Capítulo 12

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Levi.


Mi vida estuvo llena de pérdidas. La muerte de mi abuelo, mi padre, mi madre y mi tío, hicieron de mí una persona seria y poco expresiva, pero nunca hicieron falta las personas que me quisieron y apoyaron en los momentos difíciles, como mi bisabuelo Patrick y en especial ella.

Esa mocosa era una sanguijuela que se adhirió a mi corazón muy fuertemente, ocupaba todo mi tiempo y mis pensamientos, mis ganas de verla, estar con ella y compartir mi tiempo era casi una cura para todos mis males, con ella era otra persona mi mal humor se iba y no era tan serio como con las otras personas e incluso mis amigos, con el paso los años comprendí que no quería perder a esa mocosa, lo que me llevo a cometer el error de mi vida por creer que por amarla iba a acabar mal nuestra amistad, así que como todo estúpido y cobarde la cambie por otra y eso fue casi el fin de nuestra relación hasta que ella no soporto mas y dijo las palabras mágicas que me volvieron a la vida después de años de ser casi un infeliz con la persona equivocada…

Despertar con la calidez que emanaba del cuerpo de mi acompañante fue reconfortante y excitante a la vez, su cuerpo desnudo cubierto por la delgada sabana era una visión que solo los dioses griegos se podían dar el lujo de ver. Pero ahí estaba yo viéndola dormir después de una noche de bodas que para mi sería inolvidable. Romper las barreras de su virginidad fue el cielo y sentirme uno con ella solo había corroborado la magnitud del amor que siento.

Mirando el reloj dispuesto en la mesa auxiliar al lado de la enorme cama pude darme cuenta que muy entrada la mañana, iban a ser las once, en un día normal nunca, pero nunca seguiría en cama a estas horas de la mañana. Sin embargo, no era un dia normal, era mi luna de miel en Río de Janeiro, era domingo y teníamos toda la semana entrante para disfrutar de las maravillas del lugar.

Decidí levantarme de la cama y darme una ducha, con sumo cuidado me moví para no despertarla. Me levanté y mis pies automáticamente se dirigieron al cuarto de baño y, antes de entrar, volví a mirarla. Ella se removió un poco, pero seguía dormida. Ella es bella y exquisita. ¿Cuánto la amo? Pues, la verdad, no lo sé. Creo que ese número no existe. Sonreí para mis adentros y me metí a la ducha. Mientras tomaba mi ansiado baño, recapitulé todo lo del día anterior, el día de nuestra boda.

Desde tempranas horas de la mañana del sábado, los molestos golpes en la puerta de mi temporal habitación me hicieron abrir los ojos de golpe.

―¿Quién mierda me molesta tan temprano? ―me dije ―. Ya voy.

Me levanté a abrir la puerta y así calmar el molesto ruido. Tras ella me encontré a Erwin.

―¿Está listo el novio? ―dijo con su habitual seriedad.

―Estoy tan listo que me casaré en pijama ―respondí con ironía.

―Eso no lo creo. Primero te mueres si no te das un baño ―lo fulminé con la mirada, cosa que ya no hacía mucho efecto en él.

―Como digas. Espera abajo Erwin, me baño y arreglo y de paso también me acompañas a la empresa a hacer unas diligencias.

―Estás demente si crees que te dejaré ir  a la empresa el día de tu boda ―me sentenció Erwin.

―¿No tienes que estar con tu loca? Por cierto,¿donde la dejaste? ―dije en dirección a darme una ducha.

―Está con la novia. Esas dos se volvieron muy amigas. Bien, te espero abajo, Levi ―  escuché la puerta cerrarse desde el baño.

Y si ese hombre decía que no iría a la empresa, no lo iba a hacer. Lo conocía muy bien y su determinación era como la de una viga de concreto, inamovible.

Una vez limpio e impecable, bajé a tomar el desayuno y en el comedor ya me esperaba el viejo Patrick y Erwin. Saludé a mi bisabuelo y me senté en el lugar que siempre usaba.

―¿Como van las remodelaciones en la habitación? ―preguntó el bisabuelo cuando tomé asiento.

―Muy bien, ya están terminando. Una vez que estemos de regreso de la luna de miel, estará lista. Erwin recibirá en mi ausencia ― respondí mientras me servía té en una taza.

―Ella es muy exigente, te pone en tu lugar ―sonrió el viejo―. Pero me alegra que hayan decidido vivir aquí, este viejo necesita compañía.

―Fue una exigencia de la novia ―habló Erwin divertido―. Si no, no había boda.

Miré a Erwin con fastidio por el dato innecesario que soltó y que hizo reír al bisabuelo. Cambié inmediatamente de tema antes de que hicieran más comentarios que no quería oír.

―Erwin, ¿está listo y revisado los pasajes, el vuelo a Brasil y la reservación del hotel?

―Todo está listo, por millonésima vez que te digo lo mismo ―mire cómo Erwin rodó los ojos.

Erwin, al ser mi padrino, se encargó de hacer todos los preparativos de la luna de miel, sin mencionar que él corrió con todos los gastos como regalo de bodas. Lo cierto es que el viaje era una sorpresa, la novia no sabía el destino ni nada referente a ese tema. Cada vez que ella preguntaba acerca de eso, yo como todo un experto, la ignoraba y cambiaba el tema.

El día transcurrió de lo más normal con el ajetreo en la mansión, pues la recepción se llevaría a cabo en su gran jardín trasero.  Inspeccioné cada uno de los movimientos de los decoradores y acosé de vez en cuando a la organizadora para que todo fuera perfecto y la boda con la que soñaba mi amada novia fuera un recuerdo inolvidable.

Decir que estaba nervioso a la hora llegada era quedarse corto. Cuando arribamos a la capilla todo estaba listo, ordenado y limpio. Los invitados comenzaron a llegar y, entre estos, los padres de la novia avisando que todo podía dar inicio.

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⏰ Última actualización: Apr 12, 2020 ⏰

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¿Simplemente amigos? (RivaMika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora