CAPITULO 9.

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Aun estaba vivo, V lo cargo y lo llevo hasta una habitación cerca de la mía. No se notaba arrepentido, en verdad ese V me daba miedo.
Se rehusó a llevarlo a un hospital y en lugar de eso llamo a uno en menos de veinte minutos el médico estaba en la mansión.
Reviso el estado de Ho Seok al final solo recibió algunas puntadas en la cabeza y le puso medicamento intravenoso. Aun que el médico sugirió a V llevarlo al hospital pero el malvado V se negó no quedo otra opción que mantenerlo a mi lo cuidado. 
A diario curaba sus heridas y revisaba que no le diera fiebre.

Pasaron dos días y Ho Seok continuaba inconsciente. A diario le hablaba y le daba las gracias por haberse enfrentado a su hermano por mí.
Por fin, la mañana del tercer, día aquel hombre con rasgos celestiales abrió los ojos, aquellos ojos que tenían la capacidad de irradiar luz que te llenaban de alegría.

— ¿Qué paso? —dio aun mostrando su somnolencia.
— ¡Ah! ¡Por dios! ¡Despertaste! 
— ¿te sientes bien?
— ¿y tu quien eres?
—soy la que ha estado a tu lado durante los días que permaneciste inconsciente. ¿No me recuerdas?
— ¿mi enfermera? ¡Oh! ¡La cautiva de Taehyung!
—algo así. ¡Debes tener hambre!
— ¡mucha! ¡Mi cabeza! —hizo una meca de dolor. ¡Ese maldito Taehyung me las va a pagar!
— ¿Qué le harás? 
¡Tal vez era igual de peligroso que su hermano! 
—lo acusare con mi papa.

Ese chico era realmente encantador, guapo, simpático, divertido… no era nada parecido a V jamás pensé que cuidar de alguien me llenara de felicidad.
**************

— ¿Cómo sigue el imbécil de Ho Seok? —cuestiono V mientras leía el periódico en el comedor de la cocina.
— ¡no le digas así! —respondí disgustada. Ahora vuelvo —cambie mi semblante— le llevare la sopa a Ho Seok. 
Camine sonriente con la charola en la mano.

— ¿y el imbécil maníaco de mi hermano? 
Reí ante el seudónimo.
—en la cocina. Toma. —le coloque la sopa en una mesita. Probo una cucharada de ella.
— ¡ah mierda! ¡Está caliente! 
—lo siento debí advertirte perdón… —dije apenada.
—no fue tu culpa, tu ya has hecho mucho por mí. —tomo mi mano y me dedico una de sus encantadoras sonrisas.

Sentí ruborizarme ¿Por qué él me ponía así?

—déjame ayudarte. —tome una cucharada de la sopa y le di a probar.
— ¡gracias! —expreso, con la boca llena de sopa. ¿oye? ¿Por qué Taehyung te trajo aquí? 

Comencé a narrarle la historia de mi llegada.

— ¡es un maldito psicópata! ¡Siempre supe que no era normal, pero nunca creí que sería un maníaco!
Cada palabra articulada por sus labios, cada gesto de admiración y mueca de burla me parecían de alguna manera carismática. El era un hombre increíble.
Dejándome guiar por mi mente hable:

— ¿Cómo puedes tener un hermano tan cruel, siendo tu un ángel?
— ¿un ángel? —sonrió ante el halago. No lo sé —se hundió de hombros—defecto de fabrica.
Incluso en su estado no perdía su sentido del humor.
—me siento tan afortunada de tenerte aquí. Es cruel como alguien puede sentirse bien, a base de la desgracia ajena. Pero, me alegra tenerte aquí. 
—tú no mereces estar aquí, cando me recupere te llevare conmigo, te lo prometo. —una vez más tomo mi mano pero esta vez la besaba insistentemente. Me ruborice.
—ojala te hubiera conocido en oro lugar… un buen lugar —dije con ironía.

—yo soy tan afortunado. —me miro— incluso si te hubiera conocido dentro de un hoyo, bajo la tierra, casi muriendo y siendo comido por gusanos. Me hubiera sentido igual de feliz que ahora. —me sonrió inyectándome alegría.
— ¿en donde estuviste todo este tiempo? —dije como hablando como a un invisible detrás del hombro de Ho Seok.
— ¿Qué hacen? —V irrumpió en la habitación.
—jugamos a tomar el té, hermano Caín. —respondió irónico.
—te lo buscaste Ho Seok… te lo buscaste. —lanzo una mirada fría y arqueo la ceja.

Rápidamente me levante de la cama alejándome de Ho Seok. Tome la charola y Salí. Inmediatamente V salió detrás de mí.

