Epílogo

435 52 11
                                    

_ ¡No! Hyukjae~ – exclamó Donghae entre risas – no, no me hagas esto~ tenemos cosas que hacer y no podemos demorarnos – habló rápidamente al mismo tiempo que ponía las manos sobre el pecho de Hyukjae para detenerlo, pero sin aplicar mucha resistencia.

_ Pero amor, tengo que enjabonarte bien – le dijo Hyukjae con un puchero en su boca mientras se acercaba con la esponja llena de espuma y mirada traviesa.

_ Ya ya, pero solo de la cintura para arriba... – propuso.

_ ¿Pero por qué? – preguntó haciéndose el inocente mientras se acercaba más y hacía chocar a Donghae contra la pared húmeda –... me falta aquí – susurró poniendo su mano sobre la entrepierna de Donghae. La esponja había ido a parar al suelo, absorbiendo agua que caía de la regadera y que se acumulaba formando remolinos a sus pies.

_ Ah~ Hyukjae – gimió mientras cerraba los ojos y apoyaba su peso en la pared de la ducha. Sus manos fueron a parar a las caderas ardientes de Hyukjae, mientras sentía las dulces caricias en su miembro y húmedos y apasionados besos en su cuello.

_ Mm~ mi amor... ¿Por qué tienes que ser tan hermoso...tan dulce? – se las arregló para decir Hyukjae mientras seguía recorriendo la longitud de su cuello, subiendo hasta la barbilla de Donghae y llegando a sus labios que lo recibieron gustoso. Sintió los gemidos y jadeos del pelinegro rebotando en su boca.

Los movimientos expertos de la mano de Hyukjae aumentaron en firmeza y velocidad, mientras los jadeos de Donghae se elevaban con mayor fuerza. El pelinegro sintió cómo sus rodillas comenzaron a flaquear; un cosquilleo comenzando en cada terminación nerviosa de su cuerpo y desembocando en su bajo vientre le indicó que se correría en un segundo. Y en realidad, llegar al orgasmo debido a las caricias de Hyukjae era algo muy fácil y simple. Un ronco gemido salió de su boca cuando su semen fue expulsado con fuerza, bañando la mano de Hyukjae y de paso sus estómagos.

_ Mm~ amor... – susurró Donghae mientras regulaba su respiración y fijaba sus ojos en los de Hyukjae – eres un pervertido, ¿sabías?

_ Eres tú el culpable, tú el que me tientas... – murmuró – no es mi culpa.

Donghae se rió de sus palabras y le obsequió un beso en los labios mientras se aferraba al cuello de Hyukjae, apegando sus cuerpos al máximo, sintiéndose unidos en un abrazo húmedo mientras flotaban en una caliente nube de vapor. El timbre de la puerta sonó rompiendo la magia y frenando todo acto que pudiese venir a continuación.

_ Llegó Sulli – dijo Donghae rápidamente mientras apartaba de su cuerpo los brazos de Hyukjae y comenzaba a enjuagarse debajo del chorro de agua.

_ No~, quedémonos aquí – dijo Hyukjae haciendo un puchero y alargando sus brazos hacia Donghae.

_ No podemos – dijo con una forzosa seriedad mientras terminaba de bañarse. Se escabulló de los brazos de Hyukjae como pudo –... amor... – dijo antes de salir de la ducha, acercándose a los labios de Hyukjae y dirigiendo una rápida mirada a la entrepierna de Hyukjae – te recomiendo que te bañes con agua fría... o de lo contrario tendrás que solucionar tú solo aquel problemita... – lo besó apasionadamente, dejando a un Hyukjae con ganas de más. Salió de la ducha antes de que su pelirrojo lo detuviera o peor aún, que sus propios deseos lo hicieran quedarse allí con él. El timbre sonó otra vez.

_ ¡Donghae!, ¡No! – rezongó desde dentro de la ducha asomando su cabeza y haciendo reír a Donghae – ¡vuelve!

_ ¡Tengo que ir a vestirme! Date prisa – le lanzó un beso con la mano y salió del baño.

Donghae se vistió rápidamente en la habitación y se acomodó la camiseta de camino a abrir la puerta. Apenas abrió, la alta y ya conocida figura de Sulli ingresó como un bólido a la casa.

I'm Walkin' To The DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora