Capítulo 7

259 35 2
                                    

Los documentos y lo demás que necesitaba para la postulación de la beca fueron enviados correctamente al correo que tenía agendado, prácticamente en la fecha de término del plazo para el envío. Donghae estaba bastante ilusionado, pero tampoco quería imaginarse cosas antes de tiempo, pues la posibilidad de que le dieran a él la beca de entre todos los postulantes era muy baja. Esperaría mejor a ver qué sucedería al cabo de un tiempo, cuando salieran los resultados. Por ahora debía preocuparse de su graduación que estaba a la vuelta de la esquina, más específicamente, sería la semana siguiente.

Todo ya estaba terminado en su universidad, las clases habían acabado y también los exámenes. Había aprobado todas sus asignaturas como siempre y estaba muy conforme con su desempeño, aunque también muy nervioso por lo que debía enfrentar luego: Una vida laboral donde la competencia dificulta todo.

Antes de postular a la beca, Donghae no había pensado a qué dedicarse específicamente una vez saliese de la universidad. Estaba dispuesto a aceptar cualquier trabajo que implicase actuar en condiciones aceptables y de ese modo ir ganando experiencia. Pero ahora esa beca podía darle una gran oportunidad.

En ese momento, Donghae estaba desempolvando desde el armario, su traje formal que usaría el día que le entregaran su diploma. Llevaría el traje a la tintorería pues ya hacía bastante tiempo que no lo usaba. Lo dejó en la misma bolsa plástica en la que estaba guardado y con cuidado lo acomodó en la motocicleta para salir rumbo al centro y mandar a limpiar el traje.

Tras unos minutos, salió en su motocicleta a toda velocidad.

***

La verdad era, que Donghae se sentía un tanto triste ese día. Veía a sus compañeros rodeados de sus familiares pero él estaba solo, como ya estaba acostumbrado. Pero que estuviese acostumbrado no significaba que no le doliera. Si bien había encontrado buenas personas que al fin podía considerarlos como amigos, ellos no reemplazaban a las personas que había perdido hace nueve años atrás.

Los murmullos de las conversaciones se alzaban por todo el salón y una suave música de fondo inundaba todo el lugar. Suspiró pesadamente al tiempo que se acomodaba en su silla, esperando a que la ceremonia comenzara de una vez.

La ceremonia se llevaría a cabo en el teatro. A un costado del escenario había un podio, desde el cual se efectuarían los discursos y ese tipo de cosas, mientras que a ambos lados del escenario habían dos pedestales con flores de distintos tipos y de varios colores. Las personas se paseaban por el lugar vestidos de manera elegante. Donghae también lo estaba, con su camisa blanca, una corbata negra que hacía juego con su traje, el cual por cierto se le ajustaba perfectamente a su cuerpo.

Se encontraba solo, allí sentado. Ni Hyukjae ni los otros habían llegado aún, pues aún faltaban varios minutos para el inicio de la ceremonia. Suspiró por milésima vez ese día, acongojado por estar solo y además nervioso porque ya ese ciclo de cuatro años llegaba a su fin.

_ Donghae-ah – le habló una voz conocida e inmediatamente se dio vuelta.

_ ¡Ah, Kyuhyun-ah! – se sorprendió de verlo allí pero no pudo evitar sonreír. Su amigo estaba muy elegante y se veía muy bien – ¿Qué haces aquí?

_ ¿Qué voy a hacer aquí si todavía no me gradúo? – le preguntó entrecerrando los ojos un poco y alzando una ceja al ver la cara de despiste de Donghae – ¡Te vine a ver, pues que más!

Donghae lo miró sorprendido un segundo y luego enarcó una ceja.

_ Sí claro, ¡vienes a ver a Sungmin-ssi, no a mí! – le dijo Donghae cruzándose de brazos.

_ Bueno – se rió un poco – también lo vengo a ver a él, pero a Min-ah lo vendrá a ver su madre y su padre que viajaron para estar en la ceremonia, también su tía y su primo, así que no le faltará quien lo acompañe. Pero tu...no...así que por eso vine a estar contigo.

I'm Walkin' To The DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora