Talbot ; Derek Hale

𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗢𝗖𝗛𝗢.

𝐀𝐌.

LEE SECÓ SUS MANOS EN LA TELA DE SU PANTALÓN cuando estuvo frente a la puerta del loft de Hale.

¿Se arrepentía de haber ido? Un poco.

Pero ¿qué más daba? Ya estaba ahí, tomó aire y lo dejo salir tocando la puerta corrediza, sabía que Derek estaba ahí podía olerlo desde metros de distancia y también sabía que no estaba dormido.

La puerta se abrió y un muy confundido Derek se asomó en el marco de la entrada, soltó una media sonrisa cuando miró a la rubia frente a él y negó divertido.

— Bailee, es medianoche— le recordó.

— Y aun así no estabas dormido— ella se encogió de hombros mientras le daba una sonrisa enseñando sus dientes.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó haciéndole una seña para que entrara.

— Bueno, digamos que alguien predijo la muerte de mi salvador— comenzó y caminó hacia él— y digamos que me gustaría mostrarle lo agradecida que estoy por haberme ayudado aquella noche en el bosque, así que pienso cuidarlo.

— Puedo cuidarme solo— murmuró Derek teniéndola frente a frente.

— ¿Ah sí? — ella levantó la mirada— al menos tengo esto— le mostró sus garras.

— Oye— la apuntó— eso ha sido un golpe bajo

Ella rio y escondió sus garras adentrándose más al loft.

— ¿Y qué se supone qué harás? ¿cuidarme toda la noche? — le preguntó el chico a sus espaldas.

— Si es necesario.

— No tienes que hacerlo— Derek ahora fue quien se acercó.

— Pero quiero hacerlo— dijo sinceramente Bailee.

— Tu vida también corre peligro, recuerda la lista— hizo una mueca.

— Es diferente.

— ¿Por qué es diferente? — alzó sus cejas el ojiverde esperando una respuesta.

— Porque...— hasta ella misma se lo preguntó ¿por qué era diferente? Pero no halló una respuesta concisa— porque sí.

Derek rio y fue a sentarse al sofá que estaba frente a ellos, Lee lo siguió. Se quedaron en un silencio que para ninguno de los dos fue incómodo. Él agradeció que Peter no había estado yendo al loft por las noches, porque de seguro recibiría algún comentario de burla por su parte y realmente no quería lidiar con aquello.

Bailee observo el loft, era grande, muy grande. Miró hacia un lado de ellos y pudo ver gracias al enorme ventanal que había, la luna que estaba en el cuarto creciente de su fase lunar. El hombre lobo puso su atención a la chica, la luz de la luna daba directamente a su cara, logrando que sus ojos verdes destellaran, miró su cabello cayendo por un poco debajo de sus hombros. Luego vio su nariz respingada y finamente vio sus labios rosados. Debía admitir que Bailee era muy linda.

Aquello no podía negarlo aunque quisiera, desde el momento en que conoció a Lee pensó que era una chica con bonitas facciones, bonito cuerpo, ¡qué va! Pensó que era meramente guapa, pero prefería guardárselo sólo para él.

— Dime— habló al fin Lee quitando su vista del ventanal y provocando que Derek quitara su mirada de ella y volteando hacia enfrente— ¿dónde te ves en cinco años? — aquella pregunta definitivamente no la esperaba.

— Si es que sigo vivo para ese entonces— murmuró Hale y recibió un golpe en su pecho por parte de la castaña— ¡hey!

— En momentos difíciles a veces sólo tenemos que pensar en cosas buenas— ella lo vio negando por el reciente comentario de mal gusto que había dicho— en cinco años, ¿dónde te ves? — volvió a preguntar.