Al día siguiente, en la escuela, todo estuvo muy normal. Caminaba junto a Cassidy por un pasillo y ví a James. Entré en pánico, así que tomé a Cass por la muñeca y abrí la primera puerta que encontré para esconderme.
—Hallie, ¿Qué demon...
—¡Cállate! —exclamé.
—¿Señoritas? —dijo una voz masculina detrás de nosotras. Nos giramos y nuestra sorpresa fue enorme al ver qué había un montón de chicos con toallas en sus caderas—. Este es el vestidor de varones —nos aclaró un chico moreno con buen cuerpo.
—Sí, lo siento, lo sentimos, ya nos vamos —dije rápidamente. Dimos la vuelta para salir, pero antes de que mi mano tomara el picaporte alguien desde afuera lo giró.
—¿Chicas? —dijo James cuando abrió la puerta—. ¿Qué hacen aquí? —cuestionó confundido.
—Cassidy entró por error, tú sabes, en ocasiones es muy tonta —respondí con rapidez y Cass me golpeó con su codo, no me quejé—. Igual, ya nos íbamos —de nuevo tomé a Cassidy por la muñeca y la arrastré hacia afuera.
—Hallie —me llamó James.
—¿Si?
—¿Podemos hablar? —preguntó.
—Estamos llegando tarde a clase —respondí.
—Es la hora del almuerzo —estúpida Hallie mentirosa, estúpida, estúpida.
—En ese caso, llegamos tarde a la cafetería. Nos vemos luego —por tercera vez tomé a Cass por la muñeca y la obligué a caminar conmigo. Después de unos segundos se soltó y dijo:
—¿Qué carajo fue eso?
—Tal vez hay algo que olvidé contarte.
—¿Qué pasó?
—Tengo más de una semana evitando a James.
—¿Por qué?
—¿Recuerdas que cuando fuimos al bar se ofreció para llevarme a casa? —cuestioné y Cassidy asintió—. Pues... Llegamos y... Me besó... Lo besé... Nos besamos.
—¿¡Qué!? —gritó ella ocasionando que algunos chicos nos miraran—. ¿Qué hiciste? —dijo en voz baja.
—Salí corriendo y cerré la puerta en su cara.
—¿En serio hiciste eso? —preguntó sorprendida.
—Sí —suspiré—. Soy horrible.
—No lo eres, solo estás confundida —asentí.
—No quiero hablar con James.
—Tienes que hacerlo.
—Lo sé.
Después de eso ninguna dijo nada. Almorzamos en silencio y cuando terminamos fuimos a clase. Aunque no pude concentrarme en ninguna. A la hora de salir huí —literalmente— de James. Solo me despedí de Cass y salí corriendo hasta llegar a casa.
Durante toda la semana hice lo mismo, pero el viernes mi huida se vió truncada por Jason.
—Hallie —dijo deteniéndose frente a mí.
—Hola Jay, ¿Qué necesitas? —dije apurada.
—¿Todo bien? —preguntó.
—Sí, todo bien, ¿Qué pasa?
—Me preguntaba si... ¿Quisieras ir a cenar conmigo mañana?
—Oh, Jay me encantaría, pero no puedo, iré a casa de mi papá —dije apenada.
ESTÁS LEYENDO
Amores confusos
Teen FictionHallie, una linda chica que vive su vida como cualquier adolescente normal de 17 años. Para ella todo es fácil hasta que entra al mundo del romance y enamoramiento. ¿Enfrentará sus problemas? Sí ¿Tomará buenas decisiones? Ya veremos... ¡Queda proh...