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— ¿Por favor?

— Te dije que no — el mayor lloriqueó cual niño pequeño y comenzó a jugar con la comida en su plato — Es algo que solamente Jaebeom debe hacer, yo solamente voy a acompañarlo —

Bambam no pareció contento con aquello, puesto que su mirada se mantuvo fija en la mesa y sus labios estaban abultados en un puchero

— Yo quería ir — susurró molesto, Yugyeom sonrió por la actitud tan infantil de su novio.

— Te prometo que la próxima vez que tenga que torturar a alguien te llevaré ¿Está bien? — Era obvio que no iba a acceder en ese momento, así que simplemente se limitó a asentir suavemente, se sorprendió cuando Yugyeom se acercó a él y lo tomó del mentón obligándolo a mirarle —Y cuando te lleve allá vas a limpiar mis manos con tu boca ¿No es así? — Bambam asintió completamente atrapado por la mirada del menor.

— Lo haré, hyung — sonrió con inocencia, los labios de Yugyeom atraparon los suyos y este los aceptó gustoso

— Ahora debo irme, Jaebeom debe estarme esperando

— Si, ve con cuidado — pidió antes de besarlo otra vez

— Te amo, Bam. Recuerda que cuando vuelva iremos a la pastelería de Jinyoung así que debes estar listo —

— Te amo también, estaré listo lo juro.

Yugyeom salió de su departamento, subió a su auto y condujo hasta el lugar en donde Jaebeom lo había citado.
No tenía idea de como, pero el pelinegro ya tenía amarrado al tipo en una silla, mojado con un olor desagradable y completamente desnudo a modo de humillación,este intentaba gritar y zafarse de sus ataduras sin embargo estando en aquella bodega tan alejada de la ciudad era bastante difícil que alguien lo escuchara.

— Eres rápido, hyung — comentó mientras jugueteaba con una navaja entre sus manos como si fuera la cosa más casual del universo.

—No podía dejar que estuviera tranquilo luego de lo que hizo.

Jaebeom estaba sentado en una silla un par de metros alejado, su mirada se mantenía fija en el pelinegro frente a él, lo miraba tratando de comprender que clase de rata asquerosa era, imaginándose las cosas que le haría para hacerle pagar

— ¿Sabes que te metiste con quien no debías? — se acomodó en su lugar y le hizo una seña a Yugyeom para que retirara la mordaza de su boca — Debes aprender a reconocer a tus putas, Taeyang. Youngjae no es ni será una de esas zorras asquerosas con las que te acuestas —

— No me digas que es una blanca paloma. Se le nota a leguas que sabe bien como chupar pollas — el pelinegro apretó sus puños y miró a su compañero, este actuó de inmediato dándole un puñetazo en el rostro, provocándole una mueca de dolor —Si crees que golpearme me hará arrepentirme estás bastante equivocado Ese niño es una perra y no sirve para nada más que para follarselo —

Yugyeom estuvo a punto de darle otro golpe pero Jaebeom ya se le había adelantado, golpeándolo en el estómago con fuerza, el pelinegro se dobló en la silla y antes de que pudiera recuperar la compostura recibió un golpe más en la cara.

— Tu de verdad no debiste tocarlo. No le gusta que lo toquen ¿Me oíste? Voy a asegurarme de que no le harás lo mismo a alguien más — con toda la tranquilidad del mundo sacó un cigarro de su bolsillo, lo encendió y le dio una calada antes de soltarle el humo en la cara — Dime ¿Te gusta fumar? No dudo que si— sin esperar respuesta apagó el cigarrillo contra el brazo de Taeyang, sacándole un quejido.
Sonrió satisfecho y repitió el proceso unas cuantas veces más, gozando en demasía los alaridos de dolor que salían de sus labios; cada uno de ellos era peor que el anterior

Marshmallow - 2JAEWhere stories live. Discover now