Capítulo 13

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Dos años habían transcurrido desde que dejó Corea para aventurarse a nuevas experiencias. Al llegar a Estados Unidos, pasó tiempos bastante difíciles en el recuerdo de un amor dejado en tierras asiáticas y que había sanado las heridas de su corazón con la paciencia de un amor verdadero. Había intentado con todas sus fuerzas que aquel chico de rubios cabellos no ocupara toda su mente, pero le era inevitable no pensar en él.

El idioma no fue tan difícil como creyó. La constancia de escucharlo y verse en la necesidad de hablarlo, le había servido para trabajar su inglés y al cabo de dos meses lo hablaba con fluidez y se daba a entender muy bien. Los estudios al principio habían sido difíciles, no porque no entendiera la materia, sino que las clases eran difíciles en un idioma diferente. Pero tras acostumbrarse al idioma, había tomado el ritmo de las clases y también de la rutina.

La universidad era enorme y bastante hermosa. Llena de jardines, esculturas y edificios antiguos alzándose de improviso al final de los senderos de arenilla. Las personas eran algo frías, pero por supuesto siempre habían algunos que lo trataban con calidez. Esto último, Donghae lo agradeció, pues no quería que su corazón volviera a perder calor y se convirtiera en el cubo de hielo que era antes de que Hyukjae llegara a su vida.

A Donghae le gustaba Nueva York, era tierra de crear ilusiones, pero también tierra de que no quedaran solo en eso, en ilusiones, sino que se hicieran realidad. Había crecido como actor, enriqueciéndose de la sabiduría de otras personas que lo habían apoyado e incentivado a esforzarse más.

En cuanto Donghae se había subido al avión que lo llevaría desde Corea a Estados Unidos, de eso hace ya casi dos años atrás, se había prometido no volver a encerrarse en sí mismo como antes. Y con el recuerdo de Hyukjae y de lo que éste había hecho por él, fue abriendo su corazón para acoger a las personas con calidez, pero conservando las distancias, pues no esperaba ni tampoco quería, que nadie ocupara ese lugar que en su corazón ya estaba reservado. De a poco, se aventuró a conocer a más personas, a sociabilizar con gentes que no conocían su pasado. Y descubrió que era muy agradable partir de cero y ser la persona que quería ser, sin represiones de por medio.

Mentiría al decir que no sintió miedo de cambiar, de que el éxito lo hiciera cambiar. Pero se dio cuenta con el pasar del tiempo, que más que cambiar en modo negativo, había sido todo lo contrario. Veía esa experiencia, de estar lejos del recuerdo de su familia y de Hyukjae, como una manera de estar agradecido por la oportunidad que le habían ofrecido y aprender nuevas cosas, que en algún momento esperaba hiciera sentir orgullosa a cierta persona... y a ciertas personas que estaban en el cielo, pero que los sentía con él, brindándole su apoyo.

Con el tiempo, también se había dado cuenta, de que haber dejado a Hyukjae por el rechazo de su madre, no tenía sentido y no había valido la pena. Extrañaba hablar con él... extrañaba estar entre sus brazos, tocar esa nívea piel, besar sus labios y por completo su boca, sentir su sabor que había probado tan pocas veces, pero que no podía olvidar ni borrar de su cuerpo y de su memoria. Solía soñar por las noches que volvía a encontrarse con Hyukjae y a colgarse de su cuello en un abrazo, y despertaba con el corazón latiendo fuertemente y sintiendo mariposas en el estómago, sentimientos tan vívidos que se desvanecían al darse cuenta de que había sido solo un sueño. Sin embargo, aquellos sueños quedaban de alguna manera grabados en su corazón, siendo guardados como un tesoro.

Pero tenía miedo, pues él no quería vivir de sueños. Quería que esos sueños se hicieran realidad algún día.

Donghae se enteró por medio de Kyuhyun, con quien había mantenido el contacto, que Hyukjae no había querido contactarlo, no porque no quisiera, sino porque le dolería demasiado. Y lo entendía. Pero tenía el presentimiento de que el rubio ya se había olvidado de él. Y eso también lo entendía. Aunque de solo pensarlo, se le partía el corazón una vez más.

I'm Walkin' To The DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora