—¡¿Por qué ella no puede ir?! —grité indignado mientras mamá guardaba ropa en su maleta.
—Ya te lo dije. No tengo nada en contra de Sara, solo que son vacaciones en familia.
—Así que vacaciones en familia, ¿eh? ¿Y por qué Borja viene con nosotros?
Mamá lanzó la prenda que estaba a punto de guardar y colocó ambas manos en su cintura. Me dejé caer sobre su cama, preparándome para el sermón que me iba a dar.
—Mira, estuve pasando por alto este tema, pero no creas que no me he dado cuenta de cómo tratas a Borja.
—Y aquí vamos... —solté un bufido.
—Raúl, escúchame. Todo esto está siendo muy difícil para Borja —dijo demostrando tristeza en su rostro. Yo rodé los ojos—. No fue para nada fácil que él dejara su antigua casa, donde se crió toda la vida, el hogar que compartió con su madre... Adan siempre me comentaba lo duro que era para Borja que su padre conociera a otra mujer, que se mudara con ella y su tonto hijo —le dio un golpecito a mi hombro—. Borja dijo que abandonar su casa era como decirle adiós para siempre a su madre... Cariño, dale una oportunidad, hazlo sentir bien, que sienta que es parte de una familia que tiene mucho amor para darle.
—Mamá...
—No te pido que seáis mejores amigos, Raúl. Solo pido que lo respetes, que lo respetes como él te respeta a ti —me dedicó una sonrisa mientras tocaba mi hombro y lo acariciaba con su dedo pulgar.
—Sí, lo sé mamá, per...
—Luzu es algo tímido, siempre le costó hacer amigos, por eso necesito que seas bueno con él —volvió a interrumpir—. No le hagas sentir mal. ¿Sabes cuántas veces le oí llorar en el baño en las noches? ¿Qué fue lo que le hiciste?
—A- a ver, ¿por qué crees que le he hecho algo? Mamá, no soy tan malo como crees —me alejé de ella, haciendo que soltara mi hombro.
Ella me miró con cara de "vamos Auron, deja de mentirme en la puta cara". Y tenía razón, tal vez sí traté mal a Borja en un principio, llamándole "marica" y respondiendo mal cuando él me hablaba con tanto respeto que... Ugh, me desespera que sea tan bueno. No me veo con Luzu en un futuro hablando con él animadamente y divirtiéndonos juntos, porque somos tan diferentes, en muchísimos aspectos. Pero nos opuestos se atraen, ¿cierto? Entonces tal vez pueda haber una posibilidad que... ¡No! ¿Qué acabo de pensar? Eso solo funciona en parejas, y yo no quiero nada amoroso con Borja.
Ni en un millón de años.
—Piensa en lo que hablamos, Raúl.
La voz de mamá interrumpió mis pensamientos. Ella siguió guardando ropa en su maleta para nuestro viaje a Valencia. Que por cierto, nos iríamos en unas horas y yo no había ni guardado mis calzones.
La semana se me pasó volando, y más gracias a la pequeña expulsión de la escuela. Mi cara ya estaba volviendo a la normalidad, excepto por mi labio inferior. Aún estaba algo lastimado, pero ya estaba sanando. Comencé a guardar toda mi ropa en la maleta, prácticamente solo lancé ropa en ella, porque me daba pereza doblarla.
—¡Raúl, estate listo que Adan nos recoge a las cuatro! —gritó mamá desde su habitación.
—¡Bien! —respondí mientras tomaba mi móvil, que no paraba de sonar. Seguramente era Sara.
Sí, era ella.
—¿Y Auron? ¿Iré von vosotros? Ya tengo mi maleta preparada. ¿Crees que me apresuré? —dijo ella emocionada.
—Oh... Sara, verás... —coloqué la mano en mi cuello, comenzando a rascar mi piel. Siempre lo hacía cuando estaba nervioso.
—¿Ya venís a por mí? ¡Mierda! ¡Mi cabello no se ha secado! Pero no te preocupes, se secará con el viento... Oh, no debí decir eso, mej...
