the fuck list - l.h {español}

3: amanda lynn

“¿No estás cansada?” Preguntó él, notando como sus ojos comenzaban a cerrarse y su cabeza se inclinaba hacia un lado.

Ella menea la cabeza y sostiene la chaqueta de Luke aún más acerca de su cuerpo. “Continúa.”

“Okay, Amanda Lynn. ¡Joder! Amanda Lynn… oh hombre, ella era mi novia. ¡También virgen! No sé cómo, porque estaba buenísima.”

“¿Te refieres a que tenías una novia?” Interrumpió ella, riendo suavemente. Él frunció el ceño.

“Ya sabes, no soy solamente una máquina del sexo. También tengo sentimientos."

“Bueno, lo siento por equivocarme.” Cubrió su sonriente boca con su mano. “Continúa, por favor.”

3 DE OCTUBRE, 2012.

SÍDNEY, AUSTRALIA.

Luke y Amanda estaban destinados a estar juntos.

Y todos estaban de acuerdo. Sus almas parecían estar en sincronía. Eran dos personas perfectas, perfectas el uno para el otro.

Excepto por un detalle menor.

Luke estaba fallando en la escuela. A este ritmo, tendría reprobadas la mayoría de sus clases en su boletín de calificaciones. Amanda pudo ayudarlo – ella era inteligente, del tipo de chica que está siempre entre los mejores – pero Luke no le había contado a nadie acerca de sus malas calificaciones. Eventualmente, llegó a tal punto en el que Luke comenzó a quemar sus exámenes para que nadie se enterara.

Amanda lo encontró en la playa un día, sosteniendo en una de sus manos un ensayo reprobado y en la otra un encendedor. Un cigarro, aún sin encender, se encontraba entre sus dientes.

Amanda vio inmediatamente el “12%” escrito con letras grandes y rojas sobre el papel. Luke de alguna manera notó su presencia.

“¿la arena en inflamable? “ Preguntó a través del cigarro.

“No.” Dijo Amanda, sin ser capaz de quitar la vista del papel en las manos del chico.

“Bien.” Dijo Luke, y entonces, con un rápido movimiento el papel comenzó a arder en llamas. Lo tiró con enojo sobre la arena, pero las llamas alcanzaron a tocar su dedo índice. Luke maldijo, entonces levantó la mirada hacia Amanda.

“Vete.” Dijo bruscamente. Si Amanda fuera como cualquier otro de sus amigos, habría terminado con él debido a que le dijo algo malo. Pero la gente no entiende que las relaciones no significan sólo amor y ternura. Una relación buena y estable también significa discusiones, lágrimas, perdón y emoción.

“¿Por qué no me lo dijiste?” Preguntó ella suavemente. Luke la ignoró y quitó el cigarrillo de su boca para luego sostenerlo cerca del fuego. La parte final se encendió y entonces lo devolvió a su boca.

“Tú eras buena.” Dijo Luke, como si con eso lo explicara todo. Para Amanda, sí lo explicaba.

“Te amo,” Dijo Amanda. No era la primera vez que intercambiaban esas dos palabras, pero en aquel momento, significaban más. “No me importa si estás reprobando Historia Moderna. Podría haber ayudado.”

Luke meneó la cabeza, y lucía como si quisiera decir algo, pero en vez de hacerlo comenzó a llorar. Amanda se acercó. Quitó el cigarro de su boca. Lo aplastó en la arena. “Levanta los brazos.” Susurró ella, y quitó la camiseta de Luke.

Luke era puro hueso, delgado y débil. La quemadura en su dedo lo llenaba de dolor, entonces Amanda lo guio hacia el agua cristalina.

El frío fue un golpe, pero ya estaban cerca de verano. Amanda se acostumbró, Luke seguía entumecido.

Ella tuvo suerte de que no fuera una playa popular. Se quitó su ahora mojada ropa; una camiseta y un short, para luego arrojarlos hacia la costa, sin preocuparse de que se alejaran flotando. Besó las lágrimas de Luke y se hundió bajo el agua con él hasta que sus lágrimas se mezclaron con el océano y no pudo distinguir quién era quién. Sus labios encontraron los de ella, y sus manos se presionaron contra su sostén.

Entonces ella guio las manos del chico hasta la pretina de su ropa interior.

“No,” Luke se alejó. “Amanda, te amo. No quiero que tengas sexo conmigo por lástima.”

“Luke.” Susurró Amanda. Él amaba como su voz pronunciaba su nombre. La ondulada L, la aguda k, la manera en la que hacía que su nombre terminara en un suspiro. “Quiero esto. Te quiero a ti.”

“No quiero lastimarte.” Dijo Luke. Ella se quitó la ropa interior, y quitó los pantalones del chico.

“Okay.” Susurró ella, una y otra vez. No hubo sangre. Ni gritos. Sólo la divina sensación de piel contra piel, boca contra boca, y el agua arremolinándose entre ellos en aquel íntimo momento.

EN LA ACTUALIDAD

“Esta es la más buena que he escuchado hasta ahora.” Dijo ella.

“Amanda era una buena chica.” Respondió él.

“¿Dónde está ahora?” Preguntó ella.

No respondió, así que tuvo que repetir la pregunta.

“Se ha ido.” Contestó ásperamente, y no dijo nada más. 

comenten que les parece, sería bueno ahq 

xx.