Capítulo 5.

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Domingo. 12:15 am. Me encontraba en una de las mesas de la cafetería de la universidad. Se puede decir que la comida de este lugar no es tan tóxica como la del bachiller; en ese lugar, olfateabas la comida y, mínimo, te mueres.

Por el momento, me encontraba sola, pero eso no me pone ni feliz ni triste, ya que me da igual. Estaba haciendo la tarea que debí hacerla anoche, pero como no tenía ganas, opté por hacerla ahora. Total, la tarea la tengo que tener lista mañana. Lo bueno de esta universidad es que los sábados y domingos, luego del almuerzo, tenemos unas cinco o seis horas libres hasta tener educación cerca de las 6pm hasta las 8pm.

En fin, estaba realizando la tarea de lo más tranquila. Hasta ahora no le di ni una probada a mi almuerzo, cosa que ahora no me importa, ya que mi estómago todavía no reclama sólidos ni nada por el estilo. Sinceramente no puedo esperar a graduarme; hace una semana ya estoy en esta universidad y ya me estoy pudriendo de tantas tareas, tantas palabras a las que les desconozco el significado, etc., etc., etc.

Dejando de lado mis quejas, mi soledad en la cafetería se terminó al ver que Steven y Summer se sientan en mi mesa con sus bandejas llenas de comida. Los miré de reojo, los saludé con una sonrisa y volví a lo mío. Al rato, Summer se sienta al lado mío; me mira detenidamente, cosa que me pone algo incómoda. La miro de reojo y le pregunto...

—Emmm... ¿se te perdió algo? —ella ríe—.

—No, tontita —dice Summer—. Lo único nomás es que me sorprendes al verte haciendo tarea —Steven ríe; ruedo mis ojos—.

—Por Dios, tampoco soy tan irresponsable —dije sonriendo; Steven mira hacia otro lado, algo incómodo—. ¿Qué? —le pregunto—.

—Mejor no digo nada... —decía él, a lo que le pego, levemente, en el brazo con el lapicero que tengo en mano; Steven se queja— ¡Oye!

—Te lo merecías por malo —Summer se ríe—.

—Mala eres tú, que ni saludas a tu novio —ruedo los ojos y suelto una risa—.

—Hola, Steven —ahora él rueda sus ojos—. ¿Qué? ¡Ya te saludé!

—¡Por Dios, Julianna! —decía Summer— ¿Qué no ves que este tontito —ella señala a Steven con su mano— quiere un beso tuyo?

Volteo para verlo a Steven y este hace una sonrisa tímida para luego sonrojarse; levanto una ceja y digo...

—Ahhh, ¿así que eso era lo que me reclamabas desde hoy?

Steven mira hacia su izquierda, evitando verme de la vergüenza; suelto una risa, agarro su mentón y giro su cabeza para que estemos los dos mirándonos. Al rato, choco mis labios con los de él y lo beso; luego, Steven me agarra de las mejillas y aumenta la intensidad en nuestro beso, empujándome más y más para atrás que casi hace que me caiga.

—Oigan —comenzó a decir Summer—, no quiero arruinar el momento, pero... uno de los profesores andaba deambulando por aquí y si los descubre besándose podrían ganarse un castigo.

Luego de unos segundos más, Steven y yo nos apartamos; nos miramos a los ojos y sonreímos. En fin, continué haciendo la tarea que me quedaba y Summer y Steven se dedicaron a comer algo de su almuerzo, mientras que el mío sigue intacto como lo traje.

—Julianna, ¿no piensas comer? —pregunta Steven mientras apoya su brazo en mi espalda—.

—No —le respondo—, estoy algo inapetente y, además, tengo que terminar con esto o recibiré un reto del profesor.

—Esto todavía se me hace raro —decía Summer—.

—¿Qué cosa? —le pregunté—.

—Viéndote realizar la tarea —ruedo los ojos y ellos dos se ríen—.

Un trato es un trato. «MAS#2». [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora