Pólux:
Caminé hasta que el sol empezó a salir, el árido suelo fue reemplazado casi de manera artificial por un césped demasiado verde, falsamente vivo, ante mí se levantaba una construcción inimaginablemente alta, una ciudad tubular, se elevaba desde el pobre suelo y se elevaba en las nubes, increíblemente en ella, se veían a los autos andar. Las personas, desafiando las leyes de la física conocida, la gravedad es levemente modificada en esta clase de villas, no son ciudades, sino estancias temporales. Se usan para los trabajadores de las plantas químicas, la tierra es eso ahora, un motel barato, de una noche, y los que nacimos aquí, somos los malditos empleados de limpieza.
Aunque no seamos nada a comparación de las demás colonias, la tierra es capital, el primer planeta en ser "iluminado", no somos estúpidos, el planeta estaba hecho un asco cuando lo encontraron, pero al menos ahí, podíamos ser nosotros mismos.
La villa en la que entro es simplemente extraña, ¿Han oído de la época de los 50's?, considérense atrapados en el tiempo, la música, las personas, toda la estética está aquí, y no precisamente por ser una buena época, es la más sencilla de recrear, pasaron muchos años desde que empezamos a olvidar lo que fuimos, lo que solíamos hacer, y se nos obligó a vivir una sola época, sin avanzar, ni retroceder, monitoreados, armado a la perfección para ser muñecos que adornaran la nación. Vivimos según los políticos "Una estadía eterna en el año 2021".
Desde entonces no hemos avanzado, al menos tenemos el privilegio de tener un año relativamente moderno. La villa se eleva, el tubo esta casi deshabitado, veo algunas personas y unos pocos coches, la mitad superior es trasparente, y la mitad inferior metálica, de un tono blanquecino, casi marfil, dándole un toque sofisticado.
─¿Vas a entrar? ─ Una pequeña pelirroja de unos cinco años me mira, se ve preocupada.
─No, solo busco una dirección ¿Tú sabes dónde estoy?
─Beta arae, provincia de Arar señorita ─Casi caigo de espaldas, la provincia de Arar está a dos ciudades, a casi dos días de distancia, no pude estar caminando cuatro días, mi cerebro no logra procesarlo-. Señorita, usted huele muy feo.
Ahora entiendo por qué ya casi nadie quiere tener niños.
"Escapa de casa decían, encontraras tu camino decían" -SI TAN SOLO ALGUIEN ME LO HUBIERA DICHO. La pequeña pelirroja retrocede lentamente, es obvio que ver a una chica vagabunda hablando sola no es bien visto en los años 50's.
Camino fuera de la enorme área tubular dejando atrás algunas casas en tonos rosa pastel, y de repente, un sonido familiar.
"Gotta make a move to a town that's right for me...
Town to keep me moving, keep me grooving whit some energy..."Lipps, inc. – Funkytown
Sonaba a todo volumen en un Cadillac Eldorado, un auto precioso, la pintura brillante en purpura, parabrisas impecable, parece recién sacado de fábrica, posee aletas inferiores que destacan en línea recta desde la rueda delantera hasta la defensa trasera, logro ver los asientos en blanco brillante completamente limpio, el estéreo suena increíble y en su asiento de piloto, sujetando el pulcro manubrio se halla una muchacha, cabello negro, largo y hermoso, piel bronceada muy similar a la mía, y en la palma superior de su mano un tatuaje, no logro divisarlo bien pero se nota que no es una cicatriz o una marca.
Baja del auto, viste un overol, una camiseta a líneas finas en tonos brillantes y una chaqueta de mezclilla, sus tenis son como los míos, un estilo colorido, es solo...que se ve demasiado joven.
─Deja de verme así, si no quieres que te traten como vagabunda sube al auto ─ No me mira, cambia la canción ─ Sube ya tus padres te buscan y si te encuentran te abre seguido para nada.
─No te conozco.
─Ni deberías confiar en una desconocida en un auto, pero te escapaste de tu casa y mataste a esos patrulleros, así que estas tan mal como yo.
Rodeo el auto hasta la puerta del piloto.─ No me conoces, no sabes quién soy.
─ Ni tú sabes quién soy yo, pero te metiste en problemas con las estrellas por andar de curiosa, ahora mínimo déjame sacarte de aquí.
─ No sin antes decirme quién eres, y demostrarme que no me estas mintiendo.
─ Si subes al auto te lo digo, solo hazlo ya, debes creerme yo sé quién eres y vine aquí por la misma razón que tú.
No le creía, nada bueno sale cuando te subes al auto de un desconocido. Que fuera mujer y más bajita que yo no justificaba que posiblemente era más peligrosa, no estaba tan loca como para ir con ella. Sus ojos eran oscuros, negros, largas pestañas y labios gruesos, de hecho, lucia amable, hasta ahora no me había atacado.
Quince minutos después estábamos sentadas junto al auto bebiendo cada una un jugo de uva, no me quería decir su nombre y apenas sabia lo básico. "Escape de mi casa dos meses antes que tú, cuando apareció mi marca" – llevaba una constelación en la muñeca, había aparecido el día de su cumpleaños dieciocho, sus padres le dieron el auto y ella escapo esa misma noche, luego de tener una mala noticia.
─ Desde entonces he buscado... a algunos amigos, pero sin éxito aun, no tengo como llamarlos, tú sabes.
─ ¿Porque me seguiste? ¿Cómo sabias lo de las patrullas? ─ Sonríe mirando el cielo, no iba a responderme.
Después de un largo silencio se pone de pie, y sube al auto, deja la puerta del copiloto abierta, no puedo explicarlo, quizá sea el calor, o la confianza que me da su sonrisa, pero subo, y el auto avanza, al sentir finalmente el viento en mi sucio cabello me siento libre. Ella enciende el estéreo, suena Girls just wanna have fun de Cindy Lauper, el soundtrack indicado para esta ocasión, aunque no la conocía, y en definitiva debía considerar mejor a mis amistades, ella reproducía una vibra de tranquilidad. La dirección que levamos la desconozco, mas no me siento intranquila, viajamos en silencio, solo nosotras, el camino, y Cindy cantando como nunca.
Llegamos a las afueras de Beta Arae, un campo falso color lavanda se extiende por kilómetros, estaciona el auto y baja, se ve seria, sus ojos pierden brillo con velocidad y no sé si bajar, no hay un lugar para ocultarse.
─Soy Antares; hija elegida de Escorpio.
Y de repente voltea a verme con la sonrisa más grande y hermosa que podría verse, me transmitía felicidad solo de verla, la octava, Antares, una Stellar como yo, pero la diferencia era que ella me encontró. El año nuevo me trajo a la primera pieza de un gran rompecabezas, faltaban diez más.
"Oh dulce niño duerme ya, o en tus sueños nos verás"
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©STELLAR : La última constelación
Science FictionEn una tierra que ya conocemos, situaciones extrañas ocurren, una nación atormentada por un ciclo de destrucción ve nacer a doce elegidos despreciados por sus habilidades, entre estos se encuentra la tercera de nombre Pólux quien busca erradicar el...