Capítulo 8

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No sabía cuánto tiempo llevaba caminando. Solo sabía que no podía detener ni sus pies ni las inevitables lágrimas que habían comenzado a caer por sus mejillas.

Aún tenía grabado en sus labios ese beso, al igual que no podía borrar de su cuerpo y de su corazón todas las sensaciones experimentadas hace tan solo unos momentos atrás. Su corazón no había dejado de latir desenfrenadamente desde que se alejó de él. Se sentía tan mal y a la vez tan emocionado. Sentía tanto miedo porque los toques de Hyukjae lo habían excitado y ese beso aunque suave, le había encantado y enviado al mismísimo cielo. Pero entonces más lágrimas cayeron de sus ojos, maldiciéndose por haber dejado a Hyukjae allí, pero a la vez sientiéndose aliviado por haber salido de esa situación inevitablemente incómoda.

¡Dios, estaba tan confundido! ¡Su mente le decía que no!... y su corazón le decía que sí... mil veces sí.

Se detuvo y se agachó en mitad de la calle que a esas horas estaba vacía, llorando con más fuerza que antes, sintiéndose como un niño.

Luego de unos minutos, comenzó a sentir todo el frío del que antes no fue consciente, así que incorporándose nuevamente, desató el polerón de su cintura y se lo puso quedándose con la capucha puesta y abrazándose a sí mismo. Se calmó un poco y miró hacia todos lados antes de decidir qué hacer a continuación.

Finalmente se dirigió hacia el paradero que estaba más cercano para esperar algún taxi, pues sinceramente no tenía idea de dónde se encontraba.

***

_ Hyukjae, Hyukjae ¿Qué pasó? – le zarandeaba Sungmin por el hombro – ¿Dónde está Hae?

Hyukjae estaba donde mismo lo había dejado Donghae. Se había quedado allí sentado en el suelo, abrazando sus rodillas mientras algunas lágrimas se agolpaban en sus ojos. Había arruinado todo entre los dos. ¿Qué haría ahora?

_ ¡Hyukjae! – Sungmin quien se había agachado para quedar de su altura, terminó por tomarle la cara entre las manos para que lo mirara y entonces se le encogió el corazón de verlo así tan deprimido y empequeñecido por su tristeza - ... Hyuk... ¿Qué pasó?

_ Es que... no lo pude evitar... ya no podía contener mis sentimientos, Min...lo besé... y él se asustó y se fue – dijo entre medio de algunos sollozos pareciendo un niño pequeño – arruiné todo... él no querrá volver a verme – decía ahora dejando que sus lágrimas corrieran por sus mejillas libremente.

_ ¿Estás diciendo que dejaste que Donghae se fuese solo a esta hora? – se metió Kyuhyun a la conversación, quien se había mantenido al margen – ¡Pero tú eres tonto o qué!

_ ¡Sshh! – lo hizo callar Sungmin y Kyuhyun lo miró para luego soltar un bufido. Min se volvió hacia el rubio de nuevo, pasando su mano por su espalda repetidas veces para calmarlo.

_ Kyu tiene razón, dejé que se fuera – murmuró Hyukjae todavía en la misma posición, con la mirada fija en sus pies – pero él me pidió que no lo siguiera... lo he seguido todo este tiempo, insistiendo para que él me aceptara, ¿cómo podía no escuchar lo que me pidió después de lo que hice? Debe estar cansado de mi insistencia... y lo peor es que ahora ya lo debo haber perdido definitivamente.

Kyuhyun escuchó lo que él decía. Suspiró y comenzó a marcar el número de celular de Donghae para saber si estaba bien. El castaño no contestaba. Al final terminó por escribirle un mensaje de texto: "Hae, ¿Estás bien? ¿Dónde estás? estoy preocupado, avísame cuando estés en tu casa para quedarme tranquilo, por favor" .

_ Ya, Hyuk – le calmó Sungmin – no te recrimines más, lo mejor es que le confieses de una vez lo que sientes. Las cosas claras por delante, ¿ok? – esperó algún gesto de parte de Hyukjae y éste asintió con la cabeza levemente – bien... pero no pienses más en lo que pasó ahora – se incorporó y le tendió una mano para ayudarlo a levantarse – vamos a casa, Hae estará bien.

I'm Walkin' To The DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora