Capítulo Nueve

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Narra Jass.

Hizo su mejor intento, eso había que reconocerlo.

Ethan volvió con los demás, mantuvo una sonrisa durante el día y apenas me dirigió la palabra, a Pepe lo ignoro por completo, se disculpo con Marcel por su actuar al conocerse y me ayudo a limpiar cuando los demás, con excepción de mi primo que hablaba con su mamá por celular, se fueron.

Pepe no se acerco a Marcel ni lo miro, pude notar las chispas saltar en sus miradas a pesar de ello.

Me sentí mal, física y emocionalmente, si bien sabía lo que conllevaba en mi carrera la confidencialidad "paciente-doctora" desde que conocí a Ethan se me hizo más difícil ser fiel a mis principios de profesional.

Claro que yo lo sabía hace mucho ¡soy su psicóloga! O lo era, ya que le había dado su alta.

Me mordí la lengua esa vez que Trevor dijo que Pepe fue quien lo sacó de prisión, meses desde que nos conocimos por lo de su mamá y su hermano, de las preferencias de su amigo y más.

¿Cómo podía haber tantas coincidencias entre nosotros? Parecía que más de la mitad de mi vida giro y giraba a su alrededor.

―Pasame la bandeja.

Me despegue de mi ensimismamiento y le pase la bandeja a Ethan, me dio una puntada en el pecho e hice una mueca.

―Gracias.

Bastardo.           

Eso de ser tan formal lo hacia a propósito para sacarme de quicio y lo estaba logrando.

―No puedes castigarme por esto ―susurre.

―Las copas ―pidió ignorándome.

Se las pase y seque la bandeja, mi labio ardía de lo duro que lo mordía, me movía mecánicamente, atenta a evitar la cercanía de nuestros cuerpos, intentaba y terminaba rozando mi codo o mi mano con él, casi llegaba a saltar con eso, sin importar que tan molesta estuviera su cercanía no dejaba de afectarme.

―¿En serio vas a dejar que el día termine así?

No susurre, fui firme y brusca al preguntar.

―¡Ethan!

Soltó el plato que tenía en la mano y se rompió, me dedico una mirada llena de fuego en los ojos.

―¿Quieres dejarlo estar?

―No, tenemos que hablar. Es injusto e irracional de tu parte que lo tomes conmigo, mañana te irás, necesitamos hablar.

―Hoy.

―¡¿Que?!

―¡Que me voy hoy, carajo! ¿Crees que quiero sentirme así sabiendo lo poco de tiempo que nos queda? No puedo solo superarlo y fingir que no paso, para que no confundas las cosas te aclaro que Pepe es mi mejor amigo de toda la vida, lo quiero tal y como es, no me importa que o quien le guste, lo que me molesta es que llevamos tanto tiempo juntos y recién vengo a saberlo ¡pudo haber dicho algo! Y no solo eso, tu lo sabias y estoy seguro de que hace mucho ya.

―Es mi maldito trabajo, no puedes esperar que te lo diga.

―No lo hago, estoy molesto contigo porque... Sabes tanto, no tienes idea de lo mucho que me da miedo, tengo la certeza de que sabes más cosas de las que dices y me mata no ser capaz de estar contigo sin secretos alrededor, me hace cuestionarme si será lo mejor estar juntos.

Di un paso hacia atrás y baje mi cabeza para que no me viera luchar con las lágrimas, un dolor se instalo en mi pecho, parecido al que me causó la puntada, uno que no me había venido en un largo tiempo, diferente, pesado, dificultaba mi respiración.

Lento En El Pavimento (DCEM #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora