Capítulo 4

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Sentía cada instante que su intranquilo corazón le quemaba, sabía que aquel momento llegaría, pero ahora no se sentía con las fuerzas para combatir ese sentimiento.

Cerró la cajuela del clásico auto de su novio temiendo por un segundo que ésta no cediera por el exceso de cosas en el espacio limitado.

Se recargó en el frío aluminio y miró por última vez su casa; el lugar en el que tantos recuerdos había formado, hogar testigo de las mejores historias que él junto con los chicos habían hecho al paso de los años y más importante aún; sitio en dónde su madre pasó los últimos meses de su vida. La casa estaba semivacía, los muebles que no se llevaría ahora estaban cubiertos por plásticos y mantas, protegiéndolos del polvo y suciedad.

Se adentró a la construcción dando un rondín verificando que nada importante se quedara atrás. Lo único que pudo pensar es que la casa se veía realmente vacía.

Éste cambio en serio que le costaría, pero ya no había vuelta atrás; por meses habían ya tenido tiempo para adaptarse a la nueva idea. Estaba triste sin duda, pero por otro lado también contento, Shadow hizo mucho por él cuando lo necesitó y él estaba dispuesto a devolverle el favor. Aún cuando el azabache no tuviera idea de su cometido y sacrificio, Sonic estaría tranquilo consigo mismo.

Además de esperar a su pareja, el erizo aguardaba por la llegada de Miles, quién prometió cuidar de la propiedad en su ausencia y de vez en cuando ir a hacerle alguna reparación que necesitara. Claro, algo con tal valor sentimental no podría ser simplemente vendido, estaría allí, por si algún día deseara volver.

Esperó unos minutos en el interior de la casa, admirando los ahora limpios muros sin fotos ni pinturas. Movió su orejita escuchando unas pisadas acercarse, cuando volteó sonrió.

- estaba a punto de creer que no vendrías.

- ¿y perdernos la partida de nuestro mejor amigo? Ni hablar. - una tercera voz diferente a la esperada por Sonic habló, obligándolo a seguir con la mirada el lugar del que había provenido.

- ¡Knuckles!

- ¿quién más?

El erizo pasó de largo al zorro de dos colas para abrazar al equidna. Hacía varios meses en que no tenía ninguna noticia de él debido al trabajo absorbente del rojo y creyó que tal vez no tendría la oportunidad de despedirse cómo era debido, pero dejó de inquietarle en ese momento, ahora que ya estaba ahí, acompañándolo, en un paso importante de su vida.

Los tres hablaron de lo que había sido sus últimos meses, cuánto habían cambiado desde que se conocieron, bromas y cosas por el estilo. Cabe destacar que ninguno mencionó a la pareja del cobalto sino hasta que éste llegó listo a que ambos partieran. Aquella fue la única y última vez que el rojo lo vería para no hacerlo hasta dentro de un par de años, pero eso aún no lo sabía. Aún no tenía presente -y tampoco debería- que ese atractivo e inusual erizo sería la fuente de sus mayores problemas en un futuro.

- creo que... Ya deberíamos irnos, llegando allá aún tenemos que hacer arreglos a la casa. - sin quererlo pero de forma necesaria, Sonic interrumpió.

- entendemos. - Tails sonrió con notoria tristeza. ¿quién iría a hacerle compañía y ayudar en el taller de vez en cuando ahora? Pero sin duda compartía la misma emoción y felicidad del erizo.

Knuckles fue el primero que se acercó a darle un fuerte abrazo, seguido de Tails. Mientras tanto Shadow estaba recargado en el marco de la puerta con una tenue sonrisa, aunque impaciente.

- hombre, esto es más difícil de lo que pensaba. - alargó el erizo azul.

Los cuatro salieron de la casa cerrando esta última con llave, llaves que quedaron en manos del mejor amigo y hermano del cobalto. Caminaron el jardín en silencio hasta que cerraron la puerta de la valla de madera del mismo. Shadow fue hasta el asiento piloto del auto y no sin antes una breve despedida de gesto subió en él encendiéndolo. Sonic abrió la puerta copiloto y miró al par parado en la banqueta, ladeó su mano y entró al auto para unos momentos después partir hacia su destino.

Freaking Out | Shadonic Au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora