Capítulo 9

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Le dolía el estómago a causa del nerviosismo. Eran cientos de miles de mariposas revoloteando sin cansancio dentro de su estómago.

Avanzó al dar la luz verde del semáforo y la suave brisa de primavera le acarició su cuerpo con fuerza. Cuando estaba a mitad de camino, se detuvo a la orilla de la calzada. Se quitó el casco por unos momentos mientras intentaba respirar con normalidad. Se sentía como ahogado y más nervioso que nunca en su vida. Al final terminó por bajarse de la motocicleta y pasearse un poquito de un lado a otro. Miró la pantalla de su celular por milésima vez, en la cual un mensaje de texto le indicaba la dirección del departamento de Sungmin, la que éste le había enviado minutos después de su llamada.

La llamada.

"_ ¡Donghae! ¿Estarás ocupado mañana por la noche? – le habló rápidamente la voz animada de Sungmin.

_...Creo que no, ¿Por qué? – preguntó curioso.

_ Mañana celebraremos el cumpleaños de Hyuk en mi departamento. Quizás el no te lo diga, Hae ¡Pero obvio que quiere que estés aquí!

_ Ah... pues...

_ ¡No aceptaré un no por respuesta! – y colgó."

Bueno... y esa fue toda la llamada. El estómago de Donghae comenzó a contraerse con leves pinchazos de nerviosismo otra vez, y además sus manos habían comenzado a sudar sin parar. Tendría que ver a Hyukjae... ¡Tendría que verlo! Oh, no sabía si podría. Quería verlo, claro que sí, pero no estaba para nada preparado para enfrentar sus ojos, ni tampoco había preparado mentalmente lo que quería decirle. ¡Es que no lograba concentrarse en lo que quería decirle!

Suspiró casi con ganas de llorar. ¿Y si no encontraba palabras para decirle? ¿Decirle qué? ¿Decirle que le encantaba que estuvieran juntos? ¿Que no quería que se alejara de él jamás? ¿Que estaba agradecido con él de todos los modos posibles?

Oh Dios, su estómago y su cabeza eran un lío y no se creía con la fuerza suficiente para poder subir nuevamente a la motocicleta y llegar al destino que había iniciado ya. Se sentó un momento en la cuneta, mirando la hora en su celular. Ya era tarde, faltaba poco para las diez de la noche y se suponía que debería haber llegado a las nueve, como también decía el mensaje de texto.

En eso comenzó a sonar su celular a lo que automáticamente dio un respingo. Era Sungmin. No quiso contestar y dejó que aquella melodía incesante y la cual nunca antes había odiado tanto, sonara mientras sostenía el teléfono en una mano. Se tomó la cabeza con la otra, intentando controlar sus nervios. Inhaló, exhaló y lo repitió varias veces... pero no dio ningún resultado ¿Por qué ahora no funcionaban las técnicas de relajación que utilizaba antes de subir a un escenario?

Era obvio que esto no era lo mismo... esto era... mil veces más importante.

Pero a pesar de que se moría por volver a ver a Hyukjae, se sentía tan cobarde para pararse frente a él y pedirle que por favor no se alejara, que lo necesitaba, que él también sentía cosas fuertes por él... pero no, no era lo suficientemente valiente para decir eso. Él no era como Hyukjae. Suspiró de nuevo a la vez que cerraba los ojos.

Y mientras tenía los ojos cerrados, su respiración comenzó a calmarse poco a poco mientras algunas imágenes se formaban en su mente. Se imaginó viviendo otra vida. Otra dimensión. Otra realidad en la que él no sintiera miedo ni vergüenza de asumir sus sentimientos, de asumir lo que otro hombre provocaba en su corazón, en su cuerpo, en su alma... Y eso le gustó...

¿Podría existir algún día, la remota posibilidad de que llegase a... a estar... con él?

Muy bien, aunque estos pensamientos lo hicieron enrojecer, también le renovaron la esperanza y la confianza. Era su turno... su turno de luchar por Hyukjae. ¿Sería capaz?... Pero capaz o no, de ese lugar en su pecho que latía con rapidez y potencia, sacó las fuerzas necesarias para montarse nuevamente en la moto. Arrancó antes de que el pánico lo invadiera otra vez.

I'm Walkin' To The DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora