Adios amor

6.2K 325 577
                                    

...

El nemeton ardía al unísono de la risa del Dragón. La silueta de un lobo se acercaba entre los árboles. Un gran gruñido salió del hocico del animal y el Dragón enfoco su vista en este.

Por segunda vez en una noche. - Comenzó a hablar. - Llegaste tarde. - Le dedicó una gran mirada de desprecio. El gran lobo negro continuaba gruñendo como si estuviera apunto de estallar en furia. Sin decirse nada más comenzó su lucha, el lobo se lanzó a su yugular valiéndose de un gran salto, mientras el dragón apretaba su torso en un intento por fracturarle las costillas. Ambos se sacudían y el lobo mordia con fiereza; gotas de sangre corrían por el cuello del dragón, este tomó con fuerza la cabeza del lobo y la halo con fuerza para luego lanzarla por los aires e impactarla contra los árboles cercanos.

El lobo parecía exhausto, tardo unos segundos en levantarse y cuando lo hizo su silueta había cambiado. Ahora era una hermosa mujer, de cabello castaño y mirada dolida. - ¿Cómo te atreviste? ¿Como pudiste traicionarme? - Le gritó la mujer mientras sus ojos brillaban en un rojo intenso.

Fuiste tu quien me traiciono. - Respondió con un gesto de desprecio. - Me traicionaste al elegirlo a él. A ese humano patético.

El era inocente - Gritó ella. - Lo único que hizo fue amarme.

-Yo también te ame y desde mucho antes. - Alego. - Llevo años sirviendote y siendo tu más valioso aliado. Años protegiendo los nemetons del mundo y cuando regreso a este pueblo desagradable para reclamar lo que es mio. Me encuentro con otro en mi lugar.

-Tu eras mia

Yo jamás he sido tuya . - Grito la alfa Hale.- Desde que lo conocí, él fue mio y yo suya.

-¡Por eso lo maté!. ¡Y disfrute el hacerlo! - Dijo mientras sonreía. - Sentir cómo su vida se escapaba de su cuerpo fue lo más excitante que he hecho nunca.

La alfa Hale se acercó al aun en llamas nemeton y arrancó un pedazo de su madera.

Eso no va a funcionar. ¡Tu nemeton a muerto! - Se jacto.

Derribaste el árbol pero en él aún hay poder. - Dijo ella mientras usaba la madera para cortar su palma y dejar que la sangre corriera a través de esta. - Un dragon solo muere cuando es herido con la madera del nemeton bañada en la sangre de su guardián roto.

¿Recuerdas? Tu me lo dijiste.

-La madera de un nemeton pleno y este ya no lo es.

Bueno vamos a averiguarlo. - Ella se lanzó contra él en un intento de lucha pero las garras del dragón se encontraban con la piel de Talia con mucha facilidad.

- Estás vulnerable, Talia. - Le dijo mientras la tomaba por el cuello y sujetaba la mano donde llevaba la estaca. - ¡Aún no te recuperas de haber dado a luz!

-¿Te das cuenta? - Le pasó la lengua por la mejilla y ella reaccionó con asco tratando de soltarse, sin éxito.. - Él solo te hizo débil. Su amor te volvio descuidada, predecible y te lleno con bastardos que te hicieron vulnerable. Si esos hijos lo hubiera puesto yo en tu vientre, cada uno te hubiera hecho más poderosa, ¿sabes?. Los hijos de un dragón regalan un poder a la madre al momento de nacer.

No necesito que me den poder. - Dijo ella, mientras sus ojos comenzaban a iluminarse en un rojo intenso y poco a poco doblegaba los brazos que la sujetaban. - Solo necesito que me den su amor.

Clavo muy profundo la estaca de madera en su abdomen, hasta que este quedó inconsciente en el suelo del bosque. Talia estaba tan cansada en ese momento, hacía apenas unas horas había dado a luz a Cora y acababa de recibir la noticia de que su esposo había sido asesinado por su más fiel amigo, que acababa de llegar desde áfrica, mientras ella estaba en labor. Poco después de que creyó haber acabado con la vida del asesino perdió el conocimiento. Sus betas la encontraron un par de horas después junto a lo que quedaba del nemetón aún en llamas, pero no hallaron rastros del dragón. Algunos betas creyeron que Talia había lanzado el cadáver a las llamas del nemetón pero yo siempre supe que mi hermana no hizo tal cosa. Siempre que se contaba la historia de la muerte de mi cuñado, yo suponía que el dragón había escapado mal herido pero con vida.

Thiam Entre Roces, Cariños Y OdiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora