Talbot ; Derek Hale

𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗧𝗥𝗘𝗦.

𝐄𝐥 𝐁𝐞𝐧𝐞𝐟𝐚𝐜𝐭𝐨𝐫.

LAS HÉLICES DEL HELICÓPTERO SE ESCUCHABAN FUERTEMENTE sobre las cabezas de los oficiales. El Sheriff Stilinski miraba la escena del crimen mientras negaba con su cabeza; un muerto más y esta vez había sido un joven.

— Saquen a todos del techo— pidió Noah a su oficial Jordan Parrish— y vean si pueden distraer a los forenses cinco minutos. Tengo un amigo experto que vendrá a echar una mirada.

Jordan lo vio frunciendo el ceño.

— ¿Tienes a un experto en canibalismo adolescente? — preguntó este incrédulo. Noah hizo una mueca.

— Cinco minutos, Parrish— rogó.

Al oficial no le quedó de otra más que obedecer a su jefe, llamó a sus compañeros de trabajo y les hizo una seña para que abandonaran la escena. Todos salieron del lugar, Noah se dio una media vuelta y se encontró con Derek Hale examinando el cuerpo del difunto.

— Supongo que has estado lo suficiente ahí como para escuchar que debemos ser rápidos— informó Noah— Scott dijo que encontró un wendigo.

— Cambiantes caníbales— le dio la razón—, pero hace mucho que no oía de ellos en Beacon Hills. Deben de haber estado ocultos.

El hombre lobo se percató de algo más en el ambiente, se dio media vuelta como si estuviese buscando algo. Stilinski ni siquiera sabía que estaba pasando.

— ¿Cuántas personas dijo Scott que estuvieron aquí? — curioseó Derek.

— Sólo Sean y el asesino del hacha, que aparentemente no tiene boca— Noah avisó viendo como Hale caminaba un poco.

Derek se detuvo y vio el suelo donde había sangre que no era ni de Sean, ni de Scott y estaba seguro que no era del asesino.

— Estuvo alguien más— afirmó el ojiverde y pareció olfatear algo— un joven. Hombre.

— ¿Puedes oler su miedo?

Se dio media vuelta para encarar a Noah y dijo: — y su sangre.

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Peter Hale apretó unos botones en un pilar de su loft mientras leía algunos papeles que tenía sobre sus manos. Caminó un poco e intentó olfatear algún rastro de que su sobrino estuviera ahí.

— Derek— lo llamó— ¿estás aquí?

No recibió respuesta, volvió su mirada hacia unos de los papeles y gritó: — ¡Derek!

En lugar de obtener alguna contestación, recibió el golpe de un hacha sobre su pecho, provocando que cayera al suelo. Alguien se asomó pero no pudo identificarlo, lo único que vio fue a una persona sin boca frente a él que escribía en lo que parecía un teclado sobre su muñeca.

— No te preocupes Peter— una voz se escuchó por el loft— Derek es el siguiente.

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Sí había algo que Bailee odiaba de las mañanas era que su hermano tardaba mucho tiempo dentro del baño.

Acomodó su falda y pasó sus manos sobre ella para alisarla, se vio en el espejo de su habitación por última vez y salió de esta para tocar repetidas veces la puerta del baño.

— ¡Vamos, Brett! — exclamó aun tocando la puerta— ¡se hará tarde! — no recibió respuesta.

Miró a su hermana menor a punto de bajar las escaleras y le preguntó si estaba lista para ir a la escuela, a lo que Lori respondió que sí y que los estaría esperando en el auto.