10. La gran serpiente

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    Al cruzar al otro lado, Õkami siguió avanzando por el camino estrecho. En este lado, el camino le era más agradable, seguía teniendo la nieve y seguía siendo un terreno inestable que en cualquier momento podría desmoronarse. Pero había más flora, había arboles a los cuales podía arpearse por si resbalaba y caía, también había hierbas en las cuales podía ocultarse si era necesario.
El camino casi llegaba a su fin, Õkami forzó su vista para poder ver que había más allá de la niebla. Logro distinguir una especie de tienda, al verlo mejor vio que era un palanquín. Un poco más lejos del palanquín se lograba ver una pequeña cueva, si la cruzaba estaría a un paso de las puertas principales de Ashina.
Repentinamente mientras caminaba hacía el palanquín, un temblor sacudió la tierra. Õkami se agachó y se aferró al suelo. Miró el abismo y quedó impactado al ver como ascendia una gigantesca criatura, era una serpiente blanca. Õkami se acostó entre las hierbas, ocultandose de la gran serpiente. La colosal bestia emergio de las profundidades del valle. Al verla más de cerca le fue incapaz calcular su tamaño, le daba la impresión de que era aún más grande y que el resto de su cuerpo se hallaba en las profundidades.
La serpiente meneaba su larga lengua y giraba su cabeza viendo los alrededores. Hasta que su mirada se clavó en las hierbas, más precisamente en donde estaba Õkami oculto, sus grandes y penetrantes ojos blancos miraban con detenimiento de un lado a otro. Pero para su suerte, la serpiente giró su cabeza y centró su mirada en otra cosa. Õkami aprovechó y avanzó sigilosamente entre la hierbas hasta el palanquín. Al llegar a él, la serpiente giró la cabeza bruscamente hacía su dirección, Õkami se metió dentro del palanquín lo más rápido que pudo.
El ojo de la serpiente se asomó por el velo que cubría la entrada del palanquín, Õkami desenvaino la katana y apuñalo el ojo de la serpiente. Esta chillo un grito aterrador y desgarador, empezó a moverse bruscamente, mientras una cascada de sangre emanaba de su ojo. Õkami corrió rápidamente a la cueva.
  Al cruzar la cueva y escapar así de la gran serpiente, Õkami se encontró frente a otro precipicio, al otro lado se veía una muralla y más lejos aún se alcanzaba a ver el castillo Ashina.

Fin del capítulo.

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