguió, porque odiaba ver a su amigo así, y porque dentro de todo, el que Malcolm se fuera, significaba que Jimmy estaba sin trabajo, teniendo que correr a sus padres de nuevo, después de cinco años.

Por supuesto, a las dos de la mañana ellos habían sido echados del hotel, con una gran deuda por destrozar el lugar.

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