𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗩𝗘𝗜𝗡𝗧𝗘.

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𝐇𝐮𝐦𝐨 𝐲 𝐄𝐬𝐩𝐞𝐣𝐨𝐬 | 𝐏𝐭.𝟏

BRETT SE LEVANTÓ DE LA CAMA y se puso frente a Bailee mientras se cruzaba de brazos. Entrecerró sus ojos y negó.

— No te cubriré con mamá y papá— le dijo a la rubia— porque no irás a México.

— Si iré— ella también se levantó.

— No, no irás.

— Bien, no me cubras, le diré a Lori que lo haga— le avisó.

Pasó a su lado y fue directamente hacia la puerta, tomó el pomo de esta y lo movió hasta que la pudo abrir pero enseguida se cerró nuevamente cuando Brett empujó con uno de sus brazos la puerta. Lee intentó abrirla, pero le fue imposible debido a que la fuerza de su hermano era mayor que la de ella.

— No irás a México— repitió. Bailee se dio la media vuelta en su lugar para ver a su hermano levantando la cabeza, Brett soltó un suspiro y quito su mano de la puerta— Lee, sabes cuan agradecido estoy con Scott y su manada por lo que hicieron por nosotros, por Satomi y por lo que quedó de nuestras manada, pero que vayas a México, a un tal templo Tezca... Tezcati.

— Tezcatlipoca— terminó Lee— pero con sólo decir La Iglesia está bien— un acento raro se escuchaba cuando decía aquellos nombres.

— Como sea— hizo una mueca— que vayas a ese lugar en el cual Kate Argent seguramente los espera y sepa Buda cuales sean sus principales intenciones, no es algo que me agrade.

— Scott y Kira son mis amigos ahora y los secuestraron. Los llevaron a otro país y si no vamos a buscarlos, algo muy malo les puede pasar— habló tomando el pomo de la puerta— y que sea algo que no te agrade, no me detendrá.

Brett volvió a empujar la puerta antes de que su melliza la abriera y negó.

— Puedo saltar por la ventana— le advirtió con los ojos entrecerrados, luego intentó relajar su cuerpo— Brett, estaré bien. No voy sola, además es una buena oportunidad para regresar el favor que él nos hizo al salvar a nuestra manada.

— No lo sé, Lee.

Ella se acercó a él y lo abrazó por la cintura, Brett recargó su barbilla en la cabeza de la rubia y soltó un suspiro.

— Seguramente estaré de regreso mañana por la tarde— avisó en murmuró.

— No entiendo porque siempre de una u otra manera terminas convenciéndome.

Bailee sonrió y apretó entre sus brazos a su mellizo, el castaño se quejó y después soltó una risa para abrir la puerta y hacerle un señalamiento con la cabeza a su hermana para que dejara la habitación.

— Ve antes de que me arrepienta.

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La chica llegó al loft de Derek luego de unos minutos. Sus amigos y ella habían quedado que se verían en el viejo almacén de los Argent para emprender su fugaz viaje a México.

— Wow, son... muchas armas— dijo Bailee llamando la atención de Derek— ¿dónde las conseguiste?

El ojiverde tenía sus brazos recargados en una mesa con un montón de pistolas frente a él.

— Con Braeden— contestó en murmullo. Recibió una mirada rápida de la rubia e hizo una mueca— aun no me gusta confiar mucho en estas cosas— confesó— pero han sido mi única opción últimamente.

Talbot ; Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora