Que hubiera pasado si Harry no hubiera acabado con los Dursley, si hubiera acabado con una familia peculiar que lo quiera y cuidara como suyo, en que afectaría eso al mundo mágico.
Habían pasado por lo menos tres semanas desde que volvieron para las vacaciones de verano y todo iba bien, Theo y Neville prosperan en su relación, sus hermanos Bill y Charlie también y de hecho Bill estaba muy interesado en el compromiso.
Las cosas con Draco también iban bien, tras la primera noche Draco se quedaba constantemente a dormir en la casa Addams y se había logrado una rutina, Mortisia a veces incluso entrenaba a Draco, en lo que todo Consorte Addams debía saber.
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Se despertó descanso, volteando a la ventana vio que era temprano, apenas estaba amaneciendo, sobre su pecho estaba su Draco dormido completamente, la luz naciente del sol entrando por la ventana abierta.
Con cuidado de no despertar a su dragón, lo había hecho una vez y ni miércoles de atrevería a enfrentar a Draco cuando lo despiertan, salió de debajo de el y se preparó para el día, se baño y limpio bien y fue a ver si guardarropa.
A diferencia de sus hermanos a el le gustaba variar la ropa constantemente, hoy escogio un jeans negro rasgado y una camiseta negra pegada al cuerpo junto con una sudadera sin mangas con capucha roja con marcas de costuras negras y botas militares también negras.
Viéndose listo se volvió asia la cama al escuchar un ligero gruñido, Draco se estaba despertando, estaba sentado en la cama con sus orejas caídas y si colita enroscada al rededor de su cintura, se veía hermoso.
Moviendo lentamente su varita, Serpent cambio la pijama de Draco por unos legins de licra blancos, una blusa suelta azul celeste con ligeros bordados dorados y unos botines blancos con hechizos anti-suciedad en todo para evitar que cambiará el color con la mugre, por último tenía una vaina con un cuchillo grande y Serpent le entrego un abanico con cuchillas.
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Cuando Draco se levantó lucía como un diamante de 24 kilates, bajaron juntos a la cocina y encontraron a la abuela haciendo el desayuno, pero al ver a Serpent se alejo y continuo con una opción que tenía allí, indicando silenciosamente que le dejaba el trabajo, el desayuno preparado fue algo simple que consistió en tostadas fransesas y licuados.
Draco pudo elegir de que lo quería y pidió fresa y kiwi con flor de belladona y un poco de una dudosa barra floresente que despedía un olor dulce que no supo que era (nadie le dijo que el tío Fétido había tratado de combinar el uranio radioactivo y el azúcar, y conseguido).
Acababan de comer cuando los demás llegaron y Mortisia le informo a Draco que sus padres acababan de irse y que volverían para la hora del té, por lo que tenían la mañana y parte de la tarde antes de que regresarán.
Desistiendo entrenar un poco Mortisia tomo a Draco y y se lo llevó a Santan sabe dónde para no ser vistos en mucho tiempo, por lo que Serpent decidió darle un regalo especial.
Tomando la red Flu al Callejón Diagon se dirigió directamente a la tienda de animales mágicos a la que había ido la última vez, sin preocuparse de la expresión aterrada del tendero empezó a buscar. Pero tras un rato por fin encontró lo que buscaba, una criatura que le recordaba mucho a Draco, hermoso y letal a pesar de su aspecto.