—¡___! —Grito mi nombre.
— ¿Qué? —respondí altanera.
—ya no quiero que cuides del imbécil de mi hermano. El se largara pronto. Sin ti —aclaro—

Lo mire llena de euforia, llena de coraje que reprimía en mi interior. Estaba segura que si V decía una cosa más yo iba a explotar.

— ¿Cómo se le ocurrió al idiota intentar llevarte? 
Sonrió con su mismo gesto de arrogancia.
— ¡ya déjalo en paz! ¡No hables así de él, es tu hermano!
— ¿¡y tú desde cuando lo defiendes!? —frunció el ceño, mostrándose indignado.
— ¡desde que supe que era una persona “normal” maravillosa, de buenos sentimientos, sensible y del cual recibo un trato digno. —Me detuve para suspirar— con él, no vivo con miedo.

Se acerco a mí tomándome fuertemente de los brazos.

— ¡pero si yo jamás te he tratado mal! ¡Aquí no te falta nada! —intento excusarse, aun así en su mirada se reflejaba coraje.
— ¡ese es tu maldito problema! ¡Para ti, el “todo” es “nada”! ¡Mi familia! ¡Mi libertad! ¿¡Por qué todo se debe hacer a tu manera!? ¡Ahora me puedes soltar me estas lastimando! —intente zafarme de su agarre pero me fue inútil, me seguía sosteniendo y apretaba cada vez más fuerte.
— ¿lo prefieres a, él? 

¿A qué se refería con "preferirlo"? Solo dije que él era una buena persona ¡todos son “mas” mejores personas que V! 

— ¡sí!
— ¡demonios! ¿Por qué? —su histeria y enojo creció, ya que me pego contra la pared.
Aun así no podía contener mi coraje y gritarle una cuantas cosas a este hombre que me llenaba de estrés.

— ¿Por qué? Porque él es un hombre sin misterios. ¡Un hombre de verdad!

Aquellas palabras salieron de mi boca como la respiración de mis pulmones.

Pego su cuerpo al mío haciendo tanta presión que sentía asfixiarme. Enseguida hablo en un susurro con una luz en sus ojos que emitía locura y rabia.

—jure que me amarías… te di a elegir… pudiste ir por el camino correcto. Pero en lugar de eso elegiste este. ¡Si no puedo ser tu “ángel” entonces seré tu demonio! ¿¡Me escuchaste!? ¡Tú lo decidiste así!

Al termino de la oración, me soltó y subió su a su habitación. 
Ese hombre era realmente aterrador. Ya no sabía que mas esperar de él, simplemente mis fuerzas y deseos estaban decayendo estaba casada de esto.

*———————————————*

Aquel día no vi a V en toda la tarde, salió al término de nuestra discusión y no llego hasta el día siguiente.
Estaba muy aterrada, pero no lo mostraba tenía que reflejar seguridad y valentía ante esta situación.

Me encontraba preparando el desayuno, V como siempre tomo asiento en el comedor de la gran cocina.
Guardaba silencio, se notaba muy tranquilo como si nada hubiese pasado. En cambio yo, estaba muriendo de nervios al sentir como me miraba. Cada movimiento que me disponía a hacer, ahí estaba su mirada siguiéndome.
Trague saliva debí a los nervios que tan penetrante mirada me provocada.

Continúe con mi deber intentando no desmoronarme.
¿Por qué sus miradas provocaban en mi estas sensaciones? Si ya había pasado por esto miles de veces. 

Intente ignorarlo y continuar con mi pose de “chica interesante e indiferente” aun que solo de mirar de reojo como pasaba su lengua por su finos y rosados labios un escalofrió me hacia brincar. Sentir sus miradas vistiéndome hacía hervir mis mejillas.

Por culpa de los nervios que se disparaban de mi. Al intentar cortar una zanahoria para la sopa hizo una cortada en mi dedo índice que iba desde el inicio de la uña hasta la yema de mi dedo, del cual desprendió sangre y me hizo soltar de inmediato el cuchillo.

— ¿estás bien? —enderezo su cuerpo para poder ver mas allá. 
Solo asentí con una mueca de dolor.
Camino hacia mí y sostuvo mi mano. Al ver que sangraba me llevo hasta el baño, donde en un gran mueble tenía un botiquín. Limpio mi dedo y lo encinto.

Permanecí en silencio observando aquella escena tan desconcertante. Hasta que por fin pude articular palabras.

—no, era tan necesario… pero gracias. —sonreí tímida.
Era algo raro en V pero debo decir que fue hasta cierto punto un gesto “lindo” de su parte.
¿Por qué a estas alturas sigue provocándome cierta timidez? ¡Tn__ eres tan tonta! —pensé—

Tengo que amarte. (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora