Capítulo 19. «PARTE 2».

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[CONTINUACIÓN DEL CAPÍTULO 19].

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Al rato, siento escalofríos. ¡Dios! Lo que me faltaba. . .

—Julianna —escuchaba la voz de Bryan a mi costado—. Necesitamos hablar —suspiré—.

—No tenemos nada de qué hablar —dije con la voz algo temblorosa, sin voltear mi cabeza para verlo—.

—Oh, sí que tenemos algo de qué hablar.

Éste me toma por el mentón y voltea mi cabeza, en donde nos encontrábamos mirándonos a los ojos para luego chocar sus labios con los míos. Abro mis ojos de par en par y, cuando estaba a punto de corresponderle el beso, llevo mi mano a su pecho y lo empujo levemente para alejarlo de mí.

—¡¿Qué carajos haces?! —susurré bien fuerte—.

Bryan no responde… es más, se me queda mirando con esa típica mirada sombría y oscura en él, en donde rápidamente me toma de la muñeca y me levanta de mi asiento de un tirón. Éste comienza a caminar hasta no sé dónde mientras me jalaba por el brazo para que lo siga; yo luchaba para soltarme de su fuerte agarre, ya que me estaba lastimando.

Luego de caminar por unos minutos, llegamos a una especie de bodega, que queda a unos cien metros lejos del campus. Bryan suelta mi muñeca para luego posicionarse detrás de mí y empujarme adentro de este lugar, en donde ni bien entré ya podía sentir la peste del ambiente. No había casi luz y había cualquier tipo de basura tirada en el suelo, y lo sé porque podía sentir ni bien pisaba el piso.

Al rato, escucho la puerta de la bodega cerrarse, dejando al lugar totalmente oscuro. De repente, siento que alguien me toma por las caderas, y ese alguien es nada más ni nada menos que el mismo Bryan, ya que mi cuerpo se estremeció de pies a cabeza ni bien éste me tomaba por ahí. Luego, siento que me dejan un montón de besos en mi cuello; quería hacerlos parar pero una parte de mí quería que esto siguiera.

Mi piel se eriza al sentir que Bryan mordisquea y succiona la piel de mi cuello, en donde no pude evitar soltar un suave gemido ante eso. Luego de unos minutos abro mis ojos de par en par y me separo rápidamente, reprochándome a mí misma por qué lo dejé seguir. No podía ver un carajo aquí dentro, pero ya hasta me lo imaginaba a Bryan mirándome confundido.

—¿Por qué te detienes? —decía él mientras me tomaba por las caderas y me acercaba más a él—.

—P-Porque… —suspiré— no es correcto —apenas pude balbucear éstas simples palabras; Bryan se ríe suavemente—.

—¿Cómo que no es correcto? Tú eres mi amante, ¿o te has olvidado? —me susurraba en el oído mientras continuaba besándome el cuello, pero nuevamente me aparto de él—.

—¡No! ¡Ya tuviste tu noche de diversión hoy y tendrás que ser paciente! Además, acordamos que YO iba a elegir los días —éste se ríe—.

—Nosotros no acordamos nada, TÚ me dijiste eso en una miserable carta, pero yo no te he dicho que sí.

—¡Pero tampoco has dicho que no!

—¡Oh vamos, July! —decía él mientras volvía a besar mi cuello—. La hemos pasado de maravilla anoche —abro mis ojos de par en par y lo empujo con fuerza lejos de mí—.

—¡Yo la pasé muy mal contigo anoche! —Bryan suelta una carcajada—.

—¿Entonces me quieres explicar por qué gemías? —no, si hasta me lo imagino alzando una ceja y mirándome con una de sus típicas miradas pervertidas—.

—¿Qué te puedo decir? Soy una muy buena actriz —dije mientras me cruzaba de hombros, creyéndome la gran cosa; Bryan vuelve a reírse, debido a que no me cree ninguna de mis palabras—.

Un trato es un trato. «MAS#2». [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora