XIX. Sálvame.

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En aquella oscura habitación tan solo iluminada por la luz del candelabro y la luna que entraba por la ventana de cristal, sobre la desordenada y sucia cama cubierta de harapos, Lucca cerró sus ojos con fuerza, soltando un chillido al sentir uno de los dedos de aquel alfa entrar en él.

- Por favor. -murmuró entre llanto.- por la vida del hijo que llevo dentro... te ruego, te suplico que pares...

- Así que estás embarazado. -sonrió ladino.- si es así entonces debería aumentar el precio por liberarte ¿no crees, condesa?

El castaño apretó sus puños, amarrados en su espalda, estando en cuatro sobre la cama, con sus pies también amordazados, sin dejar de llorar y de suplicar, sintiendo como el otro jugaba con su parte trasera; Celement sacó sus dedos y comenzó a bajar su pantalón, entonces Lucca gimió aterrorizado, retorciéndose.

- ¡no! Por favor no... ¡no lo hagas!

- Quédate quieto. -tiró de su cabello.- te dije que antes de entregarte serás mío.

Nuevamente, Lucca gimió echando su cabeza hacia atrás por el tirón de cabello. El mayor lo tomó de las caderas haciendo que levantara su trasero nuevamente y posicionó la punta de su miembro en la entrada del menor. Resignado, Lucca cerró sus ojos con fuerza y de pronto se escuchó el sonido que hace un arma de fuego al ser disparada, seguido del ruido del cuerpo de Celement cayendo al suelo, entonces abrió sus ojos y vio como de la cabeza de aquel hombre tendido en el piso comenzaba a salir sangre, fue tanta la impresión que enseguida se desmayó.

Para cuando Lucca pudo volver en sí, se encontraba ya en su habitación, siendo iluminada por los frescos rayos de sol de la mañana, pestañó un par de veces y miró hacia un lado, sonriendo al ver a Christopher sentado al otro lado de la cama, se dio vuelta con cuidado e intentó sentarse; al sentir que el menor por fin despertó, el rubio también se giró para verlo, sonriendo aliviado, acercando su mano al rostro ajeno para acariciar su mejilla.

- ¿Cómo te sientes? -dijo Christopher.-

- Bien. -susurró Lucca, mirándolo a los ojos.- ¿Qué fue lo que pasó?

- ¿no lo recuerdas?

- Lo último que recuerdo es la imagen de ese hombre en el suelo. -miró las marcas de las sogas en sus muñecas.-

- No te preocupes, ya estás a salvo. -lo abrazó.- él no volverá a molestarnos.

Lucca se dejó abrazar en silencio, rodeándolo con sus brazos también.

- ¿lo mataste? -murmuró el castaño.-

- Jared lo mató. -dijo Christopher.- era necesario, estaba a punto de...

El mayor suspiró y se separó un poco del menor.

- Él se lo merecía ¿estamos de acuerdo con esto, verdad? -dijo el rubio.- dime ¿él alcanzó a hacerte algo?

Al escuchar su pregunta, con vergüenza Lucca desvió su mirada.

- No hay rincón de mi cuerpo por donde él no haya pasado su asquerosa lengua. -susurró Lucca.- me tocó por todas partes y también... también metió sus dedos... dentro de mí.

Christopher al escucharlo bufó frunciendo el ceño y Lucca volvió a verlo.

- ¿ya no quieres volver a tocarme, verdad? Porque otro hombre ya lo hizo.

- No pienses eso. -susurró el mayor.- no fue tu culpa, él te estaba obligando.

- ¿estás seguro?

El mayor lo rodeó nuevamente con sus brazos y besó su frente.

- Creo que debemos dejar de hablar de esto y tratar de olvidarlo, ya que estás seguro y él no volverá a hacer de las suyas nunca más. -murmuró.- no te preocupes por nada.

Vendido al conde || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora