𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗖𝗜𝗡𝗖𝗢.

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𝐌𝐚𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐦𝐢.

— ¿QUÉ LE ESTÁ PASANDO!? — preguntó exaltada Bailee

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— ¿QUÉ LE ESTÁ PASANDO!? — preguntó exaltada Bailee.

Después de que Scott y Stiles les contarán a los mellizos acerca de la lista, Brett comenzó a envenenarse aún más. Ella no entendió cómo, por un momento pareció estar bien pero para el otro comenzaba a soltar espuma amarilla por la boca.

Tan pronto como aquello había pasado Stiles con ayuda de Derek, quien había aparecido de la nada, llevaron a los mellizos hasta la veterinaria de Deaton.

— Fue envenenado por el mismo acónito que tú— respondió el veterinario mientras miraba como su hermano comenzaba a convulsionarse— su cuerpo está reaccionando a el de una manera diferente. Debo hacer una incisión— miró a la chica que estaba a punto de soltarse a llorar— y necesitan sostenerlo tanto como les sea posible.

Derek y Stiles luchaban contra la fuerza de Brett quien estaba sobre la mesa de la clínica, seguía expulsando espuma amarilla, peleando para que lo dejaran ir y lo estaba logrando.

— Derek, ¿qué tal un poco de fuerza de hombre lobo? — pidió Stiles.

— No soy el único con fuerza de hombre lobo aquí— contestó Hale refiriéndose a Bailee.

Lee sólo escuchaba la conversación, no podía acercarse a Brett, le era imposible mirarlo en ese estado. Dios, juraba que si encontraba a Violet la mataría ella misma.

— Si no lo sostienen lo suficiente, la incisión podría matarlo— avisó Deaton.

Ella no dijo ni una sola palabra sólo se acercó a su hermano y lo tomó de las piernas mientras cerraba sus ojos para evitar verlo. Sentía como Brett se movía desesperadamente y fue cuando soltó un sollozo.

— Vas a estar bien— susurró aún con los ojos cerrados.

El mellizo comenzó a moverse más y más fuerte ni siquiera con la ayuda de Derek y Bailee pudieron sostenerlo, por lo cual Brett se levantó de la mesa y empujó a cada uno hacia la pared, incluida Lee. Ella cuando se reincorporó quiso atrapar a Brett pero un golpe fue a dar a la mandíbula del chico y el culpable de aquello recibió la atención de todos. Peter Hale estaba parado con sus ojos azules que inmediatamente ocultó.

— Supongo que aún me queda un poco de fuerza de hombre lobo.

— Sí, quizás un poco más— reprendió Derek.

Lee quitó la vista de su hermano sobre el suelo y la pasó hacia el menor de los Hale, notó que Brett lo había rasguñado en el brazo, pero para sorpresa de ella este aún no sanaba. Cuando Derek notó la mirada de la chica sobre él, observó su brazo y lo tapo con su otra mano para que nadie más lo notara.

— Doctor, creo que no respira— avisó Stiles.

La mujer lobo puso toda su atención sobre Brett y quiso ir hasta él pero Derek la detuvo.

Talbot ; Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora